𝟬𝟬𝟯 slave traders

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CAPÍTULO TRES:comerciantes de esclavos

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CAPÍTULO TRES:
comerciantes de esclavos.

      Una radiante sonrisa parecía no querer abandonar el rostro de Abigail mientras observaba, desde el barandal de la escalera, cómo Caspian y Edmund practicaban con sus espadas

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      Una radiante sonrisa parecía no querer abandonar el rostro de Abigail mientras observaba, desde el barandal de la escalera, cómo Caspian y Edmund practicaban con sus espadas. La batalla se mantuvo bastante pareja en todo momento. Los dos reyes de Narnia llevaban grandes sonrisas mientras la tripulación reía y animaba. En su culminación, los dos se miraban a los ojos. La espada de Edmund se encontraba contra el cuello de Caspian y la espada de Caspian se mantenía contra el cuello de Edmund. Sin duda, se trataba de un empate.

      La tripulación comenzó a aplaudir, admirando el talento que poseían ambos hombres. Abigail saltó de su lugar, acercándose a ellos.

      —Te haz vuelto más fuerte, amigo—, señaló Caspian, girando la espada con una mano mientras que la otra palmeaba el hombro de Edmund.

      —Parece que sí—, asintió Edmund y su sonrisa se agrandó cuando Abigail se acercó y posó una mano en el hombro de cada uno.

      —Bueno, ¡a trabajar!—, gritó Drinian hacia la tripulación.

      — ¿Acaso estuviste practicando?—, inquirió Abigail, ya que la mejora del chico era realmente notable. Al mismo tiempo, uno de los tripulantes les otorgó un vaso a cada uno y ellos lo aceptaron después de darle las gracias.

      —No más de las veces que ha intentado entrar al Ejército—, aclamó Lucy y Edmund miró mal a su hermana, sabiendo lo que acababa de ocasionar.

      —Edmund, ¿qué diablos te pasa? ¿Realmente ibas a entrar a una guerra?—, se giró la morena, dándole unos cuantos golpes mientras le reclamaba por sus acciones.

      —Abby, puedo explicarme, yo--.

      —No lo hagas, Pevensie—, interrumpió Abigail —. Eres increíblemente estúpido, ¿por qué querías hacerlo?

      —No soportaba seguir allí, seguir siendo tratado como un niño. ¡Aquí soy un rey! He liderado batallas, librado territorios y ganado guerras, ¿por qué no puedo hacer lo mismo por mi país?

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