Dos semanas de reposo...
¡ Ja!
Antes terminaré fracturándome el hueso sin poder darme de baja. En ese caso , sé que cierta jefa podría despedirme.
- ¿Phoebbe?
Levanto la cabeza de repente , mirando hacia Karl.
- ¿ Sí?
- Te estaba hablando y... no me hacías caso. ¿ Ocurre algo?
Yo ¿ por qué estoy así? ¿ Por lo de Geoffrey? ¿ Por el maldito trabajo?
Lanzo un gruñido de rabia y golpeo el salpicadero.
- Eh , eh . No sé qué te pasa, pero mi coche no tiene la culpa.
Mientras Karl sigue conduciendo con una mano al volante , con la otra frena las mías para evitar que siga maltratando su pobre vehículo.
Una vez me calmo, me recuesto sobre el asiento del copiloto y miro por la ventana.
- ¿ Y bien? ¿ Qué te pasa?
Toma un desvío , pone los intermitentes y se mete por otra carretera donde apenas transitan coches. Karl, frena el suyo , apaga el motor y se vuelve en mi dirección.
Me fusila con sus orbes azules, intensamente, sin quitarme los ojos de encima.
Ante esa mirada me siento por un momento pequeña, aún así le contesto y suelto todo lo que llevo dentro.- ¿ Tú crees que la perra de Nath me dará dos semanas de reposo? ¡ No! Y yo seguiré ahí en muletas a todos los lados hasta que de verdad me llegue a romper el hueso. Y luego acostarte con tu compañero de trabajo , ¿ crees que si se entera me dejará ahí trabajando? ¡ Claro que no , aprovechará y me despedirá como lleva deseando hace tiempo!
Exhalo el aire que tenía retenido en mis pulmones y de repente siento que me he sacado un peso de encima.
Observo la reacción de Karl: primero frunce el ceño confuso y luego poco a poco abre sus labios y me mira acusativamente.- ¿ Que tú qué? ¿ Te has acostado con Geoffrey?
Ahogo un grito y alzo una ceja
- ¿ Y por qué tiene que ser con Geoffrey? Tengo más compañeros de trabajo.
- Por favor, Ebbe , se ve a la legua. Tú y él tenéis mucha química.
Sonríe fanfarrón sabiendo que tiene razón. Y yo, no le veo la gracia. ¿ Qué química habrá? Simplemente somos unos compañeros de trabajo que salieron de copas, se emborracharon y... terminaron acostándose.
- Gracias por preocuparte por mi trabajo, de verdad.
Cruzo mis brazos a la altura de mi pecho y miro enfrente. Delante mío se estiende un gran camino que te lleva a lo alto de una montaña. Aquí cualquiera podría secuestrarte de noche.
- A ver , Phoebbe, si tu jefa hiciera eso no sería profesional y tú por eso puedes reclamar . Si no se llega a enterar de lo de Geoffrey, de lo contrario... No podrías hacer nada.
- ¡ Pero ella también se acuesta con él!
- Ya pero es tu palabra contra la suya y a no ser que tengas alguien que lo demuestre...
- ¡Pues el propio Geoffrey!
- Cariño... No creo que él quiera arriesgar su trabajo por confirmar su romance con tu jefa .
- ¡ Pero ese no es el caso! El caso es que debo estar en reposo. REPOSO. Cosa que ella no me dará.
- En este caso debe hacerlo, si no ya sabes. Aquí mismo tienes un buen abogado.
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El número
RomanceQuién diría que mi historia empezaría con un número pegado en la puerta de mi casa. ¿ Quieres vivirla conmigo? ¿ Quieres saber cómo empezó todo? Adéntrate conmigo.