Dark Paradise
- Shh -repitió Jai, pero ahora en los labios de Christina.
Y con tan solo un parpadeo los labios de ambos ya estaban juntos. No era un beso como los que alguna vez se dieron, los besos que ambos se robaban de vez en cuando. Era rápido, pero no salvaje. Era como... un beso de despedida.
Ninguno de los dos quería que el momento terminara. Era como uno de esos momentos perfectos que quisieras vivir toda tu vida. El tiempo se congeló. Solo eran ellos dos en aquel patio trasero -y los gatos-.
El simple hecho de que Jai estuviera tan cerca era suficiente para que el cuerpo de Christina se tensara. No hace falta mencionar que Christ le siguió el beso porque, aunque ella siempre se negaba al hecho de que le gustara Jai de ese modo, en el fondo tal vez era así. No es fácil olvidar a alguien que en verdad quieres y conivives mucho.
Christina se separó de Jai desconcertada. Su mirada estaba perdida en el piso. Jai tomo la barbilla de Christ, en este momento no había palabras para pronunciar, nada era lo bastante apropiado. Christ seguía desconcertada, no sabía qué hacer así que, opto por solo dejarse llevar por el momento y mirar a Jai, pero no mirarlo del todo, observarlo, ver más allá del iris color caramelo que tanto le gustaba a ella, sentir lo que él estaba sintiendo, llegar a sus pensamientos.
Ella cerró los ojos por unos segundos. Y unos segundos bastaron para que Jai desapareciera sin previo aviso. Christina estaba soñando con los ojos abiertos. Últimamente eso le pasaba muy a menudo, pero esta vez se sintió más real, la piel de Jai era cálida. Era como si en verdad él se hubiera escapado por un momento del hospital para estar con ella.
Seguía en la misma banca verdosa. El contacto de su piel descubierta contra banca provocaba que, gracias a la gélida brisa, le diera más frío. Apretaba sus manos con fuerza para así calentarse un poco. Los gatos seguían tratando de atrapar a la rata y el peso en la cintura de Christina seguía ahí.
Voltio a su derecha tan rápido que se lastimó el cuello. Y la persona que menos se esperaba en esos momentos estaba a su lado.
Luke.
Que la miraba fijamente con los ojos hinchados por tanto llorar.Christ nunca ha sido de esas personas que siempre saben que decir en toda ocasión. No como Jai. El sabía cuando era el momento perfecto para bromear, para tomar el momento con seriedad. Demonios. Lo extrañaba demasiado.
- ¿Qué haces aquí? -preguntó Christina sorbiendo sus mocos y limpiando sus lagrimas con la manga de su blusa.
- Jai- comenzó el moreno de ojos mieles. Tenía los mismos ojos que Jai solo que un poco mas claros.
- Te hice una pregunta -dijo firme.
- Yo... vine para saber si te encontrabas bien -dijo y sonrió. Trato de retirar su brazo de la cintura pero, ella puso su mano encima de la de él y coloco su cabeza en su hombro. Por más que ella quería ser fuerte, estar sola, llorar sola no podía. Y no pudo decir que no, cuando él ofreció su apoyo. Era tan parecido a Jai que era lo único que la consolaba un poco.
No podía ser dura con nadie en este momento. La idea de que algo terrible -como la muerte- le podría a suceder a Jai en cualquier momento era una cosa por la cual preocuparse. No podía imaginarse una vida sin Jai, el era simplemente, todo para ella.
- Alguna vez, pensaste que Jai pudiera llegar a este extremo, tanto así para- las palabras se quedan atoradas en la tráquea de ella, y una lágrima volvió brotar de los ojos de Christ. Ella no podía creer que su mejor amigo, que quería como su novio, con el que perdió su virginidad, con el que paso casi toda su vida estaba muy grave, con peligro de morir.