No podía parar de caminar, el pequeño Prince 2 continuaba llorando mientras Prince 1 le acariciaba la espalda susurrando un par de cosas para su consuelo, volví a restregarme la cara con ambas manos intentando despertar de aquella pesadilla, las palabras de Lockwood me parecieron una burla, una maldita burla y en esos momentos únicamente deseaba poder partirle la cara, golpearlo tan fuerte como me fuera posible para saber si él tenía alguna culpa dentro de todo lo sucedido. ¿Cómo podía ser una persona tal vil? Atacar a una niña de esa manera era un golpe bajo, ni siquiera un golpe bajo, era algo verdaderamente ruin.
Mi teléfono comenzó a sonar, no tardé ni dos segundos en poder contestar.
-Necesitas venir -respondí al reconocer la voz de quien se encontraba al otro lado de la línea.
- ¿Ben? No entiendo, ¿estás bien?
-No, Riley, nada aquí está bien, ven por favor.
Mis voz apenas lograba abandonar mi boca en sonidos coherentes, a esos momentos no sabía como había logrado mantener la calma, sin noticia alguna sobre Paris, había esperado por horas a ver al doctor regresar con algún nuevo descubrimiento, mientras en mi mente ella se encontraba sana y salva.
-Necesitas ser más claro, Lockwood puede sacarte de tus casillas, pero no necesitas escucharlo todo el tiempo. Mantén la calma.
-Riley, esto no tiene nada que ver con Lockwood, es Paris.
- ¿Paris?
La tesitura de sus palabras cambió, ese tono aterciopelado se desvaneció de un segundo a otro.
-Llevó un par de horas en el hospital, el doctor ha hablado sobre un accidente camino a casa -no pude contenerme más-, ella y los guardaespaldas quedaron atrapados ahí dentro. No he podido verla. Prince 1 y 2 están conmigo, pero no me dirán nada en específico sin un familiar directo. Necesitamos hacer a mamá y a Michael volver.
No estaba seguro de como poder hacer a mi madre volver, no estaba seguro en dónde se encontraba o si estaba bien, se había ido con la confianza ciega de saber todo en orden, pero por desgracia esta vez las cosas realmente se había salido de control. No sabía como manejar ninguna de esas situaciones a pesar de siempre nombrarme el hombre de la casa nunca deje de ser el niño indefenso de mamá, debía admitir cuanto me gustaba tenerla cerca cuando la vida de adulto me asustaba, cuando al cerrar los ojos no me encontraba en la misma casa o en el mismo país, aún la extrañaba, aún por las noches pedía despertar entre sus brazos lejos de todo mal.
Posé la mirada en los hijos de Michael, ambos estaban sentados solos en la sala de espera sin nadie a su lado para calmarlos, ellos aún eran niños, se habían quedado sin padre y su madre por alguna razón había desaparecido. La escena se quedo en mi mente, mis ojos se inundaron de lágrimas tan rápido como les fue posible, hasta ese momento me había sido imposible comprender a Paris Jackson, quien hasta apenas un año atrás era una completa desconocida para mi familia, ahora se había vuelto mi hermana.
- ¿Ben? ¿Ben?
Había olvidado por completo del aparato pegado a mi oído hasta escuchar su voz llamarme desesperada.
-Lo siento, aquí estoy.
- ¿Te han dicho algo sobre ella?
-No, pero debes venir, te necesito aquí.
-Voy a tomar el próximo vuelo, pero no creo poder estaré ahí antes de mañana, ¿puedes esperar?
-No tengo otra opción.
—Cuida de los niños, no los dejes solos.
—No me atrevería.
La llamada terminó, los ojos llorosos del pequeño Prince 2 me ubicaron entre las paredes blancas del lugar, le susurro algo a su hermano mayor quien le permitió caminar haya donde se encontraba mi trémulo cuerpo apenas con las fuerzas suficientes para poder mantenerse en pie.
—Soy Blanket —me dijo cuando me puse de rodillas para poder estar a casi a su altura—. Mi nombre es Blanket, no Prince 2 —me aclaró en un tono pausado para hacerme comprender su punto.
El pequeño era de verdad un niño adorable, sus ojos eran muy parecidos a los de su padre así como sus facciones, al parecer después de todo Jackson había heredado su genética a su hijo menor.
—Lo siento, no lo sabía.
—No es gran cosa —me dedicó una pequeña sonrisa—, ¿Puedo hacerte una pregunta?
Paso sus ojos marrones de mis pupilas al suelo, miraba sus manos entrelazadas y sus mejillas se tiñeron de rojo poco a poco.
—Claro.
—Pero primero debes prometerme decir la verdad sin importar nada.
El niño me había mostrado un ligero dote de madures y esta probablemente llegó luego de haber escuchado la noticia de su padre "muerto", puse una de mis manos sobre su hombro y la otra en mi pecho para proceder a hacer la promesa.
—Te prometo decir la verdad sin importar nada.
Prince, el niño Jackson mayor se acercó paso a paso dudoso.
—La última vez en un lugar como este mi padre no pudo volver casa con nosotros, todos estaban llorando y no pudimos volver a verlo hasta un año después, pero me dijeron que estaba muerto —guardo silencio durante unos segundos meditando su siguiente argumento ya con Prince tomando su pequeña mano—. No quiero pasar un año sin ver a mi hermana no quiero volver a escuchar sobre la muerte.
El corazón se me hizo añicos.
—Ella va a salir bien de aquí, ¿cierto? Volverá a casa con nosotros en un par de minutos, ¿no?
Su ojos brillantes llenos de suplicas para decirle aquello me hicieron sentir de la peor forma posible, no había manera de darle una respuesta, no tenía forma de asegurarle que su hermana, nuestra hermana volviera a casa esa misma noche para tomar la siesta a tiempo y tampoco estaba seguro de la gravedad de los daños.
—Por favor, dile a Prince.
—Pequeño —pronuncié con un nudo enorme obstruyendo mi garganta —, yo no...
La puerta doble se abrió interrumpiendo nuestro diálogo, el hombre de bata blanca había vuelto con un par de hojas en la mano y una mirada cuyas pupila me hicieron sentir temor por escucharlo emitir cualquier palabra.
— ¿Familiares de Paris?
Me puse de pie haciendo a un lado a ambos.
— ¿Sí?
Trago saliva y negó un par de veces.
—Lo siento mucho.
En ese instante sentí el mundo caer sobre mis hombros.

ESTÁS LEYENDO
Quédate
FanfictionVen, toma mi mano, recuerda nuestra vida juntos. Ya no habrá secretos, es una promesa. Te amaré por el resto de mi vida, como lo prometí por primera vez, me quedaré contigo cada puesta de sol y seré él primero que esperé a ver tus ojos cada amanecer...