Capítulo 12

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Cap. 12

Meredith y Jack avanzaron por delante, ya que la brújula de Jack era quien los guiaba.

Ichabod llevaba a Zarina en la montura, desmayada. El hada estaba realmente débil. Ichabod estaba sumamente preocupado.

Le colocó otro amuleto y le dijo tiernamente.

- Por favor, Zarina, despierta, te necesito mucho.

Y cuando Meredith y Jack se adelantaron un poco, Ichabod besó los labios de Zarina con dulzura, haciendo que el hada se tomara de su cuello y se desmayara de nueva cuenta.

Más adelante, Meredith iba haciendo ligero silencio. Jack se acercó.

- ¿Por qué tan callada?

- No sé, pensé que no querías hablar, estás concentrado supongo.

- No mucho, no tengo ron suficiente para hacerlo.

- ¿Sólo con eso te concentras?

- No exactamente- dijo deteniéndose mientras saboreaba los labios de Meredith un instante.- Ahora sí, creo que estoy listo.

Meredith suspiró un instante.

- Algo me dice que yo no voy a obtener nada de esto.

- Yo pensé que lo hacías solamente por ser solidaria con Zarina y ayudar al druida- arguyó Jack.

- No es eso, pero la verdad estoy notando que tú no tienes ningún interés en llevarme con mi padre, y si algo nos pasa aquí no sé qué será de mí, además, tú no me quieres...

Avanzó ligeramente. Jack la alcanzó y la tomó por la cintura.

- No acostumbro decir estas cosas pero...la verdad es que no sé qué me pasa contigo y eso es raro en mí y además, no me gusta, ¿savy? Pero no puedo dejar que te pase nada malo, y sé que vamos a salir bien de aquí, como que soy el capitán Jack Sparrow- dijo con importancia.

Ichabod llegó con Zarina.

- Estamos muy cerca, hay que apresurar el paso, Jack. Zarina está cada vez más débil.

- El que va a paso de tortuga eres tú, Ichabod- comentó con sorna Jack.

- Pues tú tampoco te apuras mucho, Jack- insistió Meredith.

- ¿Otra vez con reclamos?

El druida negó con la cabeza.

- Dejen de pelar, necesitamos llegar cuanto antes.

Jack lo miró con dureza y avanzó siguiendo el curso que marcaba la brújula.

- Es por ahí- señaló con la mano.- Rápido.

En breve ya se encontraban en una vereda que conducía directamente a un castillo tenebroso.

Pronto arribaron al castillo. El lugar destilaba terror.

- ¿Estás seguro que es aquí, Ichabod?- preguntó Meredith, acercándose a Jack.

- Es aquí, lo percibo- aseguró el druida.- Estamos en terreno Daghda.

Meredith tomó a Jack del brazo.

- Tranquila, preciosa, aquí para cuidarte.

- ¿En serio?- preguntó con una leve sonrisa.

Pero un ruido hizo que Jack diera un leve grito y se sorprendiera.

- Y tú eres el que me va a cuidar. Camina y no veas hacia atrás.

Avanzaron juntos los cuatro. Ichabod logró hacer reaccionar ligeramente a Zarina, cuando un luz la rodeó y luego Zarina actuaba como un fantasma.

Ichabod trató de detenerla, pero aquella fuerza se la arrebataba. Una voz se escuchó en el interior del salón.

- Muy bien, Zarina, los has traído hasta aquí para acabar con ellos. Ahora tienes que entregarme el amuleto de fuego.

- Sí, amo- respondía por inercia Zarina.

La joven hada avanzaba como atraída por otra fuerza y se acercó hacia unas escaleras.

- Vengan- dijo Ichabod- el amuleto y el tesoro están arriba.

Sin embargo, un golpe en seco dejó a Ichabod tirado en el suelo.

- Tú no vas a ninguna parte, tonto druida. ¿Ya te olvidaste de lo que hiciste con Imogyn?

- No fue culpa mía. Tú fuiste quien la manipuló y la sometió.

- Porque tú la dejaste sola. Ahora no podrás hacer nada por Zarina.

- No le harás daño esta vez- dijo Ichabod soltando bolas de fuego contra el aire. El ente que Ichabod atacaba sólo era visto por él.

Jack se sintió abrumado. Así que salió por otra puerta, tratando de escapar.

Afuera, la reina de las hadas ya había dado indicaciones a sus siervos para colaborar en la defensa de Zarina y de Ichabod.

Meredith buscaba a Jack pero por un instante no lo pudo encontrar.


Hadas, druidas y piratasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora