Capítulo 3

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Capítulo 3

Florien habló con Ichabod a solas.

- ¿Comprendes la gravedad de la tarea que tienes ahora?

- Sí, lo sé, pero estoy seguro de poder lograrlo.

- El hada que lo hizo está sometida por el clan Daghda. Su poder es grande y oscuro.

- Yo confío en que lograré apartarla de él. ¿Tiene alguna idea de quién fue?

- Sí- reveló Florien.- Se trata de un hada llamada Zarina.

- ¿Zarina, el hada pirata?- indagó Ichabod.

- Eso es lo que he escuchado, ¿la conoces?

- No exactamente. Escuché hablar de ella entre los druidas. Parece ser que le gusta robar objetos preciosos.

- Lo peor está por venir, Ichabod. El amuleto de jade se ha ido pero ella irá por otro aun más preciado y necesario: el amuleto de fuego.

- Ese amuleto representa la vida de ambos reinos.

- Así es, Ichabod. Hay que recuperar el otro amuleto y evitar que se lleve el de fuego o ambos reinos desaparecremos.

- Yo lo lograré- repuso Ichabod.- Debe ser así.

- Te veo seguro. Voy a estar al pendiente de ello.

Cuando Ichabod volvió a su casa, estuvo releyendo viejos pergaminos. Y durante su meditación entró en trance y vio a una joven hermosa de cabello rizado y rojizo con ojos dulces y talle delicado.

Zarina daba órdenes a su tripulación.

- ¿A dónde vamos, capitana?- preguntó un hombre.

- Vamos hacia los límites del Gran Río. Pero primero haremos una parada estratégica en Tortuga.

- Sí, es necesario.

Zarina se sentía bien aparentemente; pero en un momento determinado comenzó a sentir un fuerte dolor en el pecho.

Cuando reaccionó en su mente sólo había un objetivo: el amuleto de fuego. Pero ese amuleto necesitaría la ayuda de un humano para poder extraerlo.

Jack miraba su brújula. Ésta se movía sin una dirección fija.

- Aun no hay curso, Jack- mencionó Gibbs.

- Así es, maestre. Parece que cada vez que trato de pensar en lo que quiero no puedo lograr que esto apunte hacia algo en particular.

- ¿Y qué propones?

- Volver a Tortuga. Algo me dice que ahí sí encontraremos algún indicio.

- Bueno, al menos podré terminar algo que dejé pendiente.

- ¿Giselle o Scarlette?

- ¿De qué hablas, Jack? Para nada. Ésta se llama Dolly y tiene mucho más experiencia.

- Ya veo, suerte, maestre.

- ¿Y tú?

- Yo sí que puedo preocuparme, pero espero no dejar las cosas tan mal como la última vez.


Hadas, druidas y piratasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora