Capítulo 10

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—Depende de tus creencias, algunas la llaman Meg, otras Mangle y otros Mango.—Ambos se rieron sutilmente.

—He oído hablar de ella, hay muchas leyendas en mi pueblo.—Conocía a la mayoría de dioses, sin embargo no a los semidioses. Se quedó pensando.—Si Fred se llega a convertir en un dios, (si pierdo obviamente), ¿significa que yo saldré en su historia? Seré recordado por años. Pero si gano puedo convertirme en un dios, no sería la primera vez que un mortal llega a la cima de ese modo.

—Freddy, ¿en qué piensas tanto?—El castaño sacudió la cabeza y sonrió.—No sé cuándo llegará ella, quizás mañana o en 20 años. Bueno, qué más da.

Ambos se fueron a sus respectivas habitaciones. Cada vez se notaban más alejados, como si ambos fueran simples conocidos que habían compartido cama y algún que otro momento.

¿Acaso esto tenía que ir así de lento? Se preguntaba todo el rato Freddy.

¿Por qué todo va tan lento? Se preguntaba Fred.

Al día siguiente

El pueblerino salió de aquella mansión, tenía calor así que se quitó la camisa, pretendía meterse en el agua sin embargo recordó que había una barrera que se lo impedía.

Empezó a dibujar en la arena con un palo. Dibujó a sus amigos, los echaba tanto de menos, ellos habían venido a rescatarle sin embargo casi lo mataron, no tuvo tiempo ni de tener una conversación amistosa con ellos.

Miró fijamente el agua, la cual se movía tranquilamente, sonrió recordando buenos momentos.

—¡Mira Freddy! ¡Delfines!—Señaló la peliazul el agua.

—¡Son reales! Pensaba que era una simple leyenda.—Dijo fascinado mientras se asomaba por el barco para verlos mejor.

—En el mar todo es posible, nunca lo olvides.—Se rió.—He visto tantas criaturas fantásticas que ya nada me sorprende.—Afirmó mientras giraba el timón ligeramente.

—Eres genial Bonbón.—Sonrió tiernamente.

—B-Bueno, casi nada me sorprende...—Le devolvió la sonrisa algo sonrojada.

—¿No te sientes sola a veces?—Suponía que estar fuera durante semanas sin ninguna compañía debía de ser complicado.

—Sí, pero todo se me pasa con un chapuzón, sentir el masaje de las ligeras aguas moviendo tu cuerpo lentamente... te lo recomiendo. Cuando te sientas mal mira el mar y únete a él.—Hizo una pausa.—O acude a mí.—Se rieron ambos.

—No sueles estar por el pueblo.—Puso morritos.

—Entonces haz lo del mar, el mar nos conectará.—El castaño asomó la cabeza por el barco.

—¿Puedo acompañarte en tu próxima aventura?—Preguntó sin mirarla a la cara, estaba ocupado mirando las ligeras olas.

—Claro, en la próxima no puedo, pero cuando vuelva nos vamos de aventuras.—Puso su típica voz de fuerte y decidida.

Si Te Enamoras Mueres (Frededdy) [Fnafhs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora