VII. El alocado dependiente

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Llevaban ya un buen rato pasando por las extensas carreteras de aquella gran e iluminada ciudad, la pantera se estaba exasperando ya de tanto conducir, pero el menor continuaba medianamente tranquilo, debido a que la calle donde aquel dependiente se encontraba parecía encontrarse en la zona más apartada y escondida de aquella metrópoli.

Lo cierto era que el menor era nuevo en aquella ciudad. Karakura era grande, pero Tokio era un tema completamente distinto, lo que más se le dificultaba al chico era para tener la capacidad de conocer todos y cada uno de los callejones donde los mejores informantes podrían encontrarse, cosa que en Karakura no le sucedía. Por suerte, aunque no tanta quizás, había podido sacarle información a la venenosa lengua de Gin Ichimaru, uno de sus superiores que al parecer le encantaba sacarle de quicio con sus burdas bromas y su imborrable sonrisa. Y por igual había sacado información de Ulquiorra Schiffer, aunque aquel hombre podía dar ciertos escalofríos porque más que hablar con la gente miraba fijamente con aquella intensa y fría mirada, y cuando hablaba con esta simplemente era para describirlos despectivamente como basura. Había conseguido los suficientes datos para no volverse loco al buscar a ese tal Kisuke, -nombre el cual recordaba, pero no tenía idea de donde-, para salir del paso y que su compañero no le tratase como un ser inútil y ser inferior como solía hacer.

— ¿Estás seguro de que tienes alguna jodida idea de donde está ese informante? —dijo el de pelo azul con su rostro apoyado en su mano hecha puño mientras continuaba conduciendo por la carretera un tanto o bastante mosqueado al no haber llegado ya a su destino.

Lo único que pudo hacer Ichigo fue suspirar, observó con atención el pequeño trozo de papel que tenía en su mano y sin decir nada volvió a mirar a través de la ventanilla consiguiendo que la pantera se molestase por aquello. —Oi, responde cuando tus mayores te hablan imbécil, —gruñó molesto el mayor—, seguro que no tienes ni puta idea de donde está y solamente estamos dando vueltas como idiotas.

—Para tu información estúpido gato, no, no estamos dando vueltas como subnormales, simplemente que este puto callejón donde está el informante está más escondido de lo que yo creía —dijo el menor con su característico ceño fruncido.

—Vamos, que no tienes ni puta idea de donde está.

—¡No! ¡Cierra la puta boca de una vez! ¡Dios, haces que me desespere de maneras que no te puedes llegar a imaginar! —bufó asqueado por su compañero—. El paradero de ese dependiente lo he conseguido de fuentes de confianza "Más o menos..." —, pensó suspirando una vez más por aquello.

—¿Fuentes de confianza, un novato como tú tiene eso? —dijo Grimmjow con una ceja arqueada al momento de girar por una esquina cuando el de cabellos naranjas se lo indició, mientras le dio una mirada de soslayo al escuchar lo que el chico había dicho.

—Si tienes algún problema te jodes compañero —, arrastró la última palabra con cierta molestia en dirección al mayor quien gruñó junto a él y sin más en silencio se dirigieron al lugar o la calle donde se suponía que estaría ese dependiente.

º º º º º º

Sinceramente, pensé que nunca seríamos capaces de encontrar la maldita localización de ese informante, parecía que se escondía en el lugar más recóndito de todo Tokio y cuando la vi arqueé una ceja.

Urahara Shōten—susurré para mí mismo, fruncí levemente el ceño ante aquello y tomé mi mentón pensativo— "Esta tienda..." —pensé meditabundo durante unos instantes, hasta que un golpe en mi cabeza me sacó de mis pensamientos, haciendo que una vena se saltase en mi frente y girase a mirar a mi compañero, que competía conmigo en lo referente a ceños fruncidos pero que ahora al haberme golpeado permanecía con una burlona y gran sonrisa que me sacaba de quicio, aún más si es que era posible. —¿¡A caso eres imbécil?! ¿¡Qué demonios haces golpeándome?! —gruñí fúrico, asesinando al estúpido gato con la mirada.

Matched With an Idiot «GrimmIchi»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora