Cap.16 Mi vida a la "interperie" (1/2)

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POV Hipo: han pasado dos semanas desde el día que debí reencontrarme con Astrid, mi padre, tal como lo había dicho, me había llevado a que viera y aprendiera los tratos entre tribus aliadas y el comercio, aunque casi siempre estuve mentido en mis pensamiento imaginando una mil situaciones en las que Astrid podría cortarme la cabeza, golpearme, odiarme, preocuparse por mí, lo que requeriría tener que dar explicaciones que sería catastrófico, o simple y sencillamente disculparme que se calificaría cómo lo menos probable; ya estábamos camino a Hadd, ninguno de los dos ha dicho palabra alguna durante el viaje de regreso, incluso los dragones deben de sentir la tensión en el ambiente.

-he... hipo –llamo mi padre, que aunque no le había prestado la más mínima atención durante el trayecto y su precipitado llamado me saco de mis pensamientos, lo mire en respuesta de que lo escuchaba – sé que este viaje... lo planee sin tomar en cuenta tu opinión, pero...

-papá –suspire – sé que no tuviste malas intenciones, al contrario, tu solo querías que tú y yo fuéramos más unidos, no fue mi intención herirte – le dije totalmente sincero, el me miro y sonrío con cierto toque de alivio y orgullo.

-¡Así me gusta! – me golpeo "levemente" en el hombro y continuamos nuestro vuelo a casa, el viaje fue mucho más tranquilo y relajante, al llegar a hadd no encontramos ningún problema, gracias a Thor.

-¡EL JEFE HA REGRESADO!.... ¡HIPO Y EL JEFE HAN REGRESADO! – ya comenzábamos a escuchar los griteríos de la gente, entre ellos principalmente Snothlout, Patapez y Gobber.

Aterrizamos en el centro de la aldea, todos nos rodearon para darnos la bienvenida.

-valla, veo que todo sigue en pie –comento con fingido alivio mi padre a lo cual varios vikingos rieron.

-¡Estoico! –saludo animado Gobber.

-¡Bocon! –se dieron un par de palmadas en la espalda.

-¿Qué tal el viaje? – pregunto el vikingo de manos intercambiables.

-¡Nah! Lo de siempre, lo que ahora quiero es una enorme jarra de hidromiel – dicho esto partieron junto con otros vikingos al gran salón.

-Hipo, alfin te honras a mostrar tu rostro por aquí – me saludo a su manera patán dándome un "ligero" golpe en el hombro.

-sí, también me da gusto verte, patán – le respondí con una sonrisa mientras me sobaba el hombro.

-¡Hipo! Gracias a Thor, que has llegado –me dijo agitado patapez.

-hola, patapez. ¿Por qué lo dices? – le pregunte intrigado, no es la bienvenida que esperaba.

-a ti y al jefe Estoico les llegaron 2 cartas en Águila mensajera – informo jugando con sus dedos detrás de la espalda.

-bueno, ¿y porque esa cara? – enarcando una ceja.

-pues...son de la Aldea... bueno... quizá no sea tan importante ¿no? Digo, solo porque les escriban unas cartas signifique algo malo, ¿podría ser para un tratado? – comenzó a hablar y decir cosas sin sentido, mientras que Hiccup y Snothlout solo se miraron escépticos.

-¡patapez! – le gritaron en unísono.

-¡son de la aldea Hoffer! – revelo con velocidad pero lo suficientemente entendible para que los dos vikingo pudieran captar la información, dejando a cierto castaño en estado de shock por unos instantes ¿cartas de Hoffer? ¿Podría ser...?

-¡HICCUP! – llamaron mis amigos, antes de tan solo razonarlo ya me encontraba corriendo en dirección al gran salón donde de seguro mi padre estaría a punto de leer las dichosas cartas, no sabía que pensar, ¿acaso Astrid me descubrió? ¿Su padre nos habrá descubierto? ¿Le habrán hecho algo malo por mi culpa? No. Eso no puede ser... ¿o sí? Sacudí la cabeza para alejar esos inútiles pensamientos, corrí cada escalón y entre azotando la puerta del gran salón, todos voltearon y centraron su mirada en mi pero poco me importo, me acerque a mi padre y lo mire dudoso, el pareció entender mi interrogante para luego entregarme una carta, efectivamente, el cello era de la aldea hoffer y peor aún, firmada por Astrid Hofferson pidiendo ser entregada a mi persona.

hiccstrid... luchando por un amor verdaderoWhere stories live. Discover now