𝟬𝟭𝟭 sea serpent

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CAPÍTULO ONCE:serpientes de mar

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CAPÍTULO ONCE:
serpientes de mar.

      Una vez que Abigail esquivó la cola de la serpiente marina se acercó a Caspian

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      Una vez que Abigail esquivó la cola de la serpiente marina se acercó a Caspian. Había perdido de vista a Edmund y aquello sólo le ponía los nervios de punta. Por las malas, ella había aprendido que lo peor que podían hacer era separarse en momentos donde sus vidas corrían peligro.

    Simplemente, no funcionaban. Él se preocupaba por ella y ella se preocupaba por él, lo que evitaba que se concentren por completo en mantenerse con vida y provocaba que sus pensamientos fueran más lentos.

    — ¿Dónde está Ed?—, gritó Abigail una vez que Caspian le miró. El agua golpeó contra la embarcación y la empapó aún más, pero aquello ya no le importa. Se tambaleó un poco debido a la fuerza del agua, pero se mantuvo de pie mientras esperaba la respuesta de Caspian.

    Su rostro pareció perder color mientras los nervios de la morena crecían antes que Caspian alzará su mano y señalará a la proa del barco, mostrando que Edmund alzaba su linterna y llamaba la atención de la serpiente.

    La serpiente se acercó y mordió la parte delantera de la embarcación, al mismo tiempo que Caspian, Lucy y Abigail gritaban por el azabache. La morena salió corriendo en su búsqueda, subiendo las escaleras con dificultad ya que se encontraban resbaladizas.

    El alivio la embargó cuando Edmund se paró, a salvo. Pero él se volvió a girar a la criatura, llamando su atención nuevamente —. ¡Aún estoy aquí!

    — ¡Maldita sea, Edmund!—, masculló Abigail mientras subía las escaleras, llegando a tomarle del tobillo y tirando de él hacia abajo al mismo tiempo que la serpiente se abalanzaba sobre él.

    Edmund cayó a la borda y, debido al movimiento que causó la criatura al impactar contra la nave, Abigail también cayó.

    La chica se levantó, algo atontada por el golpe. Ella gateó hasta alcanzar a Edmund y comenzó a golpear levemente su rostro, intentando despertarlo —. ¡Maldita sea, Edmund! ¡Despierta! ¿En qué diablos estabas pensando? Eres un idiota, ¿por qué lo hiciste?

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