𝟬𝟭𝟯 back to the world

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CAPÍTULO TRECE:de vuelta al mundo

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CAPÍTULO TRECE:
de vuelta al mundo.

      Edmund tomó la mano de Abigail, atrayéndola hacia su cuerpo mientras él se sentaba en su cama

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      Edmund tomó la mano de Abigail, atrayéndola hacia su cuerpo mientras él se sentaba en su cama. La morena frunció el ceño al notar el bulto debajo de su cuerpo mientras el agua parecía bajar.

    Lucy, Eustace y Edmund miraron a su alrededor, tranquilos y con la vestimenta que usaban antes mientras Abigail se encontraba más que confundida. Recuerdos de aquel mundo golpearon su mente mientras se intentaba convencer a sí misma que ella había vivido allí por un largo tiempo antes de ir a Narnia. Pero aún así le parecía completamente extraño.

    — ¿Eustace?—, un grito de una mujer resonó a lo lejos —. ¡Eustace! ¿Qué estás haciendo allá arriba? ¡Jill Pole te vino a visitar!

    Abigail observó en silencio el cuadro que se encontraba en el suelo, el agua parecía ser absorbida por la obra de arte, pero esta no sufría daño alguno. Ella reconoció que aquel cuadro había sido su portal.

    Eustace se levantó y volvió a colocar el cuadro contra la pared mientras Abigail le observaba en silencio. Edmund y Lucy también se levantaron y miraron a la morena con una pícara sonrisa —. ¿Qué sucede?—, inquirió ella.

    Eustace se dio la vuelta, soltando una carcajada al observar a Abigail y ella frunció el ceño aún más —. Tu ropa, Abby—, señaló el rubio y Abigail bajó su mirada, encontrándose con un vestido blanco que claramente no encajaba con la ropa cotidiana del lugar. Abigail rió junto con ellos, estando segura que aquello era obra del propio Aslan.

    —Deberemos conseguir más ropa—, comentó Edmund, sus labios estirándose en una sonrisa mientras se percataba que Abigail estaba con él nuevamente y nunca se volvería a ir.

    — ¿Qué le diremos a la tía Alberta?—, preguntó Lucy ésta vez.

    —La novia de Eustace está aquí, ¿por qué la mía no puede estarlo?—, comentó obvio Edmund y Abigail abrió los ojos, levantándose de su lugar.

    — ¿Tienes novia, Eustace?—, exclamó y las mejillas del rubio se tornaron de un color escarlata.

    — ¡Pole no es mi novia! Ella es mi amiga, ¡es sólo mi amiga!—, se defendió Eustace y Abigail asintió, no queriendo poner más nervioso al chico aunque podía adivinar que le gustaba.

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