Capítulo III

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Capítulo III

    El primer baile al cual acudió Alondra, fue a la presentación de su amiga, admirando lo hermosa que se había transformado. Y esperando que encontrase a alguien que la valorase por ser quien era internamente. Sabía que Isabella era una eterna soñadora romántica. Incluso, en el pasado había sospechado que ella estaba enamorada de su hermano, de Matthew, pero siempre se lo había negado, por lo que terminó olvidándose de ese asunto. Observó a su hermano. ¿Por qué de todas las mujeres presentes en el mercado casamentero, no se permitía cortejar a Isabella? Sonrió admitiéndose que ambos harían una linda pareja.



    ¡Y ellas podrían terminar siendo familia!



    Luego de ese baile, había ido a otro, al baile de lady Wilson, una oportunidad donde había terminado siendo el centro de admiración sin desearlo, siendo consciente lo cercano que se encontraba su propio baile de presentación, después de visitar a su pequeña hermana Candace Cavendish a Bath. Esa noche, la familia del duque de Devonshire había sido invitada por parte de la lista de lady Eloise Wilson, mientras que en la lista de lord John Wilson, el conde de Essex. Sin saber que, por primera vez, después de tanto tiempo, dos familias enemigas se encontrarían en una misma reunión aristócrata.



    Para el conde de Essex, aquella era una oportunidad que no podía rehusar. Sabía que se encontraría con su principal objetivo de venganza. Con el duque de Devonshire y a quien utilizaría como su objetivo para hacerle sufrir. A su queridísima hija. Su principal propósito era hablarle y saludarle si la encontraba sola. Hallaría esa oportunidad.



    Y encontró esa oportunidad al verla con su amiga, lady Isabella Aldwych. La observó aún sin poder ocultar cuanto le había sorprendido verla. Estaba aún más hermosa que el día que estuvieron frente a frente, sin saber que eran enemigos. Se había quedado estático, sin poder evitarlo.



—Recuerda que es el enemigo...—se recordó y aprovechó en saludarla. Sus padres ni los padres de su amiga se encontraban cerca. Ni siquiera su hermano.



    Sin embargo, había sido testigo de cómo otros también la admiraban, dejándole claro que, si no se movía rápidamente después de su presentación, y con cautela, perdería la oportunidad de llegar a ella.



— No permitiré que mis planes se vean perjudicados... ¡Tengo que destruirte! — susurró entre diente al verla sonreír, mientras hablaba con otros caballeros, después de saludarle.

— ¿Y se puede saber a quién estás mirando con tanto interés?— expresó su amigo, lord Arthur Smith, con un tono de picardía al acercarse a él—. ¿Alguna dama en especial, amigo?

— Sería injusto sin estuviese admirando a una sola... Y deseando saber quién de ellas le consideraría a este mortal un solo baile— fingió estar distraído por tanta belleza presente.

— Tu rostro no me dice lo mismo... y hace años que no te miraba así.

— ¿Mirarme así?... ¿Podría saber acaso que es lo que insinúas? — preguntó al mirarlo fijamente. Odiando no haberse percatado de su presencia.

— Solo he visto esa expresión en tu rostro una vez...

— Entonces, me temo que te equivocas...Con permiso.



    Salió al jardín, esquivó cuantas personas deseaban buscarle una conversación. Escapó al jardín para olvidar todo aquello que le disgustaba.




— ¿A dónde vas? — le preguntó Isabella a Alondra, después de terminar aquella conversación con los primeros caballeros que les habían buscado conversación.

— Voy un momento al jardín...necesito respirar. Esperadme aquí. Prometo que no tardare.



    Isabella la dejó ir, aún dudosa de aquella repentina decisión. La vio salir, mientras Matthew se acercaba a ella.



— ¿Y Alondra? — le preguntó Matthew con extrañeza al no verla allí.

— Salió un momento al jardín...En breve minutos volverá.

— ¿Escapando de sus repentinos pretendientes o de otro baile de sociedad? —sonrió al conocer muy bien la respuesta.

—Sabes cómo es Alondra... Y esto le recuerda que su baile es el próximo evento social.

—Lo sé...—sonrió y se animó a lo que había ido—. ¿Me concederías este vals, Isabella? No estoy de ánimo para bailarlo con ninguna otra dama... Sino con mi mejor amiga de la infancia.

—Sí...—expresó rogando que sus mejillas no le traicionaran. 

Ecos del Corazón (7ma novela de Todo lo que soy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora