Al momento, me arrepentí de haber entrado allí. Los dos hombres me miraban con furia, pero no se movían. No hacían nada más que mirarme con una cara que transmite miedo.
Corbyn se movía de un lado a otro intentando desatar las cuerdas que lo tenían amarrado, pero era imposible.
Los dos tipos comenzaron a rodearme de tal manera, que no pudiera salir corriendo. Tenía uno a mi derecha y el otro a mi izquierda. No tenía ni una idea de lo que iba a suceder próximamente, pero lo único que tenía en cuenta, era que todo iba a salir mal. Que en vez de salvar a Corbyn para que los dos pudiéramos salir juntos, estaba haciendo que, no sólo se llevarán a uno, sino a los dos. Y ese error fue el peor que cometí. Miles de flashes de mi vida se vinieron a mi mente, haciendo que mi vista se nublara de temor.
Recordé el momento en el cual baje del avión. Tenía miedo de no encontrar a mi hermano, que él me hubiera dejado plantada en medio aeropuerto, donde no conocía nada, y era pésima hablando otro idioma.
El momento del abrazo grupal con los chicos fue algo que me reconfortó por completo. Volver a ver eso, fue lo que me armó nuevamente.
Y como no dejar de lado los momentos graciosos con los chicos; cuando Corbyn me dijo donde debia ir a cortar el pelo, cuando mi hermano me vio con el pelo ya corto -la reaccion de mi hermano me hizo sentir más viva- , cuando los chicos se tiraron arriba mío en el sillón, el momento en el que conocí a Connor Wells, Cameron Tanner, Brad Clayton y Chad Blake -nuevas amistades y personas para seguir adelante-, la reacción de Corbyn cuando me fui con Connor, y todo lo demás sucedido, desde que llegué, hasta este mismo instante.
Mi vista volvió, y pude percatarme de que ya me encontraba atada al lado de Corbyn. Esos momentos de paz interior que había encontrado, hicieron tiempo para los hombres, en cuanto atarme.
Miré a Corbyn y estaba rojo, no sabía si de furia o temor, pero se encontraba nervioso. Lo empujé un poco para que me mirara. Quería tranquilizarlo, como él me había tranquilizado anteriormente. Cuando me miró, intenté sonreirle -costó por el echo de que tenía una soga en la boca, pero lo logré-. El rojo vivo que tenía anteriormente en su cara, pasó a ser color piel, su color natural. Sus ojos se veían más tranquilos. Él intentó también sonreirme, y me dio gracia por lo cual reí. Me sentía más tranquila. Estaba riendo con Corbyn sin preocupación alguna de lo que estaba sucediendo, y eso era lo que para los dos, valía.
Volví mi vista al frente y noté que los hombres ya no estaban. Saqué todo el aire que tenía en mis pulmones y los volví a llenar. Apoyé mi cabeza en el hombro derecho de Corbyn y cerré mis ojos. Sentí un peso caer arriba de mi cabeza; tenía su cabeza sobre la mía. A pesar de todo, era un momento hermoso. Estábamos los dos, solos, sin preocuparnos por lo que iría a suceder. Yo, por lo menos, estaba convencida que si algo iba a suceder, nos iba a pasar a los dos.
La puerta se abrió de golpe dejando ver al hombre que anteriormente estaba apuntandome apuntados en la cabeza, enojado. Se escuchaban sirenas fuera del resto-bar, lo que significaba que la policía había llegado. Por un momento me puse feliz al saber que al fin habían llegado, pero esa felicidad se convirtió en miedo al darme cuenta que estos tipos nos iban a tomar a Corbyn y a mi de rehenes.
-¡Vamos!-gritó el jefe- ¡Agarren a estos dos estúpidos y saquenlos!
Con Corbyn repartimos miradas curiosas y luego los dos hombres corpulentos nos agarraron y nos sacaron por una ventana. Intenté luchar contra él, pero era más fuerte y sabía que era imposible que me dejara. Cuando ya estábamos afuera, estos hombres nos subieron a una camioneta negra y luego se subieron ellos. En ese momento, la policía rodeo rodeó el edificio y notó la falta de los ladrones. La camioneta arrancó y salimos disparados hacia algún lugar incógnito. En la parte de adelante se encontraba el jefe manejando, de copiloto un tipo con un arma por si acaso, y atrás estaban los dos hombres corpulentos a los lados de las puertas y nosotros dos estábamos al medio. Podría decirse que tenía poco espacio, que me costaba respirar debido a la carencia y falta de lugar en la camioneta. Intenté desatarme las manos en varias ocasiones, pero se me era imposible, a parte de el estar al lado de uno de mis raptores. En una de las veces logré desatarme las manos e intentar sacar una de las armas que estaban en el respaldar, pero me descubrieron y me dieron una pequeña paliza, haciendo que mi nariz sangre. El jefe paró al tipo que me estaba golpeando con simples palabras.
-Déjala. Cuando llegaremos tendrá una propia golpiza.... Y le dejará más que una nariz rota
Me asusté con lo dicho. Miles de situaciones se me vinieron a la cabeza. Como podía ser violada, torturada, quizás metida con perros rabiosos, o peor, la muerte. Comencé a pensar en positivo para sacarme las malas vibras, pero se me era imposible por el hecho de que el miedo me llenaba por completo. Quería romper el vidrio y salir volando por la ventana, esperando que mi cabeza chocara con el pavimento y me asesinara de una maldita vez. La furia y el miedo reinaban mi cuerpo. Ideas locas de como matar a estos tipos llegaban de la nada a mi cabeza.
Los sonidos de las sirenas de los autos de policía se lograban escuchar atrás de nosotros. Habían pasado ya unos 40 minutos y la policía aún estaba pisandonos los talones. En cierto punto me alegro saber que habían grandes oportunidades de nuestra salvación, pero al ver que la camioneta los perdía de vista, todo se fue al olvido.
La camioneta se metió en un camino que llevaba a un campo oscuro y solitario. Con Corbyn volvimos a repartir miradas asustadas y en cierto punto curiosas. En la camioneta estaban todos callados y eso me ponía incómoda.
Llegamos a una gran casa con rejas por todo su alrededor. Tenía pinta de ser moderna pero antigua, era bastante bonita. Corbyn comenzó a moverse hacia todos lados. No quería bajarse de la camioneta por un motivo desconocido. Por mi parte, baje de la camioneta y el hombre me agarró del brazo para que lo siguiera. En eso, le pegó una patada en su entrepierna y como puedo salgo corriendo. Corría y corría sin parar. El aire estaba frío y tenía miedo que le hicieran algo a Corbyn. Seguí corriendo hasta llegar a la carretera. Pude ver como los autos de policía pasaban rápido frente de mi y no me veían. Intenté llamar su atención, pero ya se habían marchado. Fue la decepción más grande de toda mi vida. Sentí como alguien me agarraba y me colocaba en sus hombros. El otro tipo grande me había encontrado. Estaba enojada. Estaba a punto de escapar y este me encuentra.
-¡Ahhhhhhhhhhgggg!-grité de impotencia.
Cuando llegamos a la casa pude observar cómo era su interior. Apenas pasabas la puerta de entrada te encontrabas con una gran comedor de forma rectangular, y a su derecha había una puerta lo cual aparentaba ser la cocina. Frente a mi, cruzando el gran comedor, se encontraba una puerta metálica y al lado derecho de esta una escalera de princesas, o algo así. El lugar estaba todo decorado de risa y tenía una gran araña-lampara- que caía desde arriba. Mientras observaba la casa para sacar mis propias conclusiones, los hombres nos empujaron hasta llegar a la puerta metálica. Ingresaron en ella y vi que era un tipo de sótano oscuro y sólo se lograban ver algunas sillas.
Los tipos nos ataron a la silla y nos dejaron ahí. Respire profundamente al saber que ninguno de los dos sufrió ningún daño. O eso era lo que yo creía...
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Hola lectores. Les quería agradecer ya que hemos llegado a los 1k de lectura en menos de 2 meses. ¡Son los mejores! Muchísimas gracias💕
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~New Life~ •Corbyn Besson y Tu•
FanficLa vida cambia de rumbo sin siquiera verlo ni visualizarlo. Es algo extraño, que pasa rápidamente y nadie se percata de ello, a excepción de la persona que lo vive en ese preciso momento, ni antes ni después. #965 (16 julio 2017) #40 en jackavery (8...