God is watching

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Dios está viendo





¿Era un mal padre por dejar que sus hijos resolvieran sus problemas por ellos mismos? ¿Era malo querer lo mejor para tus hijos, aún después de tantas decepciones?

Ellos pensaban que su padre los había abandonado, que no escuchaba siquiera sus plegarias, que no los amaba más. Estaban equivocados.
Dios aún veía todo lo que pasaba sobre sus hijos, todos ellos. Veía como dos de sus primeros hijos tenían líos en sus cabezas, todo sobre sentimientos encontrados y que sería de su relación ahora. Sabía por lo que ambos habían pasado, uno de ellos por su culpa.

Los miraba de lejos queriendo saber hasta donde llegarían juntos para aliviar su dolor. Aún quería que ambos estuvieran felices, tal vez juntos podrían lograrlo. Por eso decidió que si todo salía bien con ellos, les daría un regalo para mejorar el tiempo en esa prisión. Estaba seguro que ambos se complementarían.

Mientras sus hijos se vestían y seguían con sus tareas sin hablar de lo pasaba ahí, tal vez, tal vez nunca. Ambos siguieron trabajando juntos sin mencionar lo que pasó. Después de un rato Lucifer le dijo que podía pasar el rato mientras veía algo en lo que él no podía ayudarle, Castiel decidió explorar por ahí.

Terminó en la sala privada de Lucifer, donde sus artefactos más preciados eran guardados. Los vió un rato y después salió encontrándose a Crowley afuera.

—Vaya, debes hacerlo bien para que Lucifer no te mate por andar husmeando en su colección —

Castiel sólo le dedicó una de sus usuales miradas. —No sabes nada de lo que pasa entre nosotros —

—¿Y tú si?—

Se quedó callado ante ese comentario. Crowley lo miraba divertido, queriendo echar más leña al fuego.

—Todos saben porque estás aquí Castiel, que nadie lo mencione, o quiera hacer entender que sabe, es otro asunto —habló el demonio —¿Puedo preguntarte algo? —

Castiel se mantenía en la misma posición desde que empezó a hablar, mirada dura y pensativa al frente con su cuerpo recto. Cuando hizo esa pregunta, lo miró a los ojos.

—Todo fue por un humano, ¿cierto? Entonces, ¿por qué ese humano? —

Castiel se quedó quieto, viendo fijamente al demonio. ¿Cómo explicaba que tenía de especial Dean si ni él podía hacerlo? Dean era tan diferente a todo lo que había conocido en su existencia. Alguien extraordinario, valiente y leal. No conocía a otra persona que lo impresionara de esa forma, salvo Lucifer ahora que lo conoció.

—Es complicado —respondió después de meditarlo y no saber que decir.

—Ya veo —Crowley se enderezó y llevó sus manos a su espalda examinante —¿Aún sientes lo mismo por él? —

—Claro que si —

—¿Igual que por Lucifer? —

Volvió a quedarse callado. Aún sentía la misma sensación en el pecho cuando pensaba en Dean pero, ¿sentía los mismo por Lucifer? Todo era muy confuso ahora.

—Eso contesta mi pregunta, debo irme —

—Espera Crowley, quiero preguntarte algo —el demonio hizo el ademán de que continuara —Lucifer, él, ¿cómo era cuando llegó aquí? —

Crowley levantó una ceja confundido, pero respondió.

—Era duro y frío, todos le temian. Nada diferente a como es ahora —

—¿No había algo diferente, ni un poco? —

—Antes era más reservado, ahora le gusta poner su posición sobre los otros con sus juegos. Creo que solo eso, debo irme —

El demonio desapareció en un segundo y Castiel quedó pensando aún más. Ojalá alguien le ayudara a entender que siente, y a entender a Lucifer, sobre todo. Tal vez había algo de él en libros, debía investigar.

Buscó en los libros que pudo, cuando podía, mientras aún trabajaba para Lucifer. Siempre se daban miradas pero ninguno mencionaba lo que pasó. Él seguía siendo el mismo en su actitud, aunque a veces cambiaba un poco cuando estaba a solas con Castiel. Tampoco se habían acostado otra vez. Castiel estaba decidido a saber más, por lo que le pidió ayuda a Crowley. Él lo ayudó dándole una computadora, aún cuando Castiel le dijo que no confiaba en ellas. Aprendió a usarla y se puso a buscar sobre el diablo.

Entonces conoció sobre él. Aprendió la historia; Dios lo encerró cuando vio como sintió celos de la humanidad y los atrajo a malas enseñanzas, creando así a los demonios. Ahora no puede salir de ahí. Está condenado a pasar la eternidad en el infierno, liderando a creaturas que aborrece, estando solo por siempre. Castiel no deseaba que él sintiera eso, no cuando estaba un hermano para ayudarlo.

Tal vez ellos no se den cuenta, pero Dios siempre está viendo y ahora los ayudaría. En serio los ayudaría, les daría un regalo. Algo con lo que sueñan los humanos en algún momento de su vida.

Viviendo con el diablo ✡ LustielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora