--¡Ok! Daniel ya entendí. No tienes que repetírmelo un millón de veces. Además ya me disculpe—me empuja a dentro de mi cuarto—y tampoco iba a hacerlo.
--¿y tú me crees idiota?—cierra la puerta detrás de él—ambos sabemos que lo ibas a hacer. No nos ágamos los pendejos.
(¡Uy! Pero que boquita tiene ¿nove Lara?) Ahora no, ¿está bien?... En verdad está molesto (yo solo trataba de animarte. Además ¿no crees que exagera?) Pues sí, no es como—si le hubiera quitado la virginidad a su primo.
--¿Qué dijiste?--¡demonios! Lo dije en voz alta (¡Ay! Lara, hoy no es tu día) —está decidido mañana vendrás conmigo.
--¿qué?—lo miro y me siento en mi cama--¿de qué hablas?
Pero de que está hablando este tipo, diciendo “vendrás conmigo” ni que me estuviera arrestando.
--mañana hay una cena importante en un hotel. Debo estar ahí…
--Pues bien por ti, pero yo no voy. Gracias.
--Ah no, sí que iras conmigo. No pienso dejarte sola con mi primo—se cruza de brazos y me mira como diciéndome que no hay salida—debo cuidar a mi familia.
--¡Oye! ni que fuera una violadora—me levanto bruscamente de la cama—no tocare a tu primo, está bien.
Él solo me sonríe y no dice nada. Odio su estúpida y horrenda sonrisa de superioridad.
Ambos mantenemos las miradas, como esperando que uno de los dos se rinda y deje en paz al otro pero, ninguno desiste y mis ojos empiezan a arder. Cuando siento que van a lagrimear me cubro rápidamente con las manos.
--¡Demonios! Me arden los ojos—escucho como abre la puerta.
--mañana a las 20:00 estate lista—antes de cerrar la puerta vuelve a sacar su horrenda cara y me mira—no me gusta esperara—y por fin se va.
--¡diablos! ¡Esto no era un concurso de quien pestañea primero!—grito para que me escuche por el pasillo--¡idiota!
Siento como este día será un infierno, apenas y siento la luz del sol en mi rostro. Me levanto de mi cama muy desanimada y me da flojera hacer mi rutina habitual.
Tomo las cosas necesarias para ir a darme un baño y cuando estoy en la regadera, el agua que sale es totalmente fría.
--¡¿es enserio?!—Salgo muy enojado con la toalla cubriendo mi cuerpo--¡Daniel! Baja ahora.
--¿Qué sucede?—Damián sale de su habitación aun adormilado.
--¡¿qué sucede?! Pasa que la asquerosa ducha de ahí—séllalo el baño—casi me produce pulmonía... ¿Sabes qué? solo préstame tu baño—me entro a su habitación sin que él logre responderme.
--¡Lara! Espera no puedes…
Que desastre es todo esto. Su cuarto es un basural. Hay ropa interior tirada, zapatos en la cama, jugos y comidas chátaras, tirados por el piso. (Lara ¿segura que quieres usar su baño?) Pues no.
--es que... me acabo de levantar—trata de recoger lo que puede y taquea toda su ropa en el armario—solo dame unos minutos, por favor.
--aunque te diera todo el día. Esto seguiría sucio—me voy de su cuarto y subo las escaleras al tercer piso.
No estoy de ánimos para hablar con Daniel pero no hay remedio. Además bañarme en un requisito para que este de buen humor.
Toco la puerta y segundos después Daniel la abre.
--¿Qué ahora te me vas a ofrecer?—me mira con una sonrisa picarona y me hace recuerdo que solo llevó una toalla puesta.
--No te agás el gracioso—me cubro más con las manos—ni que estuviera desesperada para estar con un idiota.
--Que graciosa, y que hay con los otro idiotas que te metiste. Si no estabas desesperada ¿Por qué estuviste con ellos?—se apoya en la puerta y se cruza de brazos.
--no estoy para tus estupideces. Solo préstame tu baño, que el de abajo no funciona—lo empujó hacia un lado y paso sin qué me lo prohíba.
Veo que él es más ordenado que Damián, pero no me esperaba menos del chico nerd de la escuela (el favorito de los profesores ¿nove Lara?) no me agás recordar esa época, que la odio.
No espero más y me ducho. El agua caliente me cubre por competo que me siento mucho mejor. Cuando salgo, Daniel no se encuentra en ninguna parte de la habitación y eso me alivia porque necesito ponerme la ropa que traje.
--¿Qué es eso?—veo una foto que llama mi atención. Está en su repisa— ¿es una chica?... oh, pero quien se lo iba a imaginar. El idiota tiene un corazón…--me acerco para tomarla pero antes de lograrlo Daniel entra y rápidamente se pone enfrente de mí, impidiéndome que logre ver de quien se trata.
--¿si ya acabaste? Retírate.
--vamos hombre solo quiero ver algo. Podrías levantarte…
--¡ahora!—lo miro desconcertado por su actitud y me voy azotando la puerta.
--idiota—bajo rápidamente las escaleras y me meto a mi cuarto. No salgo de él, hasta la hora de la cena.
En verdad no quiero ir pero comida es comida y no debo rechazarla (si sigues así Lara, engordaras) te equivocas. Me pondré más linda.
Me pongo un vestido azul, que contiene unos cuantos brillos, lo cual lo hace hermoso a la luz de la noche. Recojo mi pelo y me maquillo como lo suelo hacer.
--listo, ya podemos irnos—bajo las escaleras al primer piso y Damián apenas me mira, pone una cara tan tonta que me saca una sonrisa.
--te dije que no me gusta esperar—Daniel se encuentra mirando su rejos.
--te ves tan…--Damián no logra terminar la frase.
--hermosa…
--¿Qué? ¿Qué dijiste Daniel?—lo miro y ahora la arrogante soy yo.
--no dije nada… y ya vámonos, se nos hace tarde. Sabes la hora que es.
--¡Ay! Ya cállate. Ni que me hubiera tardado una hora.
--45 minutos para ser exactos—me muestra su reloj.
--tú querías que vaya.
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Ellos Son Idiotas
RomansLara ese es mi nombre. Por alguna razón del universo, siempre escojo a la persona equivocada. No importa cuanto me esfuerce, simplemente el príncipe que conozco al principio resulta ser un ¡Grandísimo Idiota! Pues bien prontó conocerán a la Reina q...