Anton

Capítulo 12.

MARATÓN 2/3

ARIA

Poco a poco mis sentidos vuelven en sí, siento mi cuerpo entumecido, estoy acostada sobre algo blando, creo que es una cama. Mis ojos se abren sólo un poco, pero los cierro con fuerza al recibir de lleno los rayos de sol. Vuelvo a abrirlos acostumbrandome a la luz del día, frunzo el ceño observando la desconocida habitación y hago una mueca de dolor cuando intento sentarme, mi hombro.

Entonces recuerdo todo...

Mi padre.

Los disparos.

Fui herida.

Anton.

Suspiro y siento mi garganta seca, poco a poco me siento apoyando mi espalda en la cabecera de la cama, noto que no hay nadie a mi alrededor, unas vendas cubren la herida de mi hombro. Quito lentamente la sábana que cubre mi cuerpo y me percato que aún sigo en mi pijama. Suspiro aliviada de que nadie me haya cambiado de ropa.

Me pregunto si papá estará bien, debo decir que sentí la esperanza de que él lograría llevarme. Estaba feliz, hasta que me encontré de frente con Anton y todo se desmoronó.

Me quedo sentada al borde de la cama cuando de repente lo escucho. Unos sonidos raros provienen de afuera, son...¿gemidos? Parecen ser de una mujer. Frunzo el ceño y trago en seco.

¿Qué está ocurriendo?

Me pongo de pie soportando el dolor en mi hombro y camino a la puerta que está entreabierta. Me asomo lentamente y me encuentro con un pequeño pasillo, la casa parece ser de una chica ya que casi todo es color rosa, hago una mueca de asco cuando escucho los gemidos de la chica.

- ¡Oh...si!- Vuelve a gritar.- Más... duro...An...Anton....- Mi pulso se acelera al escucharla nombrarlo.- Oh...mierda. Si, así....mmm.

Escucho los leves gruñidos de placer por parte de él.

Me giro y vuelvo a la habitación no queriendo escuchar esos asquerosos gritos de esa cualquiera.

Cierro esa puerta y me vuelvo a sentar en la cama. Algo extraño ocurre dentro de mi, me siento enojada y por alguna razón hay algo más...algo que me molesta.

- Esto es incómodo.- Me sobresalto al escuchar la voz.

Levanto la mirada y veo al chico que conducía la camioneta, el amigo de Anton. Trae una pequeña funda con comida. Vestido casual y su cabello despeinado.

No digo nada y le observo acercarse.

- Traje algo de comida.- Me tiende la funda y yo lo miro con desconfianza, sonríe. - No está envenenada, puedes comerla.

Termino cediendo y tomo la pequeña funda, adentro hay unas tostadas y gaseosa. Nunca había tomado gaseosa en el desayuno, pero igual me gusta.

Se sienta a mi lado en la cama, pero dejando una distancia pronunciada. Suelta una risa cuando escucha los gemidos que cada vez son más ruidosos y molestos para mi. Los ignoro y comienzo a comer.

Prefiero distraerme comiendo que prestarle atención a esos...

Siento la mirada del chico y cuando le miro, él sonríe. ¿Cómo puede hacer para sonreír tanto? Bajo la mirada sonrojada porque seguramente debo verme horrible.

- Mi nombre es Sergey, por cierto.- Me guiña un ojo. Asiento.

Termino de desayunar, dejo la mitad porque realmente no me apetece. Él toma todo y lo tira a un cesto de basura. Lo observo y cuando vuelve yo me retiro un poco por la cercanía.