𝟬𝟭𝟬 ramandu's island

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CAPÍTULO DIEZ:la isla de Ramandu

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CAPÍTULO DIEZ:
la isla de Ramandu.

      No fue hasta el anochecer que llegaron a la isla de Ramandu, avanzando con cuidado y temor mientras escuchaban a los pájaros cantar

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      No fue hasta el anochecer que llegaron a la isla de Ramandu, avanzando con cuidado y temor mientras escuchaban a los pájaros cantar. Ellos siguieron el camino dentro de la isla, hasta toparse con una mesa, que se encontraba atiborrada de comida.

    — ¡Comida!—, gimió un minotauro, observando con deseo las delicias, pero Drinian lo detuvo.

    —Espera.

    El grupo avanzó hasta el final de la mesa, encontrándose con tres cuerpos ancianos sentados allí y cubiertos por viejas enredaderas. Edmund jadeó cuando les apuntó con la linterna y la tripulación desenvainó sus espadas.

    —Lord Revilian, Lord Mavramorn y Lord Argoz—, balbuceó Caspian, observando a los hombres que parecían estatuas allí sentados —. ¡Está respirando!—, notó cuando Lucy le descubrió el rostro al último Lord.

    —Ellos también—, observó Edmund —. Están hechizados.

    — ¡Es la comida!—, gritó Caspian y los hombres soltaron la comida y se alejaron de ella.

    — ¡Oigan! ¡Es el cuchillo de piedra! ¡Esta es la mesa de Aslan!

    —Sus espadas—, murmuró Caspian antes de tomar la de los Lores —. En la mesa.

    —Son seis—, señaló Edmund una vez que posaron todas sobre la mesa —. Todavía nos falta una.

    De repente, las espadas brillaron de un color azul potente. Abigail le observó un momento, reconociendo el mismo tono azul de la estrella que habían perseguido —. ¡Miren!—, llamó Lucy y la boca de la morena cayó abierta al notar cómo dicha estrella bajaba.

    Cuando la estrella tocó el suelo, se transformó en una hermosa mujer de aspecto angelical, con suaves rasgos y rubio cabello —. Viajeros de Narnia, bienvenidos. Levántense. ¿No tienen hambre?

    — ¿Quién eres tú?—, preguntó Edmund y Abigail le miró, celos aflorando en ella mientras observaba cómo Edmund miraba a la estrella.

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