Viejos fantasmas
La situación era extrañamente normal. Castiel aún trabajaba para Lucifer, aunque a veces iban al cuarto del Rey donde hacían el amor hasta cansarse. Para el ángel de ojos azules, todo se estaba volviendo cotidiano. Muy pocas veces pensaba en el humano que tuvo que dejar, ahora solo pensaba en como apoyar a su ángel caído.
Lucifer, por el otro lado, era igual de frío con sus súbditos, pero no tan cruel como antes, sólo con alguien no lo era. Ese era Castiel. Con él era amable y le sonreía de verdad. Por momentos pensaba en que diablos hacía jugando a la pareja feliz con otro desterrado en su prisión, pero luego sentía los besos del ángel en su cuello y se permitía volver a ser débil. También estaba ese pensamiento en su cabeza, el cual le decía que no confiara en uno de ellos, como lo hizo algún día en su hermano. Miguel.
—¿En qué estás pensando? —entrecerró los ojos, como siempre hacia cuando no entendía algo, y preguntó con su voz ronca. Castiel solía hacer eso casi siempre.
Ambos estaban acostados en la cama del Rey del infierno. Acababan de hacer el amor y ahora descansaban, Castiel con su cabeza en su pecho mientras el otro acariciaba la línea de su columna con las yemas de sus dedos.
—En viejos fantasmas que no dejan de atormentarme —contestó serio viendo a la nada, siguiendo pensando.
—Dime —
Volteó su vista a esos hermosos ojos azules como el cielo, y habló.
—Quiero confiar, Castiel. En serio quiero pero, ¿como puedo confiar si ya me han traicionado tanta veces? —
Castiel se acercó lo poco que faltaba y recargó su frente en la de Lucifer. Recordó lo que leyó sobre Lucifer, quién fue el que se encargó de juzgarlo y encerrarlo ahí, el mismo que lo sentenció ahí con él.
—No era tan unido a él como tú, pero también fue quien me juzgó para mandarme aquí. Sé lo que es que tu hermano te mandé tal sentencia —
Se besaron otro rato hasta que decidieron seguir con el trabajo de gobernar el infierno. Castiel no se metía en el trabajo de Lucifer, aún trabajaba para él como su asistente por momentos.
Al entrar a la sala, había unos demonios en traje que lo esperaban para consultar algo. Al verlos entrar, los miraron discretamente. Ya todos sabían que los ángeles tenían una especie de relación. Algunos demonios sentían envidia de que ese ángel que llevaba poco tiempo ahí, ya tuviera mayor rango por acostarse con el Rey. Otros tenían enojo por saber que Lucifer solo se relacionaba de esa forma con ángeles, no con demonios, y menos con humanos.
Castiel caminaba detrás de Lucifer, sintiendo las miradas sobre él. Lucifer se sentó en su trono y uno a uno los demonios pasaban a consultarlo, mientras él estaba a su lado de pie. Cuándo pasó una demonio de cabello rubio, sintió que ella lo veía aún más profundo que los demás, con odio y envidia. Él no se dejó intimidar y alzó la cabeza. Cuando la demonio se fue, la siguió con la mirada. Los demonios se fueron y Crowley entró, se acercó a susurrarle algo a Lucifer. Este apretó la quijada y le dijo a Castiel que fuera a dar una vuelta, tenía asuntos privados que atender. Una vez que se fue, habló con libertad con el demonio.
—Acaba de hacer el trato, pidió que su padre se recuperara de un accidente en una revuelta. Al parecer al viejo le dispararon en la cabeza y le quedaba poco tiempo. Tiene poco tiempo antes de que llegue aquí —
Lucifer lucía enojado. Todo estaba saliendo bien después de milenios solo. Ahora tenía a alguien que trataba de querer, y no lo iba a perder.
—Cuando tenga que venir, quiero que me lo informes. Y mantenlo lo más lejos que puedas, Castiel no debe saber que Dean Winchester estará en el infierno —Crowley asintió y se fue.
No dejaría que un sucio humano destruyera lo poco que estaba formando con el ángel. Claro que no.
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Se viene el bardo shavos
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Viviendo con el diablo ✡ Lustiel
Fanfic❝Que creatura tan peculiar eres❞ ••• Castiel es mandado como castigo al infierno, con Lucifer. El plan era ser un sirviente, pero se convirtió en algo más. Tal vez son más compatibles de lo que imaginaban. ☞Primera historia de Castiel y Lucifer como...