Capítulo 9

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Los días fueron pasando y mi dolor iba menguando con la ayuda de las pastillas y el reposo que el doctor me había mandado.
Karl siempre que podía o bien acababa su jornada se pasaba por mi casa para ver cómo estaba. A veces iba acompañado de Kasser , con el que se creaba mucha tensión que solo nosotros notábamos, mi mejor amigo era totalmente ajeno a eso y a las miradas cómplices que él y yo teníamos.
Y Geoffrey siempre que podía me mandaba un mensaje preguntándome cómo estaba y me explicó ese mismo día cómo fue la reunión que tenía que ir junto conmigo y también se reunió con el cliente que solo iba a ver para concretar el día de las reformas, solamente que el viaje no le sirvió para mada porque el hombre se resignó a hablar con alguien que no fuera yo.
Geoffrey dice que se comportó así porque yo soy guapa y al hombre le atraía y por eso quería verme, porque él era un chico.
Y por último, no recibí mensaje alguno del desconocido desde aquella vez que me vió con Kasser.

Termino de colorear uno de mis últimos diseños. El pasar de los días me ha hecho más creativa aunque también lo he hecho para distraerme, lo mío no es estar tumbada sin hacer nada.

El móvil suena y sin mirar el nombre lo cojo , lo descuelgo y respondo.

- ¿ Dígame?

- ¡ Oye! Tú no sabes que hoy habíamos quedado ¿o qué?

Aturdida miro el número , no lo reconozco y la voz me suena de haberla oido antes pero no la localizo en mi cabeza así que mientras despotrica contra mí voy haciendo memoria para recordarle.

- ¿ Pero de qué hablas?

- ¡ Lo que oyes diseñadora de pacotilla! Me has tenido esperando como un imbécil en la casa de mi madre. Ni el arquitecto ni nadie había ahí.

Ya sé quién es.

Me recoloco en el sofá y dejo los diseños en la mesa para soltarle un par de cosas. Mis dientes rechinany las aletas de mi nariz comienzan a dilatarse.

- Mira...

- No, ¿ qué te dieron el título en una tómbola? Ni siquiera trabajas para una empresa reconocida, eres...

Mi paciencia se había agotado e iba a explotar , como cuando pinchan un globo.

- ¡ Quieres callarte, pedazo de idiota! Estoy de baja y tu madre ya está enterada de ello. La construcción se ha pospuesto , por eso no había nadie. Antes de hablar infórmate, gilipollas.
Y con todo esto , buenas tardes.

Cuelgo.

Tiro de mala gana el teléfono sobre la mesa con tal mala suerte que acaba cayendo al suelo provocando que se agriete la pantalla.

- Mierda...

Alguien llama al timbre y todavía mosqueada suelto:

- ¡ He muerto!

Me reclino sobre el respaldo del sofá mirando la televisión, en concreto nada porque está apagada. Lo único que quiero es tranquilizarme.

Vuelven a picar.

- ¡¿ Qué no has oído que te he dicho que estoy muerta?!

- Si lo estuvieras no me hablarías

Escucho la voz lejana de quién me contesta. Habrá gritado un poco para que lo escuchará , igual que yo.

Me levanto y voy cojeando hasta la entrada. La abro y me encuentro a Karl. Achico los ojos y frunzo el ceño

- ¿ Qué, no te alegras de verme?

Me recompongo y en seguida le esbozo una sonrisa de boca cerrada. Me pongo a un lado de la puerta para que pueda pasar.

- Sí, solo que no te esperaba.

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⏰ Última actualización: Aug 23, 2017 ⏰

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