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Kim Taehyung ya había perdido peso, se encontraba delgado pero no demacrado. Exceptuando por los golpes que en ocasiones le daba Seokjin, al menor no le quedaba nada más que guardar silencio porque recibiría más golpes si contestaba.
Lo positivo —si es que se podría considerar así— Era que todos los días que pasaron, no tocó su cuerpo para violarlo. Los músculos del menor ya estaban comenzando a ponerse tensos, no tenía movilidad ya que solo pasaba atado en esa maldita silla. Nunca le dió de comer ni tampoco de beber.
Hoseok no siguió buscando a su novio por las calles, no se le escuchó gritar el nombre de Tae y tampoco se escucharon las sirenas. Taehyung llegó a creer que su novio pensaba que él se encontraba muerto o por cualquier otro motivo, lo ponía muy mal pensar que Hoseok ya no lo amaba como solía hacerlo cuando se quedaban en el departamento que compartían juntos. La tristreza que sentía Taehyung era inmensa, era una especie de intranquilidad que no le permitía dejar de suspirar. Con persistencia no dejaba de desear, aunque fuera por última vez en su vida, ver a su novio.

Los días, las semanas pasaban sin cesar y nada cambiaba, todo seguía exactamente igual. Seokjin ya no solía entrar en la habitación que se encontraba el menor, él no tenía conciencia. No pensaba que la persona que tenía encerrada en aquél cuarto sucio también era un ser humano de carne y hueso, ese chico necesitaba comer antes de que ocurriera una desagracia no deseable.
El mayor por una parte ya comenzaba a aburrirse, tenía la necesidad de molestar y/o toquetear a Tae. El motivo del por qué no había entrado en aquella habitación tan famosa era porque estaba esperando a que el menor comenzara a perder la esperanza de su búsqueda, así no se negaría tanto a sus acciones.
Con un cigarrillo en la boca se detuvo frente a la puerta de la habitación, llenó sus pulmones de humo y lo devolvió por la nariz. Abrió la puerta de una sola vez provocando que la luz del día ingresara por la puerta inmediatamente, en las manos traía un plato pequeño con un emparedado y un vaso de agua para alimentar al menor. Dejó las cosas en la mesita de noche y acercó la silla hasta el mueble sin desatarlo, lo observó detenidamente ya que este estaba un poco demacrado y luego accedió a desatar sus manos.

—Te traje de comer.

Taehyung sólo se dedicaba a observarlo, no solía confiar mucho en él y menos si justo ahora estaba siendo amable. Seokjin insistió en que el menor comiera pero este se negaba rotundamente, Taehyung no tenía ningún pelo de tonto.

—No quiero —dijo el menor con seguridad, no le importaba si se enojaba —, Me puedes drogar.

Seokjin con una expresión bastante extraña miró al menor, parecía que no estaba molesto y era anormal que estuviera tan tranquilo —, Si quieres bebo el agua para que veas que no hay nada malo.

Lo único en contra que tenía Tae es que se creía todo lo que le decían, era demasiado vulnerable. Después de unos largos minutos de haber tratado de intimidar al mayor accedió a comer lo que le habían preparado. No comía como un desesperado pero sí se podía oír como su pobre estómago sonaba, se avergonzó y terminó de comer con lentitud.

LOVE IN TRAGEDY ✒ VJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora