Capítulo 10

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Capítulo 10

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Capítulo 10

Después del beso, Meredith se fue hacia la cascada.

Jack la siguió.

En cuanto la encontró, no sabía cómo dirigirse a ella y eso era raro en él.

- No me disculpo, no acostumbro hacerlo, además porque sé que te agradó.

- Sería mejor que me dejaras en paz...

- Fue impulso, eso sí. Pero no te buscaba sólo para eso.

- ¿Qué quieres?

- Verás: el tiempo apremia y recuerda a lo que hemos venido.

Meredith asintió pero luego resolvió.

- Creo que no te voy a servir de mucho, Jack.

- ¿Por qué lo dices?

- Es que...no quiero dañar a Ichabod.

- ¿Acaso sientes algo por ese loco druida?

- No lo que crees, más bien sólo una gran amistad. Pero por eso no quiero causarle una desgracia.

- No lo haremos, a mí también me agrada este tipo, claro, no como imaginas.

Meredith sonrió.

- Con eso de que eres tan raro y tan loco.

- Sí, pero las mujeres siguen siendo mi debilidad, además del mar, claro.

- Pensé que Zarina y tú...

- ¿No sentiste nada cuando nos besamos? – insistió Jack sobre su boca.

Meredith apenas podía resistirse a su mirada y a la sensación que le producían sus labios tan cercanos.

- Por supuesto, pero tengo algo de temor.

- No tengas miedo...por cierto, quiero pedirte que me ayudes. Prometo que nadie saldrá dañado.

La joven quería volver a ver a su padre y sabía que la mejor forma de hacerlo era a través de continuar con lo que Jack y Zarina deseaban, además, el hada le había salvado la vida.

Hadas, druidas y piratasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora