Capítulo IX

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Capítulo IX

    Alondra no había podido ocultar su enojo cuando había visto a Isabella triste y enojada antes de salir al jardín, para escapar de la presencia de Matthew. No sabía que le había dicho su hermano, pero por lo visto, no había sido nada agradable y más cuando le había visto bailar posteriormente con lady Suzanne Wilson. Estaba tan enfadada con su hermano, que había decidido ignorarlo, al igual que lo había hecho Isabella, cuando la vio bailar por segunda vez con lord Christopher Wilson. Se merecía su silencio y que le prestase atención a otro caballero, que al menos, le hacía sonreír.



    Mientras que ella, esa noche, había tenido que evadirse de algunos bailes, fingiendo que le dolía los pies. O que necesitaba respirar un poco. Al menos se alegraba que su amiga estuviese disfrutando esa noche y su hermano sufriera. Se lo había advertido, por lo que ahora él debía vivir con las consecuencias.



    Cuando finalmente había culminado su baile de presentación, se despidió de su amiga, pidiéndole salir juntas al día siguiente. La abrazó, sin decir nada más. Y fulminó a Matthew con la mirada, antes de retirarse a su habitación.



    A la mañana siguiente, después de desayunar, se dirigió a la biblioteca de su padre, queriendo encerrarse allí para que su hermano no la encontrara esa mañana.



—¿Me seguirás ignorando tú también? —expresó Matthew al abrir la puerta, encontrándola tomando un libro de la repisa más alta.

—¿Por qué lo preguntas si conoces muy bien la respuesta? —le ignoró, mientras se sentaba y abría el libro para iniciar su lectura.

—Sencillamente porque eres mi hermana y sé que lo arruiné anoche... Pero no buscaba que las cosas acabaran como terminó anoche...

—¿A qué lanzaras a Isabella en los brazos de lord Christopher toda la noche? —le acusó, haciendo referencia las dos ocasiones en que habían bailado juntos y les había visto conversar amenamente.

—Yo...

—¿Qué le dijiste?

—Posiblemente me expliqué mal... Cuando le dije que quería bailar con ella por petición tuya. Creo que la ofendí de alguna manera.

—¿Y fue sencillo quedarte de un lado, observándola a lo lejos, siendo el centro de atención por alguien más? —le miró furiosamente y fingió que empezaba a leer el libro que había elegido.

— Intenté acercarme a ella en varias ocasiones... Pero...

—Finalmente te puso en su lugar...—sonrió fríamente—. La felicito por eso. Es lo menos que te mereces...

—Lo sé...—expresó antes de marcharse, comprendiendo que su hermana no le ayudaría. Y él se lo tenía muy merecido.



     Al mediodía Alondra se había aburrido de su lectura, en la cual no había avanzado realmente. Se puso de pie y se decidió buscar a su madre, para hacerle saber que pensaba ir a donde Isabella y que le había prometido que saldrían a caminar al Hyde Park con la compañía de su doncella. La duquesa aunque al principio lo pensó un poco, sabía que había surgido algo la noche anterior, y que ambas amigas necesitaban hablar un poco. Y así sucedió.



—Sé que quieres que hablemos... Pero te pido por favor que no menciones a tu hermano. No quiero saber de Matthew.

—¿Estás enojada con él?

—Sí...

—Te entiendo... Yo también estoy molesta con él.



    Siguieron caminando y conversando sobre sus percepciones sobre lo que habían observado en el baile de presentación. Como algunos caballeros creían que ellas eran unas tontas y habían tratado de llamar su atención con palabras melosas.



    E Isabella le agradeció el que hablaran  de cosas triviales, que le causaban tantas risas, dejando los momentos tristes atrás.



—Estoy pensando mañana visitar a mi amiga Audrey, quería invitarla a un picnic el fin de semana. ¿Quieres que también invite a su hermano?

—En tu baile lo conocí un poco... Es un caballero muy agradable. Nada presumido, cosa que agradecí, por lo que me sentí cómoda bajo su compañía. Te agradará conocerlo también. Deberías invitarle... Pero no invites a Matthew. Lo siento, pero creo que lo mejor es darle libertad en que busque mejor compañía, en la cual no se sienta comprometido.

—¿Me acompañarías a su casa en este momento?

—No veo porque no... Es tu amiga y será una visita breve. Luego cada una regresará a su hogar.

—Para que nuestros padres vean que hemos madurado...— y ambas se sonrieron.

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Ecos del Corazón (7ma novela de Todo lo que soy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora