╰⊰⊹✿ XVIII ✿⊹⊱╮

1.4K 258 65
                                    

Se estaba tornando más difícil aún, el menor se retorcía en los brazos ajenos de aquella mujer que luchaba por traerlo de vuelta. Le sujetaba las manos para que no se arañara, le tocaba el pecho que estaba descubierto por la camisa desgarrada. Todos no decían nada, absolutamente nada, todos quedaban en un profundo silencio siendo el menor quien llenaba de gritos el vacío lugar.

—¡MALDITOS! ¡MALDITOS SEAN TODOS! —se aferraba a la arena tomando esta en sus puños.

—¿Qué diablos le pasa? —quiso acercarse Sung Rok pero un campo de fuerza le impedía el paso.

—Será mejor que muera —sacó una navaja e iba hacia él, vio como este levantó una mano y en un abrir y cerrar de ojos sintió la fuerza que llegó hasta donde estaba parado y como un aire pesado lo golpeó hasta enviarlo lejos.

—¡Baek! —exclamaba la dama con el corazón latiendo más rápido— vamos niño.

—¡AUXILIO, AYUDA! —lloraba, se mordía los labios, rasgaba su ropa no había forma de detenerlo.

—¡Baekhyun hazlo por tu madre! —tocaba el corazón contrario y media ambos, si ella ya estaba al borde del colapso, el corazón de Baekhyun parecía no latir sino zumbar.

—¡MALDITA PERRA! —decia palabras sin sentido— ¡MALDITA TODA SU DESCENDENCIA!

—¡Baekhyun vuelve! —estaba perdiendo su cordura, ya no eran solo nervios.

—¡Quien volvió fui yo zorra! —le tomó un brazo y la lanzó a metros de distancia.

Los payasitos que estaban en una esquina, rápidamente se levantaron y fueron hacia él, se arrodillaron y exclamaron.

“Bienvenido amo”

Los adoloridos cuerpos se lograban poner de pié, mientras miraba a esa figura no como desconocida, sino como recordar esa mirada otra vez.

Era el mismo cuerpo del menor, el mismo rostro, el cabello, las piernas, todo exactamente al Baekhyun que estaban conociendo que sirvió de víctima para el mal, pero algo era diferente, este tenía una mirada profunda, estaba detenido, se había puesto de pié y miraba a todos con ojos vigilantes manteniendo una sonrisa dibujada en sus labios.

Intercambiaba miradas con todos, hacia puños con sus manos e intentaba convencer a los presentes pero estos manifestaban estar en shock. Mas ella que ya entendía lo que sucedía.

—Mami, ¿No me vas a saludar? —fingía una voz tierna— extraño tus besos mamá.

—No —negaba con su cabeza— no, no, no, no, no, tu no eres él —a duras penas se ponía sobre sus pies.

Había hecho algo extraño con sus supuestos hermanos, los había dejado congelados, quietos como piedras, estaba dispuesto a encargarse de lo que le importaba en ese momento.

—Mami, ¿No abrazaras a tu hijo? ¿después de tanto tiempo? —iba hacia ella con una potente furia y al llegar a ella tomó su cuello y lo empezó a estrujar, escuchaba como pedía aire, como perdía cada aliento de su boca— realmente cada día te ibas haciendo más patética —la soltó dejándola caer sobre la arena.

—Tú... ¿Qué... le hiciste... a Baekhyun? —preguntaba tosiendo.

—Baekhyun, Baekhyun —se paseaba por todo el lugar buscando quien sabe que— el anda dando un paseo por un lugar —encontró la navaja y volvió a ella— esto debí hacerlo hace mucho tiempo, eres una traidora y los traidores merecen morir.

—Ella no te dará lo que perdiste —esa voz profunda.

—¿Con quién tengo el gusto de charlar? —dijo sarcástico y al darse vuelta se encontró a ese hombre, alto, apuesto, fuerte, recio y firme.

No tomó más de dos segundos cuando la navaja fue a su otra mano y dejó a la mujer en el suelo y caminó hacia el mismo hombre que un día encendió sus deseos como fuertes llamas ardientes.

—El traidor número uno, tuvo que venir —lo observaba, tenía sangre en la cabeza, la ropa desgarrada y lo veía entrar a la gigante carpa de circo con movimientos lentos y casi cojeando.

—No debiste volver —lo miraba con rabia, su paciencia colgaba de un hilo.

—¿Mi Chanyeol sigue siendo el mismo? —continuaba con esa voz dulce— tenía que volver por unas cosillas.

—¿Qué le has hecho? —hacia de sus manos, puños.

—¿Hablas del Baekhyun? —reía escandalosamente— se lo podrías preguntar pero dudo que quieras. 

El alto no pudo más y se abalanzó contra el bajo y diabólico joven pero este respondió con una patada por enfrente y lo envío lejos.

—Vaya que Chanyeol no es el mismo de antes —se reía caminando hacia el  pelinegro y al verlo en el suelo se sentó a horcajadas sobre él— ¿Sabes que extrañé de tí? —acarició sin permiso, sin pudor el rostro contrario— tu fuerte tacto, tu cuerpo junto al mío, aún recuerdo solamente esas dos veces.

—Eres un idiota, perdiste y yo te mataré de nuevo —quitó sus manos.

—¡Que no lo harás! —pasaba sus manos delicadamente por el cuello del mayor pero este no se quedó esperando la acción contraria, rápidamente se abalanzó y logró dejarlo abajo.

—Tienes que morir, desparecer, eres una basura en este planeta —lo iba a ahorcar con sus manos.

—Te... Pediría... Que me hicieras el amor aquí... Ahora —trataba de sonreír mientras presionaban su cuello.

—Tu no sabes de amor —frunció el ceño.

—¿Y tu si?  —su expresión era burlista— le hiciste el amor a ese niño solo para inspeccionar cada marca que tuviera y se asemejara a las mías.

—Tu no sabes nada —llevaba sus dos manos hacia su cuello.

—A-admitelo... Te enamoraste de él... Y de mi... S-soy muy... I-irresistibile en las d-dos formas... —reía con el rostro casi azul.

—No pasarás de aquí te morirás ahora.

—¡CHANYEOL! —ella gritó— es lo que quiere, él es inmortal, Baekhyun el de ahora no lo es, si lo matas a él matas al Pequeño Baekhyun —lloraba sin control.

De inmediato lo soltó, lo observó, se preparaba para lo peor, escuchaba campanas y de ese hombrecito con ojos endemoniados una aura negra, alguien le daba ese poder, alguien estaba haciendo todo lo que quería y esto no parecía ser algo que lo dejaba en ventaja.

—Park Baekhyun otra vez, parece que soy  bienvenido.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
:V a mi me gustó, se que es corto pero tenía que hacerlo así. v:

Sombras © ( ChanBaek) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora