╰⊰⊹✿ II ✿⊹⊱╮

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Se dió cuenta de quién estaba dentro del baño, no era mas ni menos que el mismo director con un niño quizás de quinto grado, bajo y de ojos redondos, quien se encontraba detrás de la puerta cabizbajo.

—Maestro Byun perdone si le estorbaba este niño en la puerta pero es que trataba de que no tuviera miedo de los urinarios —su mirada reflejaba nerviosismo y ocultaba algo pero se mantenía seguro de lo que hablaba.

—Descuide yo solo pasaba a lavarme las manos —miró una vez más al menor con su pantalón desabrochado— con permiso director —después de lavar sus manos se dirigía a la puerta hasta que fue detenido.

—Maestro Byun me gustaría que me ayudara con unos libros en la biblioteca. 

—Yo estaré ahí —asintió para cerrar la puerta y seguir su camino un poco confundido por lo que sus ojos vieron y sus oídos escucharon.

[•••]

Estaba en la biblioteca tal y como se comprometió, ayudaba a colocarlos en su lugar, el director llegó y una vez más volvía a sentir esa incomodidad en su piel que se erizaba solo al escuchar sus zapateos.

—¡Byun Baekhyun! —dijo en voz alta— gran nombre para un estupendo muchacho.

—Supongo —dijo con una sonrisa nerviosa.

—Este lugar está fascinado contigo, los niños no hacen más que preguntar por tí —se sentó en una mesa— maestro Byun, personas como usted son las que prefieren los niños.

—No comprendo a qué quiere llegar director —terminó de colocar los libros y se dió la vuelta para ver al mayor.

—Usted es de las últimas personas a las que un niño tiene confianza —lo miró con una sonrisa maliciosa— pero hay que saber que usted no es de esos.

—¿Esos qué? —fruncía su ceño.

—Nada, nada. Mejor acomode los libros de atrás y después me avisa si termina —se dió la vuelta con intensión de irse.

—Pero los de atrás me harán trabajar toda la tarde llegaré de noche a mi casa.

—No se preocupe maestro Baekhyun todo saldrá bien haga como quiero —se alejó hasta perderse en la puerta y salir.

[•••]

Por fin había terminado de arreglar todo y era hora de irse. Limpiaba unas cuantas gotas de sudor al bajar por la escalera en donde se había subido para alcanzar los puntos más altos, se estiraba un poco y vio su reloj.

—Ya son las 18:00 y yo todavía aquí mejor me voy o mi madre estará más que furiosa.

Salió de la biblioteca para buscar al extraño director pero este no estaba en su oficina porque la encontró cerrada, mejor salió de la escuela no sin antes preguntar a uno de los guardias por su madre la maestra Byun pero su única respuesta fue que ella ya se había ido.

No le quedó más de otra que irse caminando hacia su casa solo con su mochila en mano y varios libros. No le gustaba para nada tener que caminar por aquellas calles casi sin iluminación mientras iba pensando en como su madre pudo haberlo dejado solo.

Iba por la calle viendo como la gente comenzaba a cerrar las puertas de sus casas, le parecía un tanto extraña la forma tan rápida en hacerlo como temiendo que alguien pudiera entrar. No había prestado demasiada atención y siguió caminando. 

—Hoy no fue mi vida tal vez mañana sea mejor —balbuceaba por el camino— el director no puede ser lo que estoy pensando.

«Podría ser peor»

Escuchó una voz venir de algún lado cuando ya se adentraba en el oscuro bosque faltando minutos para llegar a su casa.

—¿Alguien anda ahí? —caminaba despacio viendo a ambos lados y sacando la linterna de su teléfono.

—Realmente fue una tarea muy fácil Byun Baekhyun, no todos vienen a mi tan fácil.

Esa voz seguía ahí, ahora se escuchaba más clara pero por más que iluminaba con su móvil en todos lados parecía que no había nadie y que estaba completamente solo, sin compañía.

—Por favor quien es y como sabe mi nombre —ya su voz se hacía más nerviosa y el corazón comenzaba a palpitar.

—Byun Baekhyun el menor de los Byun, tiene 17 años y vive con su hermano y su madre, no tiene padre porque murió misteriosamente —esa voz se hacía cada vez más tenebrosa y se combinaba con el viento y el mover de los árboles.

—Aparezca, dé la cara, ¿Quien es usted?

Sus pasos empezaron a ser más rápido y continuó corriendo sin parar viendo todo lo que dejaba a su paso, no le importaba si sus libros caían o si reventaba su mochila en alguna rama de un árbol.

Empezaba a correr más rápido porque aquella voz estaba riendo con más fuerza hasta doler sus oídos, los tapaba pero era inútil hasta que de un momento a otro chocó con algo y lo hizo caer inconsciente sobre el suelo lleno de hojas y un líquido recorrer su frente para después solo ver unos zapatos, cerrar sus ojos despacio y perderse en un profundo sueño.

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Espero les guste y muchas gracias.

Sombras © ( ChanBaek) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora