CAPITULO 7: La culpa es mia.

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- Lo siento, me deje lleva por un impulso.- Soltó Genaro separándose de Laila bruscamente.-No debería... haberte besado.-

-Yo no te rechace.- Aseguro Laila.

-No es correcto.-Dijo Genaro, cambiando el semblante en su rostro, el hombre dulce y comprensivo comenzaba a desaparecer.- Por favor Laila, quédate... Pero mantente alejada de mi.- dicho esto comenzó a alejarse caminando aceleradamente.

Aquellas palabras fueron como un puñal para Laila. No entendía el porque de ese estúpido comentario. Si habían llegado a ese punto, porque mantenerse distantes? No había duda de que ella despertaba cierto interés en Genaro, pero claramente había un escudo que no permitía llegar a el del todo. Ya mas tranquila, Laila llego hasta el tomándolo del brazo.

-Porque no dejas ese frío carácter de lado? Que es lo que te molesta?- Pregunto dubitativa.

-Nada, no me molesta nada.-

-Evidentemente algo pasa conmigo.-

-No es contigo Laila, es conmigo mismo...-Se detuvo en seco.- Pero es algo que a ti no te incumbe.-

-Solo quiero saber porque eres así Genaro. Yo veo en ti, a un hombre tierno, trabajador y correcto, porque todo el mundo no ve lo mismo que yo, incluso a tu propia hija la mantienes alejada de ti. Tu sabes lo grave que es para ella eso?-

-Si lo se, y créeme que intento ser mejor persona con ella, porque la amo. Es lo único mas valioso que me quedo de mi esposa pero...- Tomo aire y lo soltó con pesadez- Es tan igual a ella. Todo, todo en Greta me recuerda a mi esposa, su rostro, su cabello, su manera de hablar.-

-Deberias estar feliz por eso. Greta es una gran niña, y que mejor recuerdo de tu esposa que ese.-

-Tu no tienes ni idea de lo que sufrí por ella, aun me atormentan los recuerdos, su muerte.- Dijo Genaro, con la voz entre cortada asomando lagrimas en sus ojos. 

-Estoy dispuesta a escucharte si así lo quieres. No deseo estar en este lugar si voy a estar lejos de ti. No sabia el sentimiento que llevaba guardado, pero me has llenado el corazón solo con una caricia. No puedo irme o quedarme sin saber lo que entristece tu corazón.- 

Caminaron hacia uno de los bancos cerca del establo y allí se sentaron en silencio a mirar las estrellas. El rose de la cercanía de sus cuerpos, estremecía los sentidos de Laila, no había duda que sentía mucho mas que cariño, que no era un capricho de niña. Se sentía preparada para dejar su inocente niñez por  permanecer al lado de quien generaba aquel sentimiento. De pronto la voz de Genaro se oyó rasposa y débil.

-Mi esposa se mato, se colgó para ser mas especifico...- Hizo una pausa como si aquellas palabras pesaran demasiado.- Quizá el motivo mas grande haya sido por mi culpa, pero realmente nunca lo supe, ella se fue llevándose ese maldito secreto a la tumba.-

-Porque dices que tu fuiste el motivo?- Pregunto Laila sin miedo, pero con un escalofrió que recorrió todo su cuerpo.

-Ella me engañaba con uno de los peones del viñedo.- Dijo con una sonrisa melancólica.- Ese maldito traidor, luego de trabajar en el viñedo se dedicaba a los caballos, porque necesitaba dinero para pagar muchas deudas. Y no se en que momento se empezaron a ver a escondidas. Cuando los descubri, jure que pagarian muy caro su traicion. Despedi a ese infeliz y de un momento a otro me volvi frio, malo, carente de buenos sentimientos y comence a maltratar a mi esposa. Le dije un millon de veces que si queria irse, era libre de hacerlo, la queria lejos de mi vida, me daba asco aunque la seguia amando... Jamas me imagine que cometiera algo asi. No le importo nada, no le importo su hija y eso me destrozo el alma.-

-Santisimo dios, que locura... Teniendo una hija tan pequeña. Tan fuerte era el amor que sentia por ese hombre como para quitarse la vida?-

-No lo se...- Dijo Genaro elevando los hombros distraidamente.- No se que tanto lo amaba, pero el hecho de que se haya quitado la vida, quiza sea por los maltratos y la indiferencia por mi parte.-

-Genaro, un corazon herido es incomprendido. Tu estabas lastimado, tus acciones han sido normales en respuesta a una traicion, has actuado en defensa propia.- Respondio Laila con tranquilidad, aunque por dentro se estaba derrumbando- Yo no se mucho sobre estas cosas porqe nunca las experimente, pero creeme que hay mucha gente que sufre como tu. Yo no te culparia.-

-Entonces porque lo hizo?- Solto descargando un llanto que estremecio el corazon de Laila- Porque nos dejo de ese modo? Yo trabajaba hasta el cansancio para darles todo a ella y a Greta, era feliz con los logros que estaba obteniendo, porque todo era por ellas. Porque? Aun no lo entiendo, y no lo entendere nunca, porque ya no la tengo, porque la perdi para siempre...- Sollozo entre los fragiles brazos de Laila quien se habia aferrado a el para consolarlo.- Lo que mas me duele, es que se fue sin que le haya dicho que aunque ella me engañara, yo la ame con todo mi corazon.-

Laila lloro sin querer, acompañando las lagrimas de Genaro, el abrazo fue poderoso y sincero, y luego de un rato en silencio, cuando las lagrimas cesaron Laila acaricio su rostro y deposito un dulce beso en sus labios.

- Me quedare con ustedes, solo si me dejas curar tus heridas.- Dijo Laila, entregando con aquellas palabras su corazon entero a aquel hombre que parecia fuerte, pero que en realidad era fragil por lo que habia vivido.

Todos en la finca sabian que entre Laila y Genaro habia un romance, el cual ocultaban con mucho recelo, ya que ella era menor y él no era muy joven, aun asi compartian cenas, caminatas, cabalgatas juntos y nadie lo veia como algo malo, porque luego de que Laila comenzara a vivir en la finca, todo habia cambiado.

Genaro tenia una sonrisa sincera en su rostro durante todo el dia, estaba de buen humor e incluso se lo veia mas joven de lo que era. Greta habia cambiado su comportamiento por completo y poco a poco fue acercandose a su padre. Laila habia transformado sus vidas para bien.

Ella habia arreglado trabajar para no depender de nadie, por lo que desde el dia que Genaro le habia pedido que se quedara se ocupaba solo de Greta, era como su niñera, un trabajo que con el tiempo fue convirtiendose en algo mas afectivo que eso. Eran como una familia. La niña y su padre eran felices en compañia de la intrusa que huia de sus problemas.

Tal y como habia prometido Genaro, se ocupo del caso del asesinato del padre de Laila y de su estancia. Habia contratado detectives y abogados. Como ella aun era menor de edad, la justicia no podia accionar en su contra. Faltaban pruebas y sobraban supociciones.

Las personas que conocian a Laila la defendieron en sus declaraciones, acusando a Lazaro de la muerte de su padre, el problema era que, si no llegaban a una conclusion, Laila seria apresada luego de cumplir dieciocho años hasta que el caso quedara cerrado. Mientras tanto Laila siguio su vida en la Finca, junto a las personas que la hacian feliz.

Genaro se mostraba atento con ella, compartian momentos a solas en las noches inundandose de besos y caricias, pero siempre poniendo un freno para no perder la cordura. Laila era chica y aunque ella muchas veces le habia pedido que la hiciera suya, Genaro se juro no tomarla hasta el dia en que cumpliera su mayoria de edad.

- Laila... Despierta.- Grito Greta en su cama asustando a la adormilada muchacha.

- No puede ser me quede dormida...- Dijo Laila saliendo de la cama.

-No es tarde. - Señalo la oscuridad de la madrugada. Aun eran las cuatro y media de la mañana.

- Y que haces despierta a esta hora?- Pregunto Laila mientras sostenia la mirada de la niña.

-Feliz Cumpleaños Lai.- Dijo Greta lanzandose a sus brazos.

Laila no podia ser mas feliz, sentia su corazon latiendo y desbordando de emociones. No se le ocurria desear mas nada que lo que ya tenia... Una familia, porque asi lo sentia ella.

-Mi pequeña muchas gracias, no deberias haberte levantado tan temprano. Ven acuestate un rato mas.- La invito Laila y con un grito de satisfaccion se acomodo a su lado.

-No voy a ir a la escuela.- Solto Greta contenta.- Quiero estar todo el dia contigo, porque mi papa te llevara a la tarde para festejar tu cumpleaños... Los dos solos.-

-Espero que no sea una sorpresa, si es asi, acabas de quebrantar el secreto de tu padre.- Dijo Laila, mientras se deleitaba con el cambio de semblante en el rostro de la niña.- Descuida... No dire nada.

Ambas rieron y se arroparon para dormir unas horas mas. Aquel dia seria inolvidable, lo presentia... Y mientras imaginaba una cena, una salida a solas con Genaro, su corazon palpitaba ensordecedor cuando llego a imaginarse desnuda en los brazos del hombre que amaba.

La Finca "Huyendo hacia ti"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora