Capítulo 4

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Narrador Omnisciente

Después de un largo tiempo haciendo Fred de guía en la mansión...

Que triste debe de ser vivir aquí, es un lugar tan grande para sólo una persona...—Sonrió.— Te debes de sentir muy solo.—Se burló de él, quería provocarlo ya que antes lo  había dejado en ridículo por sus fetiches.

Al contrario, no sólo tu pueblo me visita.—Presumió.—Si supieras cuántas chicas hermosas vienen a hacerme compañía.—Se acarició el pelo dando la imagen de un triunfador.

Que triste que no hayas amado a nadie realmente.—Esta vez lo dijo en serio.

Tú tampoco lo has hecho Freddy.—Lo miró seriamente.

Estás equivocado.—Alzó la barbilla.—Si sólo he venido aquí por él, por Golden, la persona que más amo en el mundo.

—No te olvides, soy un dios del amor... Sé que nunca has amado realmente, sí querido.—Suspiró.— Ambos os queríais mucho, pero no llegasteis a amaros, quizás estuvisteis a punto pero bueno...—Se le escapó una sonrisa.—Él me amó a mí antes, por eso ahora mismo estará suplicando mi nombre.—Se rió.

Definitivamente no sé cómo alguien puede amarte...—Dijo con una voz casi inaudible y se fue corriendo a su supuesta habitación.

¿Freddy?—Se sorprendió, nunca le había pasado esto.

El menor se tiró encima de la cama y abrazó a su almohada la cual estaba perfumada. Se echó a llorar, lloró porque era en parte cierto lo que decía el de pelo negro, bueno no sólo en parte, sino completamente cierto. Se sentía un idiota, había venido hasta aquí por él, también por sus otros amigos pero más por él, por el supuesto amor de su vida. Olvidó la parte en la que para estar maldito tienes que enamorarte... La olvidó completamente.

El de piel pálida no sabía que hacer, ¿ir tras él? ¿dejarle su espacio?

Joder, se supone que lo tengo que enamorar no hacerlo llorar.—Estaba en frente de la puerta cerrada del menor.

Ahí se dio cuenta de que no sabía lo suficiente de los humanos, quizás esa era su desventaja para que la competencia fuera más justa.

¿F-freddy?—Dijo con miedo a equivocarse por tomar la decisión de consolarlo, no obtuvo respuesta por lo que abrió la puerta y lo vio abrazado a una almohada llorando. ¿Ahora qué se supone que tengo que hacer? Pensó.—¿E-estás bien?

—¿¡T-tú que crees?!—Le gritó en llantos sarcásticamente.—¡Estoy en una maldita isla viviendo con un idiota, donde posiblemente seré maldecido y todo por salvar a alguien que ya no me ama!.—Gritó con rabia.

Ehh... ¿No te preocupes?—Sí, no se le daba nada bien consolar a la gente, era la primera vez que lo intentaba.

Encima sólo llevo aquí seis horas y ya estoy llorando y me quiero ir... Sólo intentas consolarme para enamorarme... Échame la maldición y ya...—Dijo entre gimoteos.

No puedo hacer eso... Está prohibido... tenemos leyes los dioses ¿sabes?—Dijo algo indignado, lo que hizo al menor reír.—¿Ya estás mejor?—Preguntó sorprendido, al parecer no era tan difícil como pensaba.

¡No!—Puso morritos como un niño pequeño.

—¿Y qué se supone que tengo que hacer para que lo estés?

Enamórate de mí.—Dijo tiernamente.

No ha colado Freddy.—Se rió.

—¿No?—Dejó de llorar y se sentó en la cama riéndose.—¿Soy buen actor?

—Lo que eres es idiota.—Se indignó.

Quién iba a decir que tú ibas a tener sentimientos... Quería ponerte a prueba.

—Soy más humano que Dios realmente.

—Por cierto, antes realmente me hiciste daño pero no tanto como para montar ese espectáculo.—Le dio unas palmadas en la espalda al alto mientras se reía.

Si quieres jugar sucio lo haremos, osito~.—Sonrió con picardía.

Quizás luego Fred...—Se acercó el menor peligrosamente hasta estar rozando los labios del mayor.—Después jugaremos Fred~.—Y se fue dejando al alto en shock, lo que acababa de hacer era demasiado sexy e inesperado para él.

Al final Freddy si que va a ser un buen jugador... Tiene el elemento sorpresa de su parte al parecer.— Sonrió de lado.—Esto va a ser divertido...

Si Te Enamoras Mueres (Frededdy) [Fnafhs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora