Capitulo 4

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  _____ no podía, no debía, no quería enamorarse nuevamente de él, y eso ocurriría si pasaba el verano en las montañas Maslow. Aunque moriría antes de admitirlo, James era irresistible y prueba de ello era cómo había caído en sus brazos sin apenas resistirse. Solo la distancia física podía protegerla. En Nueva York iba a dejar clara su postura.
_____ conocía Nueva York y sabía que esa ciudad podía ser mágica.
Siempre podría imponer la condición del celibato para el viaje, pero lo cierto era que deseaba a James y disfrutaba con la perspectiva de pasar una noche ininterrumpida en sus brazos. Si no olvidaba que una vez hecho, habría acabado, su corazón estaría protegido.
En agosto podría hacer otro viaje a las montañas con Cammie para que Justin viera a su hija. Después, él se marcharía al otro extremo del mundo y ellas volverían a su vida.
_____ había sido criada en el caos, arrastrada de plató en plató por todo el mundo, escondiéndose en su habitación cuando sus padres se enzarzaban en una de sus teatrales broncas.
Lo único que deseaba era una existencia pacífica y normal para criar a su hija.
Regresaron a la casa tomados de la mano y sin apenas hacer ruido al caminar.
Ella se aferraba a James con fuerza. Era un hombre encantador y honrado a pesar de sus errores de juventud. Amaba a su familia y era evidente que sentía lo mismo por Cammie.
Pero la montaña Maslow también representaba para él una trampa que le había robado la infancia. A pesar de regresar de vez en cuando, nunca se instalaría allí.
Entraron en la casa por la puerta de atrás caminando con cuidado para no despertar al servicio. Al llegar a la suite de _____, Jacob se levantó y se estiró.
-Pensaba que ya no volvíais.
- Lo siento -se disculpó James. -Perdí la noción del tiempo. Hace una noche tan hermosa.
-Cuidado con mi hermano -Jacob posó sobre _____ su mirada, intensa.- Le encanta merodear de noche por el bosque.
- Me ha encantado el paseo -ella se sonrojó, segura de que Jacob sabía exactamente lo que habían estado haciendo.
Tras la marcha de Jacob se instaló un incómodo silencio en la suite.
- ¿Vienes a mi habitación? -James la miraba con expresión de deseo.
-Necesito dormir- ella sacudió la cabeza. -Cammie despertará temprano. Buenas noches.
Necesitaba poner distancia de por medio. La masculinidad de James la arrastraba y aquella noche necesitaba reflexionar sobre cómo proteger su vulnerable corazón.
La llegada de Annalise, la prima de James, a la mañana siguiente fue como un soplo de aire fresco y lluvia. Su contagiosa risa y su sincera amabilidad eran difíciles de resistir.
- Encantada de conoceros a ambas -saludó agachándose para abrazar a Cammie.
Era alta, morena y guapísima. Y cuando miró a la niña a los ojos se quedó helada.
Annalise abrazó también a James y Jacob, que habían dejado momentáneamente la obra en la clínica para comer con ella. Gareth estaba con su mujer.
-Papá y los chicos siguen de pesca en Wyoming, pero yo ya estaba harta de peces y mosquitos. Además, quería volver para ver a James.Es como avistar al monstruo del lago Ness una no puede perdérselo.
- Qué graciosa -James soportó sus bromas con buen humor y la rodeó por los hombros camino del comedor. -Admítelo, niñata, has venido para conocer a mis invitadas.
- Me has pillado- ella arrugó la nariz y miró a _____ con gesto compungido.- Es un defecto que tengo. De pequeños, los chicos me torturaban fingiendo que tenían un secreto que no iban a compartir conmigo. Yo les acosaba sin piedad hasta que acababan por admitir que se lo habían inventado.
- Debió ser duro ser la única chica.
- Ni te lo imaginas -Annalise miró preocupada a su alrededor. -¿Dónde está el tío Victor?
- Pasó una mala noche -explicó Jacob, -pero espera unirse a nosotros para la cena.
Mientras comían ensalada y fruta, _____ observó a Annalise. Aún faltaban tres hombres, los hermanos de Annalise, además de Vincent, hermano gemelo de Victor. Era evidente que la joven estaba muy unida a James y a Jacob, con quien bromeaba con mucho afecto.
Los seis primos habían sido criados aislados en la enorme casa tras las violentas muertes de sus madres. La tragedia había marcado y conformado a la familia.
Concluida la comida, los hombres se levantaron y Annalise se volvió hacia _____.
- ¿Por qué no vamos a nadar a la piscina de Gareth y Gracie?
-¿Piscina?- _____ miró de soslayo por la ventana a través de la cual se veía la lluvia torrencial que caía.
- Es una piscina cubierta, tonta -rió Annalise.
-¿Cammie sabe nadar? -James frunció el ceño.
-Venimos de California. Por supuesto que sabe.
La reacción de James,la del típico padre preocupado, había llamado la atención de Annalise, y de _____ también, que se preguntó cuánto tiempo tardaría algún miembro de la familia de James en preguntarle si Cammie era una Maslow
La impresionante piscina estaba construida a semejanza de un lago tropical, incluyendo su cascada, periquitos y agua templada.
A Cammie le encantó y nadó como un pez por toda la piscina. Gracie se unió a ellas enseguida. La pelirroja destilaba un aire de satisfacción que provocó la envidia de _____.
- Me encanta tener mujeres aquí -Annalise echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada.
- A mí también- asintió Gracie. -Cuando volvimos de la luna de miel, Annalise ya se había marchado y confieso que a veces he echado de menos a una chica con quien charlar.
- ¿Cuánto tiempo lleváis casados? -preguntó _____.
- Menos de dos meses. Aún me estoy acostumbrando a esta casa.
- La casa de Gareth era impresionante, aunque no tan grande como la mansión Maslow . Entre los árboles, se divisaba la casa, más moderna, de Jacob.
-¿Por qué James no se ha hecho nunca una casa? -preguntó _____ intrigada.
- No la necesita -Annalise se encogió de hombros. -Apenas duerme doce noches al año aquí. Con suerte, viene dos días en Navidad. Por lo demás, siempre está viajando. Todos sufrimos mucho de niños, pero Justin lo pasó peor que los demás. En cuanto pudo, salió en busca de la libertad. No se puede enjaular a un trotamundos.
¿Era piedad lo que _____ veía en los ojos de Annalise?
Esperó equivocarse. Ya era malo saber que no tenía ningún futuro junto a James, no quería la conmiseración de los demás.
Gracie regresó a su pintura y _____ aprovechó para hablar con Annalise.
-James me ha pedido que lo acompañe a Nueva York y ha pensado que no te importará cuidar de Cammie. ¿Se ha tomado demasiadas libertades?
-Claro que no -contestó Annalise de inmediato. Aun siendo la antítesis de la madre de _____, poseía un aire de artista al que ningún hombre podría resistirse.- Cammie es un encanto y me alegrará poder cuidar de ella.
A su lado, _____ se sentía desaliñada y gorda, aunque a James no parecía importarle su figura redondeada.
- Solo será por una noche y al día siguiente regresaremos pronto porque Cammie y yo tenemos que tomar un vuelo de regreso a California.
-¿Por qué no utilizas el avión privado de la familia? ¿James no te lo ha ofrecido?
- Sí, lo ha hecho. Varias veces. Pero prefiero organizarme yo el viaje.
- ¿No quieres sentirte en deuda con él?
- No es eso. Pero he intentado criar a Cammie lejos del lujoso estilo de vida de mis padres.
- ¿Y qué tal te va?
- A veces pienso que es una batalla perdida -contestó _____ con tristeza.
- ¿No te gustó crecer en ese ambiente?
- Me gustaban los juguetes y los juegos como cualquier niño, pero tenía amigos cuyos padres eran lo que yo consideraba «normales», con trabajos de nueve a cinco, comida campestre los fines de semana, partidos. Yo no tuve eso, pero lo quiero para Cammie.
- A veces no apreciamos lo que tenemos en casa. Es bueno no tener que preocuparse por el dinero, y también está la satisfacción de ayudar a los más necesitados. Nuestra familia nunca ha carecido de nada, pero me gusta creer que no hemos sido malcriados. Nuestros padres nos inculcaron el sentido de la responsabilidad.
- Si yo consiguiera eso con Cammie, me sentiría feliz.
- Es una cría estupenda Annalise se escurrió el agua de los cabellos. Para ser madre soltera, has hecho un gran trabajo. No debe haber sido fácil.
_____ se preparó para la pregunta sobre la paternidad de Cammie. Sin embargo, la otra mujer se limitó a sonreír.
- Gracias -contestó _____ algo turbada mientras salía del agua tras Annalise.
- Si necesitas hablar con alguien, cuenta conmigo -el habitualmente alegre rostro se tornó serio y su mirada, al igual que la de Jacob, parecía verlo todo.
- Te lo agradezco -durante un segundo, _____ se sintió tentada. Deseaba compartir con otra mujer los temores y preocupaciones que acarreaba ser la amante de James,y madre de su hija. Pero Annalise era prima de Jams,parte de la familia, y si no le había permitido a él revelar su paternidad, le parecía poco ético compartir el secreto.
Se envolvió en una toalla y se tumbó en una hamaca para observar los juegos de Cammie. Annalise hizo lo propio y ambas disfrutaron de la suave música proveniente de unos altavoces ocultos entre el follaje. _____ bostezó, consciente de que la falta de sueño tenía mucho que ver con James. Si no estaba con él, soñaba con él.
La niña hizo el pino en el agua y ambas mujeres aplaudieron.
- Cammie encontró uno de tus trajes de ballet en el ático. Espero que no te importe que haya jugado con él.
- Claro que no -Annalise bostezó, echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos. -Mañana le enseñaré mi tesoro secreto de muñecas Barbie. Tenía que mantenerlas escondidas de los chicos para que no les arrancaran la cabeza.
- ¡Qué horror! -rio _____.
- No me hagas hablar -Annalise la miró con expresión sombría.
_____ y James partieron para Nueva York a primera hora de la mañana. Aunque estaba preocupada ante la perspectiva de dejar a Cammie, era más que evidente que la niña se lo estaba pasando de lo lindo. Victor la mimaba, Jacob le había prometido una visita a la clínica y una piruleta, y Gareth y Gracie la invitaron de nuevo a la piscina.
Además estaba Annalise. _____ y ella se habían encariñado como hermanas y la joven le había preparado a Cammie una agenda de actividades imposible de completar.
Así pues, James y _____ se despidieron y partieron en helicóptero hacia el pequeño aeródromo de Charlottesville donde les aguardaba el jet privado de los Maslow . Aunque _____ estaba acostumbrada al lujo y los caprichos, la fortuna de James y su familia superaba cualquier cosa que hubiera conocido.
En el interior del jet, un atractivo auxiliar de vuelo le ofreció una copa y un tentempié. Ella se decidió por un cóctel de fruta ya que el desayuno había sido más que generoso.
James tomó una bolsita de anacardos y se dirigió a la cabina para charlar con el piloto. Mientras _____ se abrochaba el cinturón, apreció la comodidad del asiento, más parecido a un sillón, estiró las piernas y sintió un escalofrío de excitación.
Cerró los ojos y sonrió satisfecha. La cálida mano que se apoyó en su hombro le sobresaltó. Al abrir los ojos se encontró con la sonrisa de James.
- ¿Te asusta volar?- él se sentó en el asiento contiguo al suyo.
- Me encanta volar contestó ella. ¿Y a ti?
- Me lleva rápidamente adonde quiero ir y para alguien con mi trabajo es lo principal. Pero también me gustan la libertad y la sensación de aventura. No creo que cambie nunca.
_____ sintió un nudo en el estómago. James era un hombre acostumbrado a dar la vuelta al mundo. Su lenguaje corporal reflejaba expectación, energía.
El día se volvió repentinamente sombrío. Tener ante sí la evidencia de lo que ya había supuesto resultaba doloroso. Su amante, padre de su hija, era un trotamundos, un aventurero. Jamás se conformaría con vivir dentro del recinto vallado de una casa.
El ruido de los motores al despegar anuló toda posibilidad de conversación. _____ cerró los ojos y fingió dormir. Estaba demasiado sensible. Corría serio peligro de volver a enamorarse de él. ¿Cómo no hacerlo?
A pesar de lo poco que la conocía, James amaba a la niña y estaba decidido a ser su padre. Solo se lo impedían los temores y reservas de _____, decidida a protegerse del dolor de volver a perder al padre de su hija.
Mientras James hablaba con el auxiliar, ella aprovechó para estudiar su perfil. Tenía la nariz recta y la mandíbula cincelada. Unos dientes blancos que brillaban contra la bronceada piel al sonreír y un cuerpo atlético y sano. Las largas piernas y anchos hombros completaban un agradable paquete de masculina perfección.
La boca se le secó y los muslos se tensaron al recordar la noche anterior. Cuando estaban juntos, le hacía sentir la mujer más importante y deseable del mundo.
Aunque era muy capaz de cuidar de sí misma, le gustaba el comportamiento protector y caballeresco. En caso de crisis, James Maslow era una roca.
Durante un tiempo convertirse en su esposa había sido un sueño. Pero era consciente de que aunque pusiera su nombre en un papel, el sueño terminaría en dolor y frustración. Ella necesitaba un amante que estuviera allí siempre, no solo en caso de emergencia.
James era sin duda capaz de manejar cualquier crisis, pero _____ estaba bastante segura de que no era de los que trataban con las cuestiones mundanas de la vida familiar, como sacar la basura, pagar las facturas o cortar el césped.
Para su sorpresa, se quedó dormida de verdad. James la despertó a tiempo de ver la estatua de la libertad mientras pasaban por delante. En pocos minutos el piloto desplegó el tren de aterrizaje y tomó tierra.
Una limusina les aguardaba a pie de pista y enseguida se encontraron viajando hacia la ciudad entre innumerables taxis. James le tomó la mano llevándosela a los labios para besarla.
- Te dejaré en el centro -la miró con una lánguida sonrisa. -¿Te importaría distraerte un par de horas sola mientras me encargo de la reunión?
-Claro que no, pero yo
- ¿Qué?
- Te debo una disculpa -_____ se mordió el labio. -Pensé que este viaje de negocios no era más que una excusa para conseguir estar a solas conmigo.
Estaban sentados muy cerca el uno del otro y ella percibía claramente la loción de afeitar que había utilizado aquella mañana. Vestido con un traje gris oscuro de corte clásico, camisa azul claro y corbata a juego, no se parecía en nada al hombre que había conocido. Si antes le había recordado a Indiana Jones, en esos momentos parecía más un ejecutivo de Wall Street. Y no estaba segura de si le gustaba el cambio.
James la atrajo hacia sí, rodeándole la cintura con un fuerte brazo y reclamando sus labios con un fuerte beso. Sin aliento, con el corazón martilleando con fuerza, la soltó y se reclinó en el asiento.
- En mi trabajo hay que dorarle la píldora a los peces gordos.
- ¿A qué te refieres?
- Voy a reunirme con los herederos de una gran fortuna. La madre fallecida quería financiar varias obras de caridad por el mundo, pero sus encantadores hijos opinaban que los diez millones que les había correspondido a cada uno eran un insulto y fueron a los tribunales. Afortunadamente, el juez ordenó respetar el testamento. Desgraciadamente para mí, los chicos forman parte del comité de la fundación y tengo que enfrentarme a sus egoístas y petulantes exigencias para conseguir lo que quiero para mi siguiente proyecto.
- ¿El de septiembre?
- Vamos a diseñar y construir un orfanato en Sudán asintió él.
- ¿No es peligroso ese país?
- Mira a tu alrededor -James se encogió de hombros. -Te pueden matar por cruzar la calle.
Antes de que _____ pudiera responder, el coche paró frente a una tienda de diseño.
- Preferiría ir a Marcys- ella arrugó la nariz. -La de la calle 34. ¿Nos pilla muy lejos?
- No, pero había pensado que, dados tus orígenes, te gustaría lo exclusivo.
- Pues soy más del tipo Macys.
- Lo que tú digas -el trayecto fue breve. James saltó del coche para abrir la puerta de _____ y la acompañó a la acera. La miró con una expresión que encerraba algo más que afecto y le dio un beso. -Aquí tienes mi tarjeta. Diviértete.
- Vete a la reunión _____ deseó pedirle que se quedara, pero se obligó a dar marcha atrás.
-Te llamaré cuando haya terminado- se despidió él .
James soportó la reunión sin su habitual paciencia. Los horribles descendientes, como los llamaba, no pusieron más dificultades de las habituales, pero él no estaba en forma para hacerles frente. Solo podía pensar en ir al hotel con _____ y pasar veinticuatro horas en la cama con ella.
Era su fantasía. Lo caballeroso sería llevarla primero por la ciudad para que se divirtiera.
Además estaba la cuestión de Cammie. James temía que, en cuanto expusiera su intención de reclamar sus derechos como padre, el buen ambiente se estropearía. No estaba seguro de cuál era la postura de _____ en esos momentos. A veces le daba la sensación de que estaba preparada para contarle la verdad a Cammie, pero otras se empeñaba en que no estaba hecho para ser padre.
Para estresarlo aún más, la reunión se alargó. A las doce y media, al fin, se levantó excusándose. Lo principal estaba solucionado y solo quedaban las minucias que no requerían de su presencia.
La limusina lo aguardaba al salir a la calle. Desgraciadamente el atasco del mediodía le retrasó y cuando llegó a Macys la cabeza de James martilleaba de hambre y tensión.
_____, todo sonrisas, entró en el coche. Otra mujer estaría rabiosa por la tardanza, pero ella parecía feliz de verlo y él reaccionó de inmediato al recibimiento. Y de repente fue consciente de que no podía imaginarse la vida sin ver la sonrisa de _____ cada día.
Desde la muerte de su madre y la rendición emocional de su padre, James no se había permitido a sí mismo necesitar a nadie. Se enorgullecía de ser autosuficiente.
- Conozco varios restaurantes estupendos donde comer- él tomó la mano de _____. -¿Tienes alguna preferencia?
- Al ver que tu reunión se retrasaba -ella dio una palmadita a la enorme bolsa que tenía entre los pies, -elegí unas cuantas cosas de la tienda gourmet de la esquina. Pensé que podríamos disfrutar de un picnic en Central Park. ¿Qué me dices?
- Suena perfecto de repente,- la irritación de las últimas horas se esfumó.
James dio instrucciones al chófer y en pocos minutos bajaron del coche frente al museo Metropolitan. Mientras cruzaban la Quinta Avenida, tomó la bolsa de manos de _____.
- ¡Por Dios santo! ¿Qué has comprado?
Ella soltó una carcajada. La hermosa e inmaculada piel relucía bajo el sol. James sospechaba que, criada a la sombra de su espectacular madre, _____ no tenía ni idea de que era igualmente hermosa. Tendría que convencerla personalmente.
Al no tener una manta que extender sobre la hierba, optaron por sentarse en un banco frente al lago. _____ llevaba un vestido estampado con diminutos girasoles y cuando se quitó la chaquetilla, James casi se atragantó.
Tenía un cuerpo voluptuoso, cabellos rojizos y ojos color chocolate y le recordó a Sophia Loren de joven. El vestido era bastante recatado, salvo por el pronunciado escote cruzado que encajonaba los generosos pechos. James se imaginó deslizando la lengua desde el cuello hasta los deliciosos montículos y de inmediato se puso duro.
Sobre el escote descansaba un diamante amarillo que reconoció de los días de universidad. Sus padres se lo habían regalado al cumplir veintiún años. _____ se había mostrado reticente a llevar el carísimo pedrusco a diario, pero él le había convencido de que debía disfrutar del regalo sin importarle perderlo.
¿Cómo habría reaccionado de haber sabido que _____ estaba embarazada? En aquellos años había sido una persona llena de ira y amargura intentando abrirse camino en un mundo que no tuviera nada que ver con el imperio de los Maslow. La paternidad ni siquiera había sido una opción.
En cuanto su padre se hubo recuperado del infarto que le había hecho regresar de Oxford, James se había marchado a explorar el mundo. Había vadeado campos de arroz, navegado en canoa por ríos infestados de mosquitos y escalado montañas donde el aire era tan fino que costaba respirar. Para el mundo civilizado, James había dejado de existir.
Y cada paso recorrido lo alejaba más y más de las montañas que habían sido su lujosa prisión. Pero, ¿qué habría sucedido de haber sabido de la existencia de Cammie?
_____ se sacudió las migas de la falda y estiró las piernas, cruzando los tobillos. Tenía las uñas de los pies pintadas de rosa coral, a juego con el vestido y James deseó desesperadamente besar los perfectos y delicados pies.
La existencia de Cammie lo había cambiado todo. James y _____ estaban ligados y solo el tiempo diría hasta dónde.
- ¿Y ahora qué? -preguntó repentinamente. -¿Una obra matinal en Broadway? ¿Un paseo por el puerto? ¿Más compras?
- No podemos ignorarlo -ella lo miró de soslayo con gesto preocupado. -Vine aquí para aclarar nuestra situación. Podemos empezar por ahí y luego, quizás, disfrutar de lo que quede del día.
- Ya sabes cuál es mi postura -James se encogió de hombros. -Quiero que os quedéis todo el verano y quiero contarle a Cammie que soy su padre.
- Tengo que terminar un trabajo, James -_____ se mordisqueó el labio mientras retorcía las manos sobre su regazo.- Y necesito estar en mi estudio.
- Háblame de ello -James quería conocer todos los detalles de su vida.
En Oxford le había impresionado su talento para las acuarelas, y también había reconocido una ambición y ansias de perfección semejantes a las suyas.
- Ilustro cuentos infantiles para dos editoriales de Nueva York. El horario es flexible y me permite atender a Cammie. Uno de mis últimos libros fue propuesto para un premio.
- Entonces te ha ido bien.
- Nunca quise vivir de mis padres -ella asintió. -Me gusta la independencia y la seguridad de saber que mantengo a mi hija.
- ¿Y por qué no puedes trabajar en las montañas?
- Necesito pintura, papel, productos. Además No he cambiado de opinión sobre el efecto que tendría tu marcha en Cammie. No te lo he dicho porque no quería causarte dolor, pero ella siempre me ha suplicado que le diera un papá, desde que es lo bastante mayor para saber que debería tener uno. Si le contáramos la verdad, pensaría que vendrías a California a vivir con nosotras.
- ¿Es tu última palabra?- la imagen de la niña suplicando tener un padre lo atormentó.
- ¿Vas a llevarme ante los tribunales? -ella lo miró con gesto solemne.
- ¡Claro que no! -James se puso en pie y se dio la vuelta para que ella no pudiera contemplar su expresión. La impotencia y la rabia lo desgarraban por dentro.
- Por favor no te enfades -_____ se unió a él y le rodeó la cintura con un brazo, apoyando la cabeza en su hombro.- Solo intento hacer lo mejor. Quizás no para ti o para mí, pero sí para Cammie.
- No estoy enfadado -gruñó él mientras la atraía hacia sí sin apartar la vista del lago.
- Deja que nos vayamos a casa mañana -continuó ella.- Terminaré mi proyecto. Cammie y yo tenemos algunas actividades programadas para el verano. En agosto, regresaremos a las montañas para otra visita antes de que te marches a Sudán.
- ¿Me prometes que reflexionarás sobre lo de contarle quién soy realmente?
- Me lo pensaré -asintió ella.
- No te pido más -por supuesto que deseaba más, pero esperaría al momento oportuno.  

Un Toque De Persuasión| James Y Tu| Adaptada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora