Capítulo 13.

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MARATÓN 3/3

Mi pecho se contrae al ver a tantos chicos de la mafia de papá en el suelo, frunzo el ceño cuando entramos a la mansión, los hombres de Anton levantan un cuerpo del suelo. Siento una leve punzada de dolor al ver a Steve, él era mi gardaespaldas cuando vivía en italia junto a mi padre. Bueno, él y otro chico, pero yo pasé más tiempo con él, muchas veces me ayudó a escapar de la mansión. Ya lo había olvidado y cuando le veo muerto, me siento culpable. Tiene la edad de mi padre.

- Esperen...- Exclamo de la nada acercandome, Anton intenta detenerme.

Veo la cadena que cuelga del cuello de Steve, lleva un corazón de oro y si lo abres encuentras las pequeñas fotos de su hija y esposa, él me lo mostró hace años. Si algún día encuentro a su esposa, debería entregarle esto y nadie lo va a impedir.

- ¿Qué crees que haces?- Me sostiene del brazo, lo ignoro y de un tiron arranco la cadena del cuello de mi antiguo guardaespaldas antes de que logre alejarme.

Sé que es raro, pero tiendo a encariñarme con las personas y cuando cosas como ésta pasan, siento que debo hacer algo para compensarlos.

No me quejo cuando Anton me arrastra escaleras arriba, sostengo la cadena en mi mano con fuerza.

(...)

Termino de ducharme, pongo nuevas vendas en mi herida y me visto con un jeans negro, una camiseta holgada gris y unas convers. Anton me dejó rápido que llegamos ya que tiene que lidiar con asuntos importantes y realmente lo agradezco, no lo soporto.

Salgo del cuarto de baño y me recuesto de a poco en la cama posando mi cabeza en la almohada, meto mi mano dejabo de ésta como es costumbre al dormir, mi ceño se frunce al sentir algo. Con rapidez levanto la almohada y mi corazón se salta varios latidos al encontrar un pequeño papelito con mi nombre doblado.

Lo tomo y lo desdoblo rápido, comienzo a leer.

"Aria, hija espero no haberme confundido de habitación, quiero que sepas que papá te ama y que no voy a descansar hasta tenerte de vuelta, princesa. Sé fuerte, mi luchadora, falta poco."         

Sonrío de emoción al leer la nota que me dejó mi padre, debo ser fuerte. Él dijo que falta poco y yo le creo.

(...)

ANTON

- Ya contacté con mi gente para que recluten más hombres de la organización, estarán aquí mañana y también me encargué de los cuerpos.

Asiento bebiendo un trago de vodka, estoy estresado porque no quiero que se me vaya de las manos esto, yo soy el jefe, Rey de la jodida mafia rusa,  viene un puñado de italianos y nos deja descolocados. Esto no va a volver a ocurrir, estaba muy despistado.

- Esto es una vergüenza, Sergey. ¡La mafia más poderosa del mundo acorralada! - Lo tomo con brusquedad por el cuello de su camiseta.- Más te vale conseguir hombres con los cojon*s para pelear si es necesario, maldición.- Lo suelto y bufo con enojo.

Se acomoda la ropa asombrado por mi arrebato y asiente repetidas veces.

- Lo haré...- Vuelve en sí. - Ahora tú escuchame, debes irte de aquí ahora mismo.- Le miro con sensatez. - No es seguro y lo sabes.

- Claro que me iré, idiota. No soy bruto, Alessio volverá por Aria y debo tenerla lejos para ese entonces.- Elevo mis manos con hastío. - Pero me iré solo con ella, tú te quedas y me mantienes al tanto de todo.

Vacila, pero termina asintiendo obediente. Yo sé lo que hago.

- Está bien, el Alcázar está preparado, pueden quedarse ahí unos días.

- No me gusta huír. Mi padre estaría decepcionado de mí.

- No huyes, te preparas para acabar con una mafia entera, Anton.- Posa sus manos en mis hombros y me sacude para que reaccione.- No te exijas de más, apenas tus años de gloria comienzan. Esto es sólo el comienzo y, ¿qué mejor que acabando con nuestro mayor rival?

Suspiro. Ya basta del momento de ser débil, Anton. Me digo para mis adentros.

- Tienes razón, preparé todo.- Sonríe feliz de haberme convencido.

Un buen mafioso se sabe apartar cuando debe calcular bien sus movidas. Hay que ser astuto en este negocio.

(...)

ARIA

- ¿A dónde me llevas?- pregunto asustada por la forma apresurada que Ben me arrastra por los pasillos de la mansión.

No me responde y me lleva por las mismas escaleras que usamos para escapar la noche que papá vino por mi. Ben carga un bolso repleto de ropa y zapatos para mi, me encuentro descolocada porque sólo entró sin avisar a la habitación y guardo todo lo que necesito en un bolso deportivo con rapidez.

Por un momento pienso que me ayudará a escapar, pero cuando salimos mis ojos se encuentran con un auto lujoso, es negro y las ventanas polarizadas le hacen lucir imponente.
Me empuja levemente.

- Súbase. - Hago caso, puesto que no me queda más remedio.

Subo al asiento copiloto, Ben lanza el bolso deportivo a la parte trasera. Entonces miro al conductor y mi corazón se salta varios latidos al encontrarme a un serio e indiferente Anton. Comparte unas palabras con Ben y luego pone en marcha el auto. Me sostengo del asiento cuando noto que comienza a conducir rápido. No entiendo que está pasando, lo miro de reojo y abrocho el cinturón de seguridad. Su ceño ligeramente fruncido y su concentración en la carretera me hacen mirarlo por un buen rato. Realmente es muy guapo, si no fuera tan imbécil.

Muerdo mi labio inferior y vuelvo a mirarle.

- ¿Qué tanto miras, italiana?- Dice con hostilidad y yo inflo mis mejillas con nerviosismo.

- ¿A dónde me llevas?- Le pregunto, intento hablar con él aunque lo deteste.

Lo odio, pero es el único que puede darme respuestas ahora mismo.

Gira a la derecha y me mira de reojo con una ceja elevada. ¿Por qué se ve...tan bien? Ach, cállate Aria.

- No pensabas que iba a dejar que tu padre volviera por ti, ¿verdad?- Ríe y un escalofrío recorre mi espina dorsal a causa de lo dicho.- Estoy a un paso más adelante que él, cariño.

Me cruzo de brazos frustrada. A pesar de que está serio de por si, sé que no está enojado y por eso no me ha gritado o golpeado por solo hablarle sin "su permiso".

- No importa, las personas como tú nunca ganan.- Respondo.

Ésta vez me sorprende con una carcajada y golpea el volante para exagerarlo aún más. Ruedo los ojos. Entonces me mira cuando se detiene en una luz roja. Le miro a los ojos, retante.

- Si con "personas como tú" te refieres a los malos, déjame decirte que aquí ninguno de los bandos es el bueno, italiana.- Trago en seco cuando posa un mechón detrás de mi oreja.- Te recuerdo que tu padre es un mafioso al igual que yo, para dónde quiera que intentes ir, tu destinwa siempre será pertenecer a éste mundo. Quieras o no.- Su mente parece vagar por los recuerdos cuando termina la frase.

Me quedo en silencio, porque lo que dijo lamentablemente es cierto. Mi padre hace lo mismo, él es un mafioso. Un hombre que ha hecho cosas terribles. Ha matado.

En ésta historia no hay buenos, no hay héroes, sólo mafiosos peleando por poder, venganza y conveniencia.

En éste mundo oscuro, lleno de perversidad, secretos y muertes es en el que me tocó nacer, sólo que yo no acepto formar parte de el. No quiero esto para mi y voy a luchar por ser una buena persona, no quiero que mis futuros hijos sufran esto, quiero dar un buen ejemplo.

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UFF, FIN DE LA MARATÓN....☺

REALMENTE ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO, ME COSTÓ UN POCO ESCRIBIR LOS CAPÍTULOS TAN RÁPIDO.

TE AGRADECERÍA QUE VOTARAS Y COMENTARAS EN FORMA DE APOYO E INSPIRACIÓN PARA MI. 💜💜💜

GRACIAS💕

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