Capítulo 2

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Narrador Omnisciente

Freddy estaba apoyado en la barandilla de su barco, mirando como el pueblo se hacía cada vez más pequeño. Para que mentir, tenía mucho miedo, él en cambio a los otros no tenía una cierta fama por romper corazones o enamorar a cualquiera, se llamaba a sí mismo un "campesino ordinario" sí, quizás haya enamorado al príncipe que tantas damas desean, pero que más daba, nadie lo sabía, sólo Golden y él.

No sabía que esperarse en aquella isla, según la leyenda era del género masculino, se imaginaba a alguien de cuerpo escultural, ojos claros al igual que su pelo, una mente prodigiosa para poder enamorar a cualquiera con su labia y conocimiento, alguien digno de enamorar a aquellos que están en camillas.

Por fin su velero tocó tierra, bajó del barco sin ninguna prisa, incluso no quería hacerlo, pero ya había tomado una decisión, no podía echarse para atrás.

Al bajar notó una cierta atracción a una cueva, como si el propio viento le susurrara "está allí", sus piernas flaqueaban, no podía estar más nervioso.

Llegó a la cueva sin ningún problema, no tuvo que afrontar a ningún monstruo, no descubrió ninguna especie de animal ni planta nueva, para ser una isla encantada todo parecía normal, quizás no hacían falta  más pruebas ya que estaba claro que perderías, eso era demasiado cruel.

Entró con sumo cuidado, estaba todo a oscuras, no podía ver nada.

Ehh... ¿hola?—Nadie respondió, sólo el propio eco.

Se adentró a la cueva hasta que la luz de la entrada hubo desaparecido, entonces como por arte de magia las luces se encendieron, dejando ver una autentica mansión. ¿Cómo puede estar esto dentro de una cueva? Se preguntó asombrado.

—¿Hola?—No vio a nadie, parecía que aquella mansión estuviera vacía.

Anda, un invitado.—Dijo con voz burlona.

—¿E-eres el de la maldición?—Se sorprendió al verlo, tenía el pelo oscuro, unos ojos negros, y una piel muy pálida. Lo más sorprendente de todo es que se parecía a él pero en versión "mejorada" por así decirlo. A primera vista no parecía alguien con mucho intelecto, más bien alguien inmaduro.

Se supone que soy el de los deseos, no es mi culpa que no os merezcais esto.—Se señaló a sí mismo.—Lo sé, soy irresistible, en cambio vosotros no.—Se rió.

Pues... Mmmm... ¿Cómo va esto?—Estaba algo nervioso, no sabía que hacer para ganar, ni tampoco para perder.

—Pues me tienes que enamorar supuestamente. Vamos Freddy, no tienes ninguna posibilidad, los anteriores eran al menos aceptables.—Se volvió a reír, parecía que disfrutaba vacilarle.

—También debes conseguir enamorarme, y digamos que no vas por buen camino.—Se cruzó de brazos ofendido.—Además, ¿cómo sabes mi nombre?

Soy un dios, todavía no está claro si soy uno bueno o uno malo, ya que cumplo deseos pero echo maldiciones.—Se miró las uñas haciéndole ver que le importaba poco.—Tranquilo nene, conseguiré enamorarte.

—¿Y tienes algún nombre o algo? Todo el mundo te llama como Él.—Era cierto, nadie sabía su nombre auténtico.

—Que considerado, alguien que por fin me lo pregunta, me llamo Fred, también apodado el perfecto, no hace falta explicar por qué, sólo mírame.—El castaño se sorprendió, su nombre se parecía demasiado al suyo, además tenían un aspecto físico similar, quizás demasiado.

—¿Por qué te pareces tanto a mí?—Preguntó confundido.

—Verás pequeño, antes de mí han habido varios dioses con la misma misión en esta misma isla, pero cada cierto tiempo lo cambian por uno nuevo, para "ir a la moda" por así decirlo. Y la moda en tu pueblo eres tú tristemente.—Rodó los ojos, como si estuviera diciendo que el mundo se iba a la mierda.—Entonces cuando fui creado me hicieron igual a ti, pero en versión mejorada.

—¿Yo estoy a la moda?—Preguntó demasiado sorprendido.—Espera... ¿Los dioses se crean?

—Dios, que ingenuo eres. Los anteriores que vinieron aquí estaban enamorados de ti. ¿No te diste cuenta?—Suspiró de mal humor.—Y sí, somos creados, no te voy a impartir ahora la teoría de los dioses, total, cuando te haya maldecido no recordarás nada salvo mi perfecto rostro.—Se acarició la barbilla.

—No me lo puedo creer...—Algo tenía sentido en sí, Joy era su exnovia de la infancia, quizás la hubiera friendzoneado sin querer, Bonbon siempre estaba a su lado para cualquier ayuda, el roce hace el cariño y Golden era su novio después de todo.—¿Entonces tengo que luchar con mi copia?—Preguntó sarcásticamente para irritar a Fred.

—No cariño, tu copia MEJORADA.—Volvió a aparecer esa sonrisa burlona en su rostro.

—Bueno, pues empieza a enamorarme, cuanto antes termines mejor, ¿no?—Le dijo desafiante.

—Me has caído bien, te daré una oportunidad para que te retires. Esto no lo he hecho con nadie.—El menor se ofendió en cierta forma, le estaba subestimando.

No, estoy decidido, y lo haré.—Se sentó en el suelo, demostrando que no se iba a mover de ahí.

—Después de todo sabía que ibas a venir a mí.—Le ofreció la mano para levantarlo, pero aún seguía esa sonrisa burlona en su rostro.—Yo si fuera tú tendría mucho cuidado conmigo.

—Acepto el desafío, aún no siento nada por ti, creí que eras más rápido.

—Ay cariño, yo todo lo que quiero lo consigo. Va a llegar un punto en el que ya no podrás pensar en otra cosa que no tenga mi nombre.— Dijo mientras lo ayudaba a levantarse.

—Eso está aún por verse.

—¿Quieres probar suerte?—Se rió.—Con mi magia muchos cayeron.

—¿Cuantas veces tengo que decir que sí?—Suspiró agotado.

Entonces... Empecemos.

—Cuando quieras.

Y así empezó el juego de amor, donde quién se enamora pierde, como en la realidad ¿no?

Si Te Enamoras Mueres (Frededdy) [Fnafhs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora