No regrets.

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Capítulo I, El encuentro.

-Todos mis puntos son débiles, si eres tú quien los toca-. Le dije.

-Suéltame, puta insana, yo no soy como tú.- Me contestó tratando de apartarse de mi, pero no iba a permitirle alejarse, no de nuevo. La tomé con más fuerzas y me acerqué a su oído.

-Yo sé lo que te gusta, te puedo hacer gritar y eso te duele. Te duele que sea una mujer la que te haga perder el control.- Susurré en su oído y la mordí. Sé lo mucho que le gusta eso.

-No quiero, loca de mierda, me estás obligando a hacer algo que.....- No pudo continuar la frase, la hice gemir como nunca en su vida.

Bastó con que introdujera mi dedo en ella para comenzar nuevamente, no era nuestra primera vez juntas, ya habíamos tenido encuentros similares en su habitación, en el baño de un restaurante, en la universidad... por más que lo negara ella me deseaba más que cualquier cosa, quería que yo la hiciera mía y la tocara como nadie más podía hacerlo.

Despacio comencé besar su cuello. No era necesario hacer mucho para hacerla gemir. Ella contenía todos sus sentimientos por mi, nada más era necesario un roce para hacerla descontrolarse.

La empujé contra el rincón e hice que se acostara en el piso, como era de esperar ella no puso ninguna resistencia. Le quité su falda y moví su ropa interior. Puse mi lengua en su v*gin* y comenzó a gritar, me pedía más, y en realidad, es bastante gracioso considerando que ella era la que quería alejarse. Durante 5 minutos mi lengua conoció cada rincón. Pero no quise terminar ahí, todavía faltaba mucho más por ofrecerle. Uno a uno comenzaron a entrar mis dedos, estaba húmeda así que no fue difícil continuar.

-¿Por qué no lo asumes? Sabes tan bien como yo que esto es mutuo.- 

-Te quiero.- Fue la única palabra que salió de sus labios antes de comenzar a llorar, no entiendo. Ella me quiere, me atrevo a pensar que lo hace tanto como yo a ella, es mutuo. No podría decir lo feliz que me siento en este momento, no existen palabras. Así que decido sellar este momento con un beso en sus labios. Por primera vez creo que hicimos el amor.

No sé como interrumpir este momento, quisiera que nunca se acabara. La tengo acurrucada a mi lado, puedo oler el aroma de su cabello, puedo sentir sus latidos, escucho su respiración calmada. Me permito pensar que realmente esto es amor, no es algo que sucediera por el momento, ni algo que se pueda planear. Es espontaneo. Mis brazos son exclusivamente para abrazarla y protegerla. Nada en esta vida sucede por casualidad. Esto es amor.

Nos vestimos, en este precioso momento no sé que sucederá. ¿Acaso se arrepentirá de lo sucedido?¿Se volverá a alejar de mi? Temo por nuestro futuro, mis pensamientos pesimistas me invaden hasta que ella finalmente rompe el silencio.

-Bueno, tu sabes que esto no puede ser así siempre. Me dejé llevar y eso es todo, para mañana tienes que olvidarte de mi.- Lo dice tan fría, tan fácil. Me esfuerzo para no gritarle lo descarada que es.

-Eso es lo que tu haces, me dejas hacerte el amor y te vas. Me dices que me quieres y me pides que te olvides. No sé que clase de puta eres, pero no lo merezco. ¡Tus repugnantes ilusiones no las merezco!.- En este momento ya ni siquiera me interesa aguantar, quiero llorar, esta puta insensible juega conmigo.

-No... yo te quiero, mucho. Desde la primera vez que nos besamos supe que era amor, pero no puedo permitírmelo. Tú eres una chica y yo también, no es normal. Esto tiene que acabar ahora.-

No me resisto y la tomo de sus brazos con todas mis fuerzas -¿Y tú crees que me importa? Jamas me a importado que las dos seamos mujeres, te quiero, quiero todo de ti, quiero ser la única que te toque y te conozca ¿No entiendes? ¡Te quiero de verdad!.- Le estoy gritando, estoy perdiendo el control de la situación. No permito que nadie juegue conmigo, ni siquiera ella.

-Si me quieres, entonces que sea un secreto. No me permito que todos se enteren de lo nuestro. Si aceptas, podemos estar juntas, pero nadie nunca se puede enterar.- Al principio creo que dijo esto para calmarme, pero al ver sus ojos me tranquilizo. Ella lo dice en serio. Ella me quiere en serio.

Han pasado dos días desde nuestro encuentro. Puedo ir caminando por el pasillo, acercarme y ella se aleja. Puedo mirarla y ella simplemente mira a otro lado. Me está evitando. Quizás todo lo que dijo fue una puta estrategia para mantenerme al borde de la situación. Si eso es lo que cree, no me conoce.

El siguiente cambio de hora es en menos de 10 minutos, la esperaré en la sala de computación, si no es ahora, no sé cuando será. Tengo que hablarle. Como sea, tengo que decirle todo y dejar las cosas claras de una vez por todas.

Se acerca por el pasillo. No puedo fallar. Es este mi momento antes de caer en la locura, tengo que hablarle, tengo que hacerlo ahora. 

-Ven.- Ni siquiera permito que me diga un 'no', simplemente la llamo y la hago venir. -¿Qué pretendes?¿Qué querías conseguir de mi?.-

-Tienes que entender. Pedírtelo así era la única forma, si sólo me iba jamas me hubieses dejado tranquila. Beth... tienes que aceptar que no me gustan las chicas, eres muy especial y honesta, pero es imposible lo nuestro. Quizás lo disfruté, pero fue algo del minuto, ahora puedo decirte con toda seguridad que prefiero estar con un hombre.- Si esta puta cree que me voy a tragar su palabras está equivocada, a ella la pongo más húmeda que nadie, y le duele que esa sea la verdad. 

Pongo mi mano sobre su v*gin* y comienzo a hacer movimientos circulares. La he dejado inmovilizada. No me interesa si ella no quiere o si alguien entra y nos descubre. Tengo que enseñarle a esta p*rra que yo soy lo que necesita.

-Te voy a hacer chillar, puta de mierda. Ya veremos si no te gustan las mujeres después de lo que te voy a hacer.- Le susurro esto y muerdo su oreja. Es su punto débil. Cae al piso gimiendo.

Es el momento, tengo que darle algo que jamas olvide, el mejor orgasmo de su vida que definitivamente le haga admitir su amor por mi. 

Sobre el escritorio hay un celular, como no es mio no me interesa utilizarlo. Mientras comienzo a tocar sus pechos, pongo el celular en vibrador y sin ningún remordimiento comienzo a introducirlo en su v*gin*. Bastan unos segundos para que grite como nunca. Sus orgasmos son delicados y dulces, pero eso no evitará que nos escuchen en toda la facultad. Eso es exactamente lo que quiero, que lleguen y nos vean haciendo el amor.

Con mi mano derecha tomo la suya, es una forma de recordarle que esto no es sólo por placer. Es porque estamos conectadas.

Desabrocho su blusa y comienzo a besar sus pechos. Me encantan. Son firmes, grandes y redondos.

Los beso, suavemente con mi lengua hago círculos para darle placer. Pero no es suficiente si quiero darle el mejor polvo de su vida. Me pongo violenta. La muerdo en sus pezones. Sé que eso le encanta. Cualquier tipo de dolor físico para ella se presenta como placer. 

Comienzan a llegar las primeras personas; veo sus caras asomadas en la ventana. Nadie se extraña por ser yo quien está teniendo sexo con otra chica. Pero sus caras cambian al ver que se trata de Kendra. Ella es una de las chicas más deseadas de la facultad. No sólo por ser inteligente, sino porque tiene un físico que haría feliz a cualquiera.

Ella está indefensa. Tardará unos minutos en que se recupere de la experiencia que le di. Supongo que esto bastará para arruinar su reputación y que finalmente sea mía. 

Me visto rápidamente para que no pueda alcanzarme, y antes de irme me acerco a su oído y le digo

-Eres mía. Tienes mi marca. Te aseguro que ahora tú volverás por mi, estaré esperándote. Eres mi puta. Te quiero.-

(continuará)

No regrets. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora