Ese fue el momento en el que comprendí todo lo que estaba sucediendo.
Ahora entendía la cara de confusión que había puesto Jack al decir que Jonah estaba muerto. Él no estaba muerto, estaba buscándome. Y en realidad, los que murieron en el auto fueron sólo oficiales. O ni siquiera eso. Quizás eran solo simplemente maniquíes.
No podía explicar aquella tranquilidad que corría por mi cuerpo al poder saber que, mi hermano, mi sangre aún estaba viva. Por fin podía salir a la calle y gritar que estaba vivo. Sentir que no estaba sola y saber que iba a estar de nuevo con aquella persona que tanto quise.
Mi emoción mató a medio mundo. Rápidamente intenté sacar un pasaje a Los Ángeles, pero me di cuenta que había pedido la maleta. No me la habían entregado. Al parecer habían algunos problemas, pero tenía un poco de dinero para poder comprar el pasaje aunque no tenía el documento. La mala suerte si que estaba conmigo. Iba a intentar hacer lo imposible para irme. Intenté sobornar a la chica de los pasajes, pero no pude que que la hija de su madre llamó al oficial que había allí. Me sacaron, pero yo intenté quedarme para que me dieran las maletas, pero me prohibieron la entrada.
Nadie de mi familia sabía que yo me encontraba en Chile, por lo tanto no podía avisarles donde me encontraba ya que llamar a otro país era muy caro.
Comencé a caminar por las calles de Chile intentando buscar un lugar donde poder alejarme, pero los hoteles y todo eso eran caros ya que me encontraba en una zona muy turística. Estaba realmente furiosa. Me senté en el cordón de la calle, mirando a la nada, esperando algún milagro.
El lugar donde me encontraba estaba muy poblado, gente por todos lados, griterío de niños. Era molesto, pero me agradaba el lugar. Hogareño, lleno de vida y buenas vibras. Volveré. Lo sé.
Por casualidades de la vida, pude ver un pequeño cachorro cruzar la calle. Me pareció tierno, hasta que vi que un auto avanzaba a gran velocidad hacia donde él estaba. Sin siquiera pensarlo, corrí disparada hacia el perro y me tiré a agarrarlo. Escuché como el auto frenaba de golpe mientras yo abrazaba fuertemente al perrito.
-¿Te encuentras bien?- una voz de hombre se escuchó. Levanté mi vista y vi al chico que estaba manejando el auto. Era alto, morocho, y tenía barba.
-Eh, si. Lo estoy- dije levantándome con el pequeño perro en las manos- Gracias por frenar.
-Si, no hay de que- le sonreí y me si la vuelta para volver a camina, o pensar. No lo se.
-¡Espera!- me gritó aquel hombre. Me di vuelta a lo miré, esperando a que me dijera lo que me tenía que decir- ¿Puedo hacer algo por ti? ¿Llevarte a algún lado?
-Si tienes un avión me vendría muy bien.- dije de chiste pero al parecer se lo tomó muy en serio.
-Trabajo con aviones privados.- abrí mis ojos y estaba a punto de decirle de que era sólo una broma, que no sucedía nada, pero no me dejó ni emitir una palabra- Si quieres puedo pedirte un vuelo.
-No, no. Gracias. Era broma- dije riendo falsamente.
-¿Sabes que?- me dijo- Sube al auto, te llevaré a mi oficina.
Sin pensarlo me subí al auto. Era un BMW al parecer nuevo, y estaba limpio. No dudaba del tipo porque se veía de alta sociedad y no capaz de hacer algo malo. O eso creo.
Manejó durante un largo rato hasta llegar unas calles más pobladas. Parecía ser el centro. Estacionó frente a un gran edificio e hizo que yo también bajara con el perro en mano. Ingresamos al edificio y el tipo saludaba a los demás con la cabeza y una sonrisa. Llegó al elevador y subimos. Este marcó el número 8 y comenzó a subir.
-Me presento, soy Felipe Salinas, dueño de bueno, esta empresa de viajes.- dijo y me dio la mano.
-Soy Veale Marais. Estoy perdida aquí y tengo que volver a Estados Unidos- dije y lo miré.
-¿Por qué?- me preguntó a lo que sólo respiré profundamente.
-Mi hermano, hermanastro, había muerto en un choque. Sentí que no podía vivir allí sin él, por lo que decidí volver a Argentina, mi pais natal, para avisarles a mi padre y su madre, pero al estar acá, mi hermanastro me llamó y me dijo que estaba vivo.- dije y sonreí inconscientemente- Intenté sacar un vuelo de vuelta, pero perdieron mis maletas y no tengo mucho dinero. - la puerta del elevador se abrió y pude ver una gran oficina, con sillones rojos hermosos, y una gran mesa con papeles y una computadora. Habían grandes ventanales que dejaban la vista a Chile. -¿No se supone que aquí no tienen que haber edificios tan altos? Por los terremotos y eso.
-No nos gusta seguir lo que dicen. A parte, este es seguro- dijo y se sentó detrás de la mesa con la computadora y yo me senté en uno de los sillones.- Veale, se que estas en apuros, y por lo que me contado, no tienes el dinero suficiente para volver, pero tengo que recompensar lo que sucedió en la calle. Por poco te asesino.
-Pero no lo hiciste- dije acariciando el perro.
-Me siento en deuda contigo, y lo mínimo que puedo hacer es pagarte un pasaje para que vuelvas con tu hermano.- me dijo. - No te sientas presionada. Tomalo como un regalo.
-¿Cómo se que no me vas a raptar?- lo miré a los ojos totalmente seria. No estaba segura si confiar en él.
-Toma- abrió un cajón y sacó un papel. Me lo extendió y me acerqué. Lo agarré y lo leí. Un pasaje para Miami.- Quizás no sea la ciudad a la que tengas que ir, pero ese pasaje me lo regalaron, pero ahora te lo diy a ti.
-No, no, no- dije dejándolo en la mesa.
-Te lo regalo. Puedes llevar también el perro-me dijo y lo miré no tan convencida.
¿Iba a hacer esta locura?
¿Y si me raptaban de nuevo?__________
Y volvimos a la actividad de esta novela. Comenten que quieren que suceda en la segunda parte de este libro tan lindo.
Gracias por los 13k💗
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~New Life~ •Corbyn Besson y Tu•
FanficLa vida cambia de rumbo sin siquiera verlo ni visualizarlo. Es algo extraño, que pasa rápidamente y nadie se percata de ello, a excepción de la persona que lo vive en ese preciso momento, ni antes ni después. #965 (16 julio 2017) #40 en jackavery (8...