La mañana estaba despejada y soleada, un gran día primaveral. Laila despertó sin molestar a Greta quien seguía durmiendo en su cama. Se ducho y bajo a desayunar, pero Genaro ya no estaba. Ansiaba que fuera el primero que le dijera Feliz cumpleaños acompañado por una cálido beso, pero no fue asi.
Greta era una niña muy animada y aventurera, Laila se veía reflejada en ella, por lo que compartian todo juntas, tenian muchas cosas en comun. Asi que, ya que no iba a asistir a la escuela, preparo una cesta con algunas frutas, galletas y jugo. Habia planeado alejarse de la finca para disfrutar del aire puro, pero se llevaría a Greta y quizá a Mateo, ya que últimamente aquellos dos que vivían peleando, ahora se entendían mejor y pasaban mas tiempo juntos.
A media mañana, Laila y Greta fueron al establo en busca de Mateo, quien estaba limpiando la caballeriza. Al verlas llegar una enorme sonrisa se dibujo en su rostro y no dudo en abrazar a Laila y saludarla por su cumpleaños. Luego se paro frente a Greta con deseos de saludarla de la misma forma y se detuvo en seco, aquel gesto desconcertó a Laila, pero en un instante Mateo le regalo una sonrisa a la niña y solo revolvió su cabello.
- Así que te rateaste de la escuela...- Acuso Mateo a la niña.
-Es un día muy importante, así que lo disfrutare al máximo con Laila y contigo, podrás acompañarnos?- Pregunto Greta casi suplicante.
-Tengo mucho trabajo. No puedo...-
-Ven con nosotras, tu compañía también nos hará sentir seguras.- Insistió Laila.- Si temes por Genaro, ya le dije a Amelia que si pregunta por ti le diga que estarás cuidando de nosotras.-
Si dudarlo un minuto, se lavo las manos, el rostro y se cambio la remera. Mateo tenia diecisiete años, y aunque Greta aun no tenia los trece cumplidos, comenzaba a sentir cierta atracción hacia él.
Caminaron despacio disfrutando del aire, del sonido de los insectos y el sol que amenazaba con ser mas fuerte después del mediodía. Llegaron hasta el arroyo al final de la Finca y se quedaron allí. Greta no tardo en acercarse al agua y disfrutar de los peces que podían verse desde la orilla. Laila observaba a Mateo, mientras este se deleitaba con las reacciones de Greta.
-Te gusta verdad?- Pregunto Laila con tono de acusación sin recibir respuesta por parte del muchacho.- Sabes que es complicado cierto?-
-No siento nada por Greta, es solo una niña...- Se defendió.
- No sera una niña por mucho tiempo Mateo.- Soltó Laila sin sacarle la mirada a Greta.
-Para mi siempre lo sera.- Respondió secamente levantándose del suelo para caminar hacia el arroyo.
Tomo un poco de agua con sus manos para mojar su rostro y su cabello, y se detuvo a mirar a Greta, quien estaba observándolo sin perder detalle. Ambos se sintieron nerviosos, pero ninguno bajo la mirada. Greta se acerco a él y con su mano, peino su cabello mojado que caia sobre su rostro.
-Asi esta mejor.- Dijo Greta, y el muchacho tomo su mano con agilidad.
Sus corazones comenzaron a retumbar desbocados, el nerviosismo se podía sentir en el aire y Laila desde lejos se sobresalto y se puso de pie sin decir nada, pero Mateo se dio cuenta de la silenciosa advertencia y la soltó. La tensión había aumentado, pero éste tomo un poco de agua y mojo a Greta, generando así una distracción en aquel momento.
<Es inevitable sentirme de este modo frente a Greta, no debería. Es solo una niña, pero que hago con todo este sentimiento?> Penso Mateo mientras se cubría el rostro evitando las salpicaduras de agua que lanzaba la niña.
-Ya deja de mojarme, que niña terrible eres...- Dijo riendo y Greta se puso seria, aquel comentario la había molestado.
-No soy una niña, voy a cumplir trece...- Respondió a Mateo y este se puso de pie mirando el horizonte.- Que estas viendo?-
- Queria ver si estaba cerca tu madurez, pero no... Aun no la veo.- Dijo con seriedad mirando de reojo a Greta, hasta que esta se dio cuenta y comenzó a correr.
-No se alejen mucho.- Les grito Laila y Mateo levanto su mano, para asegurarle que la había escuchado.
Mateo fue mas rápido y a los pocos metros se perdió entre la vegetación, allí donde comenzaba el viñedo. Jugar a las escondidas era demasiado infantil, pero de todos modos Mateo se divertía observando a Greta mientras lo buscaba. Su sonrisa se fue desvaneciendo a medida que comenzaba a fijarse en su menudo y delicado cuerpo. En ese momento se dio cuenta que Greta se estaba convirtiendo en una hermosa jovencita. Las piernas fuertes, el crecimiento de sus pequeños senos, sus manos, sus labios. Todo en ella estaba cambiando, su cabello se había aclarado con el tiempo, ya no era tan oscuro como antes.
Como hipnotizado llego por detrás de ella sin sonreír y cuando Greta se giro sobresaltada por el susto, su sonrisa se borro al instante. Allí estaba nuevamente la misma sensación de hace un rato. Las ansias de probar sus carnosos labios y de sentir su piel se hicieron desesperantes.
-Tonto, ya me estaba asustando...- Dijo a penas Greta y Mateo no resistió aquella mirada.
Con una mano en la espalda de Greta y otra en su nuca la atrajo hacia el, dudando unos instantes, perdiéndose en sus profundos ojos color miel. Cometería el mas grave error si le gustaba, pero seria el error mas hermoso que hubiese cometido en su vida. Greta respiraba entrecortadamente por los nervios y Mateo se animo a rosar sus labios apenas, sintió al instante la tensión en la niña y eso lo hizo volver a tierra.
Fue soltándola lentamente sin dejar de mirarlo, pero en ese momento Greta se armo de valor y fundió sus labios con los de Mateo, sintiéndose nerviosa, agitada, expectante. Aquel beso dio paso a un sentimiento mas grande que el cariño, mucho mas fuerte que la amistad. Ya no era una niña, sentía como mujer, Mateo dejaba sensaciones en su cuerpo solo con la mirada.
El beso fue embriagador, Mateo invadió con su lengua, saboreando cada suspiro. Greta no tardo en hacer lo mismo y creyó que las piernas le fallarían. Nada en su vida le había causado tales sensaciones como aquel beso. Y mientras el salvaje deseo fue disminuyendo, el beso volvió a ser mas delicado. Cuando sus respiraciones se hicieron incontrolables, se miraron fijamente tratando de recuperar el aliento.
-Eres tan bella, pero tan inalcanzable...- Dijo Mateo liberándola del abrazo.- Lo siento Greta, no volverá a pasar.- Soltó con molestia mientras volvía hacia donde estaba Laila, dejando a la muchacha desconcertada por aquellas palabras.
Al mediodía llegaron a la casa, ingresando por la entrada del servicio que los llevaba directo a la cocina. Mientras hablaban de cosas sin sentido, se detuvieron al encontrar la mesa preparada con variedades de comidas y bebidas. Laila miro a Mateo y luego a Greta, y ellos reprimían una sonrisa cómplice.
-Feliz Cumpleaños!!!- Gritaron todos los empleados de la finca al unisono acercandose a saludar a la muchacha.
Laila estaba sorprendida y emocionada a partes iguales, las palabras no salían de su boca y se armo de fuerzas para no llorar, agradeció a cada uno sonriente, con cálidos abrazos. Mientras disfrutaban de un ruidoso almuerzo, compartían anécdotas entre risas, pero la llegada de Genaro corto aquel divertido ambiente.
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Hola mis queridos lectores. Pido mil disculpas x la demora. Hoy les dejo doble capitulo... Espero saldar mi deuda x no actualizar rápido ya q dispongo de muy poquito tiempo... Gracias a aquellos que me preguntaron x la actualización, este capi esta dedicado a una de esas personas!! Muchas gracias @CarmenSuarez327 x el apoyo de siempre!!!
Les mando un beso enorme y un fuerte abrazototeee!!!
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La Finca "Huyendo hacia ti"
Short StoryLaila llega a una finca, escapando del asesino de su padre. Allí se esconde ideando un plan para vengar su muerte. Pero el tiempo en aquella finca, escondida de todo el mundo, le dará una bella amistad con la hija del dueño, al cual, evitan decirle...