Si Te Enamoras Mueres (Frededdy) [Fnafhs]

Capítulo 13

De repente hubo una gran explosión de luz, dejando al mortal tapándose la cara con los brazos, el semidiós sin embargo sólo se quedó quieto como si no pasara nada mientras su pelo se movía por la onda expansiva.

Cuando la luz se fue atenuando el menor abrió los ojos, logrando ver a una diosa ante él, la cual estaba vestida con un vestido sencillo rosa palo hasta los tobillos, llevaba el pelo despeinado atado por un moño, inspiraba paz y tranquilidad.
Tenía los brazos levantados formando una ligera cruz, de sus dedos caía parte de la falda del vestido ya que llevaba unos anillos conectados a él.

—U-Una diosa.—Susurró el castaño mientras se frotaba los ojos, los cuales estaban mojados por las lágrimas y algo dañados por la luz que ella radiaba.

—Sí, sí, bonita entrada, ahora apaga esa cosa brillante que ya me está empezando a cansar.—Ordenó el semidiós.

—También es un placer volver a verte, Fred.—Dijo molesta mientras su luz se apagaba.

—¿E-Eres Mangle?—Estaba totalmente hechizado por su belleza, aún cuando no le atraían las mujeres.

—La misma.—Alzó su cabeza orgullosa.

—Es la primera vez que veo a un dios, no sé qué decir.—Estaba boquiabierto.

—¿Y yo qué soy?—Preguntó el de pelo negro indignado.

—Un estorbo, eso es lo que eres.—Contestó la peliblanca.—¿Tú eres el famoso Freddy? Eres igualito a Fred, incluso mejor.—Sonrió maliciosamente sabiendo que lo que acababa de decir iba a enfadar al de piel grisácea.

—¡Eh!—Se cruzó de brazos el pelinegro.

—¿Uh?—Observó al mortal atentamente.—¿Por qué estás llorando? ¡FRED! ¡Se supone que tienes que enamorarlo no hacerlo llorar!—Agitó los brazos enfadada.

—No ha sido su cul-...

—No puede ser...—Interrumpió asombrada, el de ojos azules no entendía por qué.—Fred, tenemos que hablar.—Miró fijamente al herrero.—A solas.—Movió ligeramente su muñeca y una flor blanca empezó a crecer tanto que se los tragó a ambos, encerrándolos en una especie de capullo gigante, el mortal se quedó fuera.

[Dentro de la flor]

—Ugh, ¿hacía falta esto?—Preguntó molesto por el olor a planta.

—Fred, esto es grave, mucho.

—Te estresas con todo, seguro que no es para tanto.—Tocó las paredes, o lo que viene a ser lo mismo, los pétalos.—¿Estás segura de que aquí no nos escucha?

—Sí. ¡Ahora escúchame atentamente!—El otro se sentó, ya se estaba preocupando.—Cuando me llamaste algo me decía que ibas perdiendo, pero no pensé que él te llevaba tanta ventaja.

—¿¡Q-Qué!?—Se levantó de golpe.—¿Voy perdiendo? ¿Por cuánto?

—Digamos que... Cómo decirlo exactamente... NO SIENTE NADA POR TI. NA-DA.

—¿Y-Y yo qué siento por él?—Empezó a sudar.

—No sé si lo mismo que sentiste por Joy, pero al menos ella sentía lo mismo o más que tú, para él simplemente eres un conocido que le agrada.

—¡Pero si nos acostamos!

—Ah, eso lo cambia todo.—Suspiró aliviado al escucharla.—Ahora eres un conocido con el que se acostó. ¡¿Eres idiota?!