Capitulo 3

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  Una casa ajena. Extraños ruidos nocturnos y sueños poblados de imágenes de James. No era extraño que _____ apenas durmiera. Volvía a ser vulnerable ante él, como cuando era una ingenua estudiante. Con un movimiento de su meñique caía rendida en sus brazos.
Resultaba indignante, humillante, pero también excitante. Desde el nacimiento de Cammie había vivido una vida tranquila. Pero a falta de dos años para cumplir los treinta, ¿debería conformarse con eso?
A las cuatro de la madrugada al fin consiguió dormirse, pero despertó al amanecer al sentir a Cammie, aún no acostumbrada al cambio horario, acurrucarse en la cama junto a ella.
- Buenos días, cariño -bostezó _____.
- ¿Qué vamos a hacer hoy?
-Creo que a James le apetece estar con nosotras. ¿Te parece bien?
- Sí. Me gusta.
Con tres sencillas palabras, su hija alivió parte de sus preocupaciones.
_____ volvió a quedarse dormida y, al despertar, notó la ausencia de Cammie. Era una cría maravillosa, pero también traviesa en ocasiones. Saltando de la cama, corrió a su habitación, pero se paró en seco al descubrirla tumbada en el suelo boca abajo, pegada a James que estaba en idéntica posición.
Estaban jugando con un tren. Verlos juntos hizo que _____ sintiera una opresión en el pecho y sus ojos se llenaran de ardientes lágrimas que, furiosa, reprimió.
- ¿Una mala noche, _____?- James levantó la vista y la miró de arriba abajo.
- He dormido como un bebé -contestó ella ignorando la provocación y mirándolo furiosa.
James tenía un aspecto delicioso, vestido de manera informal con unos vaqueros y una camisa amarilla. Llevaba los pies descalzos y _____ descubrió que cualquier parte de su anatomía le aceleraba el corazón.
- Han subido panecillos recién hechos y mermelada casera de mora. También hay café.
Cammie apenas notó la presencia de su madre, tan absorta estaba con el nuevo entretenimiento. _____ se quedó parada, sin querer pasar delante de su anfitrión para llenarse una taza con café. El silencio se hizo cada vez más incómodo.
- Dúchate si quieres -James se apiadó de ella. Te dejaré una taza de café en la mesilla de noche ¿de acuerdo?
- Gracias -murmuró ella regresando a la privacidad de su habitación. Veinte minutos después se había duchado y vestido con unos pantalones ajustados y una blusa que dejaba un hombro al aire. Se cepilló los cabellos y se los dejó sueltos.
El café estaba en el lugar prometido y se lo bebió antes de regresar a la habitación de la niña para servirse una segunda taza. Lo que vio la dejó de piedra. Cammie estaba sentada en el regazo de James mientras este leía un libro.
Los dos la miraron con idéntica expresión de curiosidad y Cammie sonrió.
- Estás muy guapa, mami. James va a llevarnos al ático.
Mientras la niña jugaba un poco más, James se acercó _____ y le habló en un susurro.
- Cammie tiene razón, estás muy guapa con disimulo, -le besó la mejilla. -Esta mañana al despertar, te deseaba.
- No deberías decir esas cosas -a _____ se le puso la carne de gallina. Miró a Cammie de reojo, pero la niña hacía caso omiso a los adultos. -Aquí no. Ahora no.
- Si te hubieras quedado anoche en mi cama, ninguno de los dos habríamos descansado- él se encogió de hombros y sonrió con idéntico gesto travieso que Cammie. -¿Te acuerdas de aquella noche después del concierto de Coldplay? No dormimos en toda la noche.
Se habían dejado caer en la lujosa cama de una habitación de hotel de Londres, borrachos el uno del otro y de la encantadora velada. Él la había tomado una y otra vez hasta que se sintió dolorida y tuvo que suplicarle que parara.
La disculpa y el íntimo baño de espuma les habían hecho perder el control.
- Calla -siseó _____. -Eso fue hace siglos. Ahora somos personas diferentes.
-Quizás, aunque yo no lo creo -James le mordió delicadamente el lóbulo, girando el cuerpo para que Cammie no pudiera observar el gesto. -Haces que me sienta igual, _____.
- Cammie, ¿preparada para subir al ático? -_____ interrumpió el momento.
Mientras subían las escaleras del ático, Cammie deslizó una mano en la de James con tal naturalidad que le hizo temblar las rodillas. Aquello lo asustaba. ¿Qué sabía él de criar a un hijo? Había sido demasiado pequeño cuando su madre había muerto para tener recuerdos de ella. Y cuando su padre se desmoronó, su único soporte fueron su tío, sus dos hermanos y sus primos, todos los cuales penaban tanto o más que él mismo.
- Espera, muñeca -Jameshizo que Cammie se parara al llegar al final de la escalera. -Encenderé la luz hacía años que no había subido allí, pero la cavernosa estancia apenas había cambiado. El suelo pulido de madera acumulaba casi treinta años de basura.
- Esto es increíble -el rostro de _____ se iluminó. -Es como un cuento. Qué suerte tuviste de criarte aquí.
A pesar de que el comentario le hirió, sabía que lo había dicho sin malicia. Y tuvo que reconocer que no todos los recuerdos habían sido desagradables. Con sus hermanos y primos había pasado innumerables tardes lluviosas jugando en ese ático.
- Es un sitio estupendo para jugar contestó -aclarándose la garganta. Enseguida vio al otro extremo de la estancia una enorme caja roja y sonrió. -Este era mi juguete preferido.
- Recuerdo haber tenido uno de esos también- _____ se acuclilló junto a ellos. Pronto, los bloques Lincoln se transformaron en granjas, puentes y carreteras.
- Se te dan muy bien las construcciones -James revolvió los cabellos de Cammie.
- Mami dice que lo he heredado de mi papá.
- ¿De tu papá?- él se quedó helado.
- Sí. Vive al otro lado del mundo y por eso nunca lo vemos.
Tambaleante e incapaz de mirar a _____, James se puso en pie.
- Enseguida vuelvo- anunció con voz ronca mientras huía escaleras abajo y se encerraba en la primera habitación, la biblioteca. Tenía un enorme nudo en la garganta y la cabeza le dolía tremendamente. Cerrando los ojos y apretando los puños contra las sienes, luchó contra el tsunami emocional que lo había pillado desprevenido.
«Por eso nunca lo vemos». ¿Cuántas veces le había hablado _____ de su padre ausente?
El estómago se le revolvió de las náuseas. De haberlo sabido, las cosas habrían sido distintas. Maldita _____.
Poco a poco recuperó la compostura mientras una incuestionable certeza surgió en su mente. Era cierto que vivía al otro lado del mundo. Durante los últimos cinco años había pasado más tiempo fuera de casa que en los Estados Unidos. ¿Qué habría hecho si _____ lo hubiera encontrado y le hubiera confesado la verdad?
Las mentiras que él había urdido en Inglaterra habían sido la semilla de un imposible nudo gordiano. Una mala decisión había llevado a otra y en esos momentos James tenía una hija a la que no conocía, _____ no confiaba en él y él mismo no sabía qué hacer.
Cuando consiguió respirar de nuevo con normalidad, regresó al ático. Cammie y _____ jugaban con un montón de ropas. La niña hacía piruetas con un tutú color magenta que había pertenecido a la prima de Justin, Annalise.
- Mírame- exclamó tambaleándose mientras intentaba ponerse de puntillas.
- Qué bonito -James se mantuvo alejado de las dos mujeres.
- ¿Estás bien?- _____ lo miró con curiosidad y preocupación.
James no quería su simpatía. Era ella quien le había negado el derecho a ser padre.
- Os dejaré un rato para que juguéis -al fin asintió. -Tengo que hacer unas llamadas.
Con el corazón en un puño, _____ lo vio marchar. En el fondo se preguntó si James y ella hubieran tenido alguna posibilidad de no haberle mentido sobre su identidad, y de haber sido ella capaz de superar su enfado para notificarle que estaba embarazada.
Pero todo aquello ya era agua pasada. Y el pasado no podía reescribirse.
Cammie y ella pasaron la mayor parte de la tarde solas. Después de comer y dormir la siesta, _____ llevó a su hija a la montaña de paseo. Visitaron el taller de madera de Gareth y Cammie se hizo amiga del perro, Fenton.
Era un hermoso día de principios del verano y las montañas Maslow registraban casi siete grados menos que el valle. _____ se enamoró de la paz y tranquilidad de aquel lugar.
De regreso a la casa se encontraron con Victor Maslow . Caminaba ligeramente encorvado y la calva le brillaba de sudor. Por lo que _____ había conseguido averiguar gracias al investigador privado, Victor tenía quince años más que su difunta esposa por lo que debía estar en esos momentos a punto de cumplir setenta años.
- Esa cría tiene unos ojos hermosos, de un color poco común- el anciano miró a Cammie de un modo que hizo que el corazón de _____ saltara de ansiedad.
- Sí -_____ no se amilanó. -Seguramente será una belleza como mi madre.
Cammie no mostraba interés alguno por la conversación de los adultos y empezó a recoger flores y a bailar alrededor de un sauce llorón. Todo bajo la atenta mirada de Victor.
- Puede que muera antes de poder ser abuelo. Gareth es el único de mis hijos que está casado y Gracie y él han decidido esperar un poco antes de formar una familia.
- ¿Está enfermo? preguntó _____.
- El corazón -el anciano sacudió la cabeza.- Si vigilo lo que como y hago ejercicio, según el médico aún me queda cuerda para rato.
- ¿Pero no le cree?
- Nadie sabe cuánto tiempo nos queda en este mundo.
- Siento mucho lo de su esposa, señor Maslow . No me imagino lo difícil que debió ser perderla tan joven.
- Ese día habíamos discutido -él se encogió de hombros.- Luego se marchó de compras.
Y más tarde murió.
Sí Victor envejeció visiblemente ante sus ojos. -He cometido muchos errores en mi vida.
- Todo el mundo lo hace, señor.
- Pero yo he arruinado la vida de mis hijos, encerrándoles como si fueran prisioneros. Mi hermano, Vincent, hizo lo mismo. Entre ambos sumábamos seis hijos, unos pobres bebés vulnerables. Yo estaba aterrorizado. Mi hermano y yo lo estábamos.
- Todos tenemos demonios a los que enfrentarnos -contestó _____-, pero los niños no deberían sufrir por nuestros errores.
- ¿Lo dices por mí o por ti?
- Supongo que por ambos -la sinceridad del anciano la pilló desprevenida. -Pero quiero que sepa una cosa, señor Maslow , haré lo que sea por proteger a mi hija.
-Me gustas, _____ -el hombre soltó una carcajada.- Es una pena que yo no tuviera hijas.
_____ no supo qué contestar, de modo que se limitó a caminar de regreso a la casa junto al padre de James y su hija.
James les vio acercarse desde una ventana. Había llegado el momento de hablar claro, y dado que nada parecía mitigar la ira que lo agarrotaba, más le valía a _____ tener cuidado.
La cena, a la que solo asistieron los cuatro, resultó incómoda. Jacob había sido requerido inesperadamente y Gareth y Gracie estaban disfrutando de un rato a solas.
Cammie se comportó de manera impecable charlando animadamente con Justin y sonriendo con timidez cuando Victor Maslow se dirigía a ella. _____ estaba silenciosa, quizás presintiendo la tormenta. Al fin Victor se apartó de la mesa.
-Si me disculpáis, este viejo va a ponerse las zapatillas y sentarse junto al fuego.
- ¿Fuego?- Cammie arrugó la nariz cuando Victor se hubo marchado.- ¡Pero si es verano!
- Tienes razón pequeña -James sonrió, -pero mi padre tiene sus excentricidades y todos nos ajustamos a ellas.
-¿Excent? -la niña dejó de intentar repetir la palabra.
- Significa que el señor Maslow es mayor y a veces hace cosas raras -le explicó su madre.
- Como cuando Jojo se pone salsa en el helado.
- Algo así _____ sonrió.
De repente James se vio a sí mismo sentado a la mesa con su amante y su hija. Cualquiera que mirara por la ventana vería a una familia de tres miembros.
- ¿Por qué no acuesto yo hoy a Cammie -? James se levantó bruscamente. -¿Te parece bien, _____?
Con la negativa reflejada en el rostro, _____ se detuvo y respiró hondo.
- Supongo que sí. ¿Tú qué dices, Cammie?
- Claro. Vamos, James ¿Tienes barquitos para jugar en la bañera?
_____ también se levantó de la mesa. En la mansión había tantas habitaciones que resultaba fácil perderse. No queriendo estar demasiado lejos de Cammie, encontró unas escaleras que conducían a la segunda planta y se dirigió a su suite. Oyó risas y chapoteos provenientes del cuarto de baño, y se dirigió a la salita para llamar a su madre.
- Hola, cariño -la educada voz de Lolita contestó enseguida. ¿Qué tal en casa de tu amigo?
- Bien, pero estoy preocupada por vosotros. ¿Alguna noticia sobre el fan psicópata?
- No seas cruel, _____. Los hombres no pueden evitar enamorarse de mí. En realidad se enamoran de mis personajes, pero actúo tan bien que parecen reales. Deberíamos compadecernos de él.
La madre de _____ no tenía ningún problema de autoestima, pero su despreocupación parecía excesiva. Afortunadamente su padre se lo tomaba en serio. Era un narcisista, pero amaba a su esposa y se aseguraba de que siempre hubiera guardaespaldas cerca.
- De todos modos, mamá, por favor, ten cuidado. No bajes la guardia.
- Es una tormenta en un vaso de agua, _____. Solo un pobre hombre necesitado de atención. Deja de preocuparte.
- ¿Te ha enviado más correos electrónicos?
- Algunos. La policía ha intervenido mi ordenador.
- ¿Qué dice en sus mensajes?
- Más de lo mismo. Amenazas hacia mí y mis seres queridos. Pero Cammie y tú estáis a salvo de momento, y tu padre y yo estamos protegidos. Todo va bien.
La conversación terminó sin que _____ se sintiera mejor. Por mucho que odiara admitirlo, sus padres siempre serían un objetivo por su fama y fortuna. Y precisamente por eso se había esforzado en construirse una vida junto a su hija, lejos de los focos que rodeaban a Lolita y Javier. Incluso permitir que Cammie viajara con ellos era arriesgado, pero quería que estuvieran unidos, y por eso se mordía la lengua cuando surgía la ocasión.
Los sonidos se trasladaron del cuarto de baño al dormitorio. _____ se asomó a la puerta y vio a James arropar a su hija mientras le daba un beso.
- Me toca -intervino ella. Sintiéndose incómoda bajo la escrutadora mirada de James, abrazó a Cammie. -Que tengas dulces sueños.
- Buenas noches, mami. Buenas noches, James- la niña apenas mantenía los ojos abiertos.
Los dos adultos salieron al pasillo. La expresión de James era sombría, nada que ver con la que había exhibido ante Cammie.
- Cámbiate de zapatos -ordenó. Vamos a dar un paseo.
- Cuando tienes niños, no puedes largarte así sin más -_____ frunció el ceño.
- No soy estúpido, _____. Jacob acaba de regresar. Va a subirse un montón de revistas médicas y me ha prometido vigilarla.
- No entiendo por qué tenemos que abandonar la casa.
- Hace una noche preciosa y, además, no creo que quieras que oigan nuestra conversación.
Aquello la silenció. No estaba en situación de oponer resistencia.
Tal y como había prometido, Jacob subió y _____ se puso un calzado deportivo, vaqueros y una camisa de manga larga. Incluso en verano, las noches en la montaña eran frescas.
Vámonos Justin señaló la puerta tras intercambiar unas palabras con Jacob.
- No me has dicho adónde vamos- _____ se paró al salir de la casa.
-Vamos a la cima de la montaña.
- Creía que ya estábamos en la cima de la montaña.
- La casa está encajada en una llanura, pero en los extremos de la propiedad, la cima se eleva. Un extremo se ha convertido en helipuerto, nosotros nos dirigimos al otro.
_____ lo siguió en silencio. James mantenía deliberadamente un ritmo acelerado. Si conseguía extenuarla, con suerte no tendría fuerzas para discutir con él.
- James, para, necesito descansar -suplicó ella cuando empezaron a subir una pendiente.
Él se paró y la miró. Tenía el rostro pálido y la respiración entrecortada.
- ¿Podemos continuar?- preguntó, decidido a no hacerle la menor concesión aquella noche.
Ella asintió.
- Toma mi mano- ordenó él secamente.
El contacto con los finos dedos le despertó toda clase de emociones encontradas con su estado de ánimo y tuvo que borrarlas de su mente para continuar con su propósito.
Lentamente alcanzaron la cima desde la que había una espectacular vista del cielo estrellado.
A pesar de su mal humor, la escena, como de costumbre, sobrecogió a Justin. Una enorme piedra aplanada durante siglos por la acción del viento y la lluvia, servía de asiento. A pocos metros de sus pies, la montaña caía en un interminable precipicio.
- ¿Tienes pensado arrojarme al vacío?- bromeó _____ sentada muy cerca de él.
- No me tientes.
- Menos mal que no tengo vértigo.
- Otra vez vendremos de día, se pueden divisar varios kilómetros a la redonda.
Durante unos minutos quedaron en silencio. Quizás llevarla allí había sido un error. La salvaje belleza del lugar empezaba a suavizar su mal humor.
- Lo que me hiciste fue imperdonable- empezó James,sentado con los codos apoyados en las rodillas y mirando al vacío.- Me robaste a mi hija la voz se le quebró y tuvo que respirar hondo para calmarse y poder continuar. No hay excusa para lo que hiciste.
- Siento que te hayas perdido la transformación del bebé en la divertida e inteligente niña que es ahora.
- En realidad no es una disculpa, ¿verdad? Volverías a hacerlo otra vez.
- El padre de mi hija fue un mentiroso que me abandonó sin una explicación. Más tarde, al descubrir la verdad, comprendí la clase de hombre que eras realmente. Un eterno Peter Pan, siempre en busca del país de Nunca Jamás. Sin poder establecerse en un sitio.
- Te crees que lo sabes todo. Viajar por el mundo no es ningún delito.
- No, pero sí es un estilo de vida muy egoísta. Reconozco que tu trabajo es importante, pero esos puentes que construyes también han levantado muros invisibles. No tienes que responder ante nadie, salvo tú mismo. Y así es como te gusta vivir.
- De haber conocido la existencia de Cammie, a lo mejor habría tomado otras decisiones.
Lo dudo. No estabas preparado para cuidar de un bebé. Y tú mismo has reconocido que en seis años apenas has regresado a las montañas Maslow Te sientes como la parte perjudicada de esta historia, James pero desde mi posición veo que nuestras vidas siguieron los cursos que debían seguir independientes, separados.
- Llámame egoísta, _____ -James no podía librarse del dolor que sentía al -no haber podido tomar en brazos a su bebé, pero a ti te gusta jugar a ser Dios, a controlarlo todo.
- Hice lo que tuve que hacer para sobrevivir.
- Por suerte para ti, tus padres tienen dinero.
- Sí.
- Porque, de lo contrario, te habrías visto obligada a venir arrastrándote hasta mí y eso habría sido un golpe para tu orgullo.
- Jamás habría acudido a ti en busca de dinero.
- Maldita seas -él se golpeó una rodilla con el puño. -¿Tienes idea de lo arrogante que eres?
- ¿Yo? ¿Arrogante?- _____ alzó la voz. -Tú escribiste ese libro, Justin. No haces más que echarle la culpa a los demás. No me disculparé por proteger a mi hija de un padre ausente.
Las familias de los militares soportan continuas ausencias y sus hijos sobreviven.
-Cierto, pero esos niños también sufren. A veces se duermen llorando deseando que su mamá o su papá estuvieran allí para arroparles. Es una vida muy dura.
- Pero nunca nos diste la menor oportunidad para comprobar si funcionaría.
- Practicaste sexo conmigo durante seis semanas sin revelarme tu verdadera identidad. En el nombre de Dios, ¿qué te hace pensar que iba a exponerme voluntariamente a esa situación de nuevo? Me hiciste daño, James. Mucho. Y cuando descubrí que iba a tener un bebé, apenas pude soportarlo. Si al menos te hubieras puesto en contacto conmigo, quién sabe qué habría podido ocurrir. Pero no lo hiciste. Y lo hecho, hecho está.
- Quiero que sepa que soy su padre.
- No.
- Tengo mis derechos.
-Contárselo sería una crueldad. ¿No lo comprendes?
-Me necesita. Toda niña debe tener un padre que la mime y le enseñe a montar en bicicleta.
- ¿Y piensas hacerlo por videoconferencia? ¿Es eso lo que tienes pensado?
- ¡Por Dios, qué fría eres!
- Lo que soy es realista. No estamos hablando de lo mucho que Cammie pueda necesitarte a ti. En realidad se trata de lo que tú la necesitas a ella, ¿verdad? Y si te paras a pensar en ello, la actitud más madura sería la de apartarte de su camino para no lastimarla.
- Quiero que se quede el verano entero.
- Se enamoraría de ti y sufriría cuando todo acabara. Desde luego que no.
-Así no llegaremos a ninguna parte -se quejó James . -Tengo una idea. Mi prima, Annalise, regresa mañana. Se le dan muy bien los niños y Cammie la va a adorar. Al día siguiente tengo que ir a Nueva York para recaudar fondos para el proyecto de septiembre. Estaré fuera un día y quiero que me acompañes para intentar solucionar todo esto.
- No hay nada que solucionar.
- Te lo diré de otro modo o accedes a venir a Nueva York para discutir en terreno neutral, o le contaré a Cammie la verdad en cuanto despierte por la mañana.
- No puedes hacer eso.
- Intenta impedírmelo -James luchaba sin contemplaciones por su vida, su futuro.
_____ se puso de pie de un salto, pero él la agarró por la muñeca.
- Ten cuidado, maldita sea. Estás demasiado cerca del borde.
- Llévame a la casa -_____ se quedó helada al comprender el peligro. -Somos padres de una criatura. No quiero pelearme contigo.
- Pero sí quieres torturarme.
- Eso tampoco le aseguró.
- Quiero hacerte el amor, no ver cómo te matas. Alejémonos de este precipicio.
James la condujo por el estrecho sendero hasta regresar de nuevo al bosque donde se paró para hundir las manos en los sedosos cabellos y besarla.
_____ no se resistió, pero sus labios no se movieron.
- Debes confiar en mí, _____- él la abrazó, sintiéndola temblar. -No le haré daño a Cammie. Ni a ti repitió a modo de juramento. -Un juramento, comprendió, sincero.
Ortodoxa o no, _____ y Cammie eran su familia, tanto o más que Gareth, Jacob y Victor. Estaba dispuesto a dar su vida por ellas. Si pudiera hacerle comprender a _____ la profundidad de sus sentimientos, quizás se mostraría más dispuesta a creerle.
Con dolorosa lentitud, saboreó su boca y le mordisqueó la lengua. Por fin, ella le rodeó el cuello con sus brazos y correspondió al beso. La frustración y el conflicto se transformaron en deseo.
James le arrancó la camisa y le desabrochó el sujetador, lanzándolo descuidadamente. El ardiente deseo le nublaba la visión y temblaba como si tuviera fiebre.
A _____ se le puso la piel de gallina bajo el frío de la noche y los pezones de los voluptuosos pechos se endurecieron como piedras. Él se introdujo uno y después otro en la boca y los chupó, deslizando los labios por la sensible piel y masajeando los pechos con las manos.
_____ gimió y el sonido se instaló directamente en la entrepierna de James , que le arrancó los vaqueros y los deslizó por las caderas lo suficiente para poder introducir la mano entre las piernas. Estaba húmeda y dispuesta para él.
Liberando su propio sexo, buscó un preservativo en los bolsillos del pantalón y se lo puso antes de empujarla contra el árbol más cercano. Fue un acto animal y salvaje.
Con un gruñido de determinación, se impulsó hacia arriba introduciéndose en el ardiente túnel. La sensación de ser abrazado por seda mojada le hizo gritar.
-Nunca me harto de ti -murmuró contra su cuello. -Haces que entre en combustión.
Después, la conversación se evaporó en la ardiente conflagración. _____ clavó las uñas en los fuertes hombros y se aferró a ellos con desesperación mientras él le sujetaba el trasero y le basculaba las caderas para poder llenarla por completo.
Ella gritó y se estremeció. Su liberación desencadenó la de él, que mantuvo las manos bajo el trasero mientras embestía sin importarle golpeárselas contra el árbol.
_____ lo besó con dulzura y esa sencilla caricia bastó. Temblando y respirando entrecortadamente, James llegó con un rápido y ardiente golpe de cadera.
Con las piernas flojas, cayó al suelo y se tumbó de espaldas con _____ encima.
-Quédate todo el verano -suplicó.
- Calla -ella le cubrió la boca con una mano. -Vamos a dejarlo por ahora. Iré contigo a Nueva York. Serán dos noches más. Después, Cammie y yo regresaremos a casa. Tengo que terminar un proyecto y ella tiene varias fiestas con amigas. Tenemos nuestra vida, James, pero me pensaré regresar más adelante para otra visita. No me presiones.
Con ella encima, a James le resultaba difícil enfadarse y acarició perezosamente el generoso trasero. Todo su cuerpo parecía estar hecho para la fantasía masculina.
La erección apuntaba nuevamente, pero no le quedaban más preservativos. Un fallo. De modo que introdujo la mano entre ambos cuerpos y le acarició el delicado botón que hizo que _____ se estremeciera y jadeara. Ella intentó controlarse, pero él la llevó a la cima.
Llega para mí, nena le urgió, deleitándose en la humedad que sentía en los dedos. El sufrimiento merecía la pena por oírle gritar su nombre mientras alcanzaba el paraíso.  

Un Toque De Persuasión| James Y Tu| Adaptada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora