╰⊰⊹✿ XXXV ✿⊹⊱╮

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Byun Baekhyun, un joven que llegó a una pequeña ciudad acompañado de su madre y su hermano mayor, llegaron con la propuesta de nuevo trabajo para su madre y él mismo, servirían en una escuela primaria como maestros ayudando a pobres niños sin educadores.

A simple vista todo pareció ir bien pero en poco tiempo fue víctima de un poderoso mal en la ciudad y se convirtió en presa fácil de los fuertes, su único pecado, fue parecerse a ese hombre, compartir el mismo físico, los mismos rasgos, pero actitudes diferentes. Su enemigo nunca descansó hasta verlo sufrir. Asesinó a su madre, mató a su hermano y lo dejó solo en ese mundo con diabólicos espíritus rondando. Conoció un sentimiento nuevo que lo ayudó a superarlo pero el egoísmo, la envidia, no dejaron que lo disfrutara.

-Yo no quería que fueras feliz -estaba cerca de sus labios, le había quitado las cadenas. Compartía miradas directas esperando la muerte del mayor, sabía que el débil de los tres veía a través de sus ojos lo que hacía con el pelinegro- yo lo vi y sentía envidia, maté a su padre para que tuviera todo el dolor que le faltaba sufrir como yo pero no lograba borrar esa sonrisa estúpida, hasta que lo traje aquí y maté a su familia entera -limpió su rostro- hasta que llegaste tú y lo llenaste de esperanza.

Quiso levantarse pero algo en el rostro de Chanyeol lo detuvo, había una pequeña gota en su mejilla, Chanyeol agonizaba y aunque no podía decir ni una sola palabra, su mirada transmitía dolor, miedo, nostalgia, tristeza. Notó que la gota en la mejilla de Chanyeol no era de él, sino que provenía de sus ojos, llevó sus manos al rostro y se dio cuenta que estaba llorando, era una acción no hecha por él, el destrozado Baekhyun estaba llorando en sus adentros, estaba peleando por salir.

-¿Qué es esto? -se preguntaba a horcajadas sobre Chanyeol- parece que alguien no está feliz por ti Chanyeol.

De pronto sintió como un fuego recorría su cuerpo, cada esquina se estaba convirtiendo en un poderosa e intensa llama que quemaba su interior. Se levantó y dio con la pared, se estaba ahogando, su momento llegaba, había cumplido con lo que quería hacer y era hora de entregar su alma a las tinieblas, ese fue el trato que hizo para volver de los muertos su alma y la sangre de Byun Baekhyun entregada al rey de las tinieblas.

Llevaba su mano a su garganta, la sentía seca y raspante al tragar saliva, cayó al suelo y rasgaba su camisa por el dolor que no lo dejaba en paz y lo estremecía pero antes de irse quería que ese niño ingenuo no viviera y murieran los tres esa noche, así que como pudo y arrastre se levantó y fue a la cama Chanyeol seguía con los ojos aún abiertos y le sorprendía. No era momento de prestarle atención, ambos estaban en la cuerda floja y las oportunidades se escapaban a cada segundo perdido.

Sacó la daga del cuerpo de Chanyeol y la acercó a su pecho pero cuando estuvo a punto de penetrar su corazón una fuerza interna lo detuvo, volvía a hacer presión contra su mano pero esta volvía a quedar bloqueada como si no tuviera control de su cuerpo. Cayó a un lado de la cama y dejó caer el arma de sus manos por acción impropia una vez más esa corriente infernal invadía sus adentros.

-Se que eres tú -le hablaba a la única persona que querría su cuerpo de vuelta - no mereces esta felicidad -se aferraba a las sábanas pero se hacía cada vez más débil podía escuchar como sus muertos clamaban por él.

Pero así como regresó, así se fue.


Chanyeol con debilidad y lo último que podía hacer su cuerpo, se dio vuelta, tosía pero no se dejaba vencer y sacaba fuerzas para poder irse, con la única mirada que llegó a amar y la única que despertó ese sentimiento. Su cuerpo ya casi no reaccionaba pero agradecía que aún no perdía la vista.

Sombras © ( ChanBaek) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora