Quédate

"Ben"

–Un fin de semana juntos, ¿eh?

La voz de Lockwood no sonaba como una amenaza, de hecho no parecía molesto por el viaje de su madre.

–No recuerdo haber convivido mucho contigo. 

Él no lo había hecho, Ben se mantenía alejado del señor Lockwood por seguridad y solidaridad a su hermana, le molestaba ver como el marido de su madre no perdía el tiempo en discusiones con Riley.

– ¿Sabes algo sobre sus vacaciones?

Lockwood no parecía ser un mal tipo, en realidad hasta ese momento realmente parecía amar a su madre, la llenaba de comprensión... pero quizá ella aún no estaba segura de poder estar con alguien con esa clase de amor por ella, tal vez era el hecho de no saber cómo olvidar a Jackson.

–No, no sé nada.

–Eso es extraño, ustedes son sus hijos, debería darles más información sobre su paradero, en caso de alguna emergencia.

–Sabe cuidarse sola.

–Siempre puede haber emergencias Benjamin, y no se deben a descuidos propios.

–Bueno, tenemos un método de rastreo.

– ¿En serio?

La sorpresa en su voz le hizo desear jugar un poco con aquel hombre de cabellera rubia.

–Sí, es de alta tecnología, nos costó un poco tenerlo en nuestras manos, pero funciona en todo el mundo.

– ¿Cómo es?

–Es como un rectángulo, de hecho hay muchas personas usándolo en este año.

–Eso me sorprende.

–No deberías, es muy común.

Metió la mano en su bolsillo derecho y al tomar su teléfono entre los dedos decidió jugar un poco más con él.

–Si quieres te lo puedo mostrar.

–Sería genial, Ben.

Su sonrisa entre sus labios no era exactamente la de una persona confiable, no podía evitar comenzar a emitir una risa discreta. Cuando el teléfono en la mano de Ben hizo fruncir el ceño de Lockwood, el chico de ojos azules se sintió satisfecho.

–Un gran chiste –emitió con amargura.

–Lo sé, debiste ver tu cara.

– ¿Sabes Ben? Realmente deberían tener cuidado con tu madre, las niñas la necesitan mucho en este punto de su vida y ustedes perdieron mucho de ella cuando estaba enamorada de Jackson, ¿cierto?

Ben se quedó en silencio y le dolió al pensar en ver a sus hermanas pasar por lo mismo.

–Ella ahora está muy deprimida, pasa las noches llorando cuando cree que nadie la escucha.

Los papeles habían cambiado, Ben se volvió inofensivo con aquellas palabras, él adoraba a su madre, la amaba como a ningún otro ser humano en la vida, no deseaba verla sufrir.

–Es una mujer fuerte, pero creo tener por seguro cuál es su debilidad.

–Tú crees saber mucho sobre ella, pero de creer a saber hay mucha diferencia.

–Estoy seguro de eso.

La prepotencia del padre de sus hermanas lo hacía insoportable.

–Pero ella ahora nos necesita a todos unidos, no podía dejarla caer.

–Ella nunca caerá.

–Benjamin, no es lo mismo una muerte a un divorcio, son similares, bueno, para Jackson y tu madre no, pero deberían serlo.

Hacer ese comentario fue cruel, Lockwood no sabía mucho sobre los límites de tolerancia, pero a Ben estaba a punto de hacerlo retroceder hasta su lugar.

–A veces las personas enamoradas no pueden entender de razones. Ella ha estado enamorada de esa manera una vez, Jackson es un verdadero conquistador.

Michael Jackson era un hombre sin igual, había logrado conquistar a su madre, y hacer a sus hijos felices por un largo tiempo, él nunca se había percatado de aquellas peleas a lo largo de los años, le agrada ir a visitarlo, ver ese brillo en los ojos de su madre le hacía alegrarse por tener a alguien como Jackson en su vida.

–Pero soy yo de quién no se ha divorciado.

Sus ojos azules se sintieron aliviados, una sonrisa nació de sus labios pensando en las probabilidades luego de su viaje.

– ¿Te gusta ver a tu madre viajar?

–Ella no necesita consultarme sobre sus decisiones, yo la apoyo en todo.

–Pero ¿no te dolería si no pudieras volver a verla?

–Ella nunca sería capaz de abandonarme.

– ¿No lo hizo una vez?

Los recuerdos hicieron opacos sus ojos azules, esa tarde aún estaba en su memoria, esos ojos llorosos y su cuerpo temblando por el frío, ella nunca iba a dejarlo, ella nunca le haría daño, pero esa tarde, esa tarde ella no había vuelto para abrazar el pequeño cuerpo de su niño rubio. Ella se había ido con Jackson, pero Ben estaba seguro de verla volver, o al menos debía confiar en eso.