Plegarias Por Sasuke. Libro I. [EN EDICIÓN]

Cap. 18 "El comienzo del fin"

Plegarias por Sasuke

Cap. 18  "El comienzo del fin"

 "El hombre es un pedazo de universo traído a la vida"

-Jueves 13 de Septiembre, 2013.

A la larga aprendes a esperar y no es como si te resignaras, así va la cosa, así va el camino, puedes quedarte varado o haber baches, creer conocerlos de memoria o por mapas pero a final de cuentas es fácil perderse en ellos y solo hay una cosa segura;  todos van para adelante. Avanzan, el tiempo jamás se para, el mundo nunca deja de girar pero, todo tiene un límite, un comienzo y un final, el mío es un sendero empolvorado con el fin quizás más prominente de todos, si se le agrega una flama obviamente, estalla.

Poco a poco mis ojos se abrieren y allí esta, mi mundo de azúcar, eso que tanto  nos gusta pero sabes que un día te matara. Acaricio su pecho desnudo en el cual descansa mi cabeza e inhalo todo el aire que me permiten los pulmones, amaba ese olor que Sasuke desprendía, como a canela. Se revuelve en la cama provocando que la manta que nos cubre resbale destapando su abdomen apareciendo frente a mis ojos  una enorme mancha morada que empaña su perfecta y pálida piel, el hematoma abarca el estomago hasta los pantalones de franela que viste. Me levanto horrorizada, acomodando la ligera camisa larga con la que había dormido, acto seguido; una gota de sangre seguida por otra y otra más escurriendo de su nariz.

-¡Sasuke!—este abre los ojos al instante pero en lugar de una sonrisa tierna o un "buenos días, ¿Qué hay?" como solía espetar cada mañana se incorpora de la misma manera que yo, al hacerlo el liquido rojo rueda hasta impactar en la sabana.

-Joder.... —maldice levantándose.

-¿Qué pasa, Sasuke?—no contesta, se coloca la camisa y desaparece tras la puerta de baño sin ni siquiera mirarme. El corazón me palpita a mil por hora, tan rápido y fuerte que casi puedo escucharlo latir, acoquinado y asustado. Esto no está bien. Reuniendo todo el valor posible camino decidida hasta la puerta y le doy unos ligeros golpes.

-Sasuke.... —el eco de las prominentes arcadas me indica que está devolviendo el estomago. –Sasuke, ábreme por favor—de nuevo no hay respuesta, las lagrimas están a punto de romper la capa cristalina que había intentado mantener firme para sostenerlas pero llorar no ayudaría a nadie, lo que era necesario y haría seria derrumbar la puerta a empujones. –Si no me abres... golpeare la puerta hasta que se caiga.... —la voz se me corto con lo último. Di un golpe con todas mis fuerzas, tan duro que el dolor se extendió desde los nudillos hasta el tendón del codo pero no me importaba, no pararía. Di otro puñetazo con la misma intensidad creando pequeñísimas heridas en mis dedos. La puerta de madera era muy dura.

-Detente—escucho la voz desde adentro. —No necesitas verme así.

-Solo ábreme—

-No. —Uno de los grandes problemas de Sasuke es su necedad, cuando decide algo nadie se atreve a contradecirle, sé que no me abrirá la puerta haga lo que haga pero como prometí no lo dejaría solo. Y no solo por la promesa sino porque quería.

-Bien—me giro quedando de espaldas a la puerta y dejando caer mi peso mientras resbalo quedando sentada fuera. –No me moveré de aquí. —Una pelea sobre obstinación, yo le daría una.

-Eres una molestia, Sakura. —Rio bajo.

-Días malos y días buenos cariño. –Estaba consciente de que hoy era un día malo. Siento como la puerta se agita un poco aun sin abrirse, seguramente el también se sentó al otro lado.

-La cabeza me está matando—escucho casi en susurro. —Me duele todo el cuerpo, las manos me hormiguean pero he estado peor.

Bajo la mirada, impotente por no poder hacer nada por él.