Capítulo 18.

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ANTON

Suelto un gruñido cuando la rubia desnuda sobre mí suelta una molesta risita, jadeamos y retomamos el aire que habíamos perdido por lo salvaje del momento.

- Mm...me encantas.- Chillo en mi oído, llevaba todo el rato repitiendo los mismo.- ¿Quieres tomar algo?

- No.- Espeto.

- ¿Sabes?...- Se quita de arriba mío y luego se recuesta en mi pecho, me remuevo incómodo. No me gustan éste tipo de cercanías después del sexo. Me irritan estás chicas. -...me siento muy afortunada hoy, el gran Anton Márkov me hizo suya, esperé mucho por esto, cariño. - Quito mi mano cuando intenta tomarla, me alejo de ella.-...¿A ti qué te pareció? Dime que te gustó, ¿si?

Ruedo los ojos poniéndome de pie para luego comenzar a vestirme. No para de hablar, mierda.

- Aquí tienes. - Le lanzo el dinero al rostro, no es más que una prostituta, no entiendo porqué desea "charlar" su trabajo es sólo complacer.

Termino de arreglarme, Sergey debe estár esperándome. Intento irme, pero la zorra me toma del brazo, me suelto con brusquedad y la miro fulminante.

- Quédate un poco más...- Suspiro con irritación y la empujo para que caiga de golpe en la cama.- Auch...

- Mira...- Espero a que me diga su nombre.

- Chloe.

- Chloe, yo no quiero nada más que sexo, ¿entiendes? - Trato de ser paciente.- Así que si me sigues jodiendo no voy a dudar en eliminarte.

Me mira asustada y asiente.

Bien.

No la vuelvo a mirar y me voy de la habitación, salgo al pasillo del club y veo frente a la puerta a un Sergey serio. Sé que aún sigue enojado conmigo, más no me interesa.

- Pensé que no saldrías.- Exclama caminando detrás de mi, me encojo de hombros.

Como es costumbre, hablamos en nuestro idioma natal cuando estamos solos.

- Mujeres.- Digo.- Te dejé con una puta, ¿acabaste tan rápido, amigo?- Me burlo mientras salimos del local, gruñe molesto.

- No tuve sexo, te esperé todo éste maldito rato. - Me dice mientras nos subimos a mi auto lujoso.

Hay veces que simplemente no me da la gana de salir con mis guardaespaldas, así que vengo con Sergey y ambos nos cuidamos la espalda.

- ¿No? - Digo mientras conduzco, es raro que Sergey no quiera meterse entre las piernas de una puta, siempre ha sido un mujeriego.- Eso es raro, Sergey.

Bufa.

Sergey me mira con enojo.

- No, no lo es cuando tienes una madre muriendo, tal vez pareciera que no, Anton, pero yo no me siento bien matando personas a diario.- Habla con rapidez, sin embargo mantiene un tono de voz bajo.- ¿Sabes? Yo sí siento remordimiento en las noches, pero tú no y eso es....- Se detiene de golpe y gira su cabeza con violencia mirando hacia atrás.

Maldice.

- ¿Qué?

Saca un arma de la guantera.

- Nos siguen.- Carga el arma y mira repetidas veces hacia atrás.

Yo miro por el espejo retrovisor y noto que es cierto, dos autos negros y con cristales polarizados vienen justo detrás de nosotros. ¿Ahora quién quiere jugar? Piso el acelerador y nos perdemos entre los diversos autos, las calles de San Petersburgo están prácticamente desiertas, giro a la derecha mientras Sergey grita con enojo cuando disparan en nuestra dirección, se asoma por la ventana y dispara de vuelta. Parece que no piensan rendirse, uno de ellos acelera quedando a la par con nosotros, justo de mi lado. Entonces baja la ventanilla polarizada y frunzo el ceño al ver a un chico de ojos verdes dirigir su arma apuntando hacia mi, acelero aún más perdiendolo. Conozco ese rostro de algún lado.

Anton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora