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Buscando entre los cajones de su cómoda, algo desesperado Seokjin encontró lo que tanto buscaba. Su erección comenzaba a doler y necesitaba metersela al menor con fuerza, quería sentir lo estrecho que era, lo necesitaba tanto como para poder estar tranquilo.
Volvió a la habitación del menor con pasos grandes y sonrió al verlo desnudo, su cuerpo era demasiado bonito. Taehyung se estremeció al verlo llegar, en las manos traía nada más ni nada menos que un dildo. Se acercaba a él con lentitud, procuraba de no dejar de mirarlo, mantenían una mirada fija hasta que el menor desvió sus ojos para luego juntar sus piernas.
El pelirosa se acomodó entre las piernas de él separándolas poco a poco, era un poco complicado ya que Tae trataba de evitar al mayor.

—No juntes tus piernas —dijo separando estas con fuerza.

—Por favor, n-no lo hagas...

Negó con la cabeza algo sonriente, ahora lo tenía desnudo y no iba a detenerse por nada del mundo. Introdució el juguete sexual de una sola vez con fuerza, lo que causó mucho dolor en el menor soltando un grito que expresaba todo. Seokjin no dejaba de mover este en su interior que por cierto estaba muy estrecho, el cuerpo de Taehyung temblaba al sentir como este entraba y salía con lentitud.
Seokjin no dejaba de mirarlo, era totalmente un niño virginal desvirgado por Jung Hoseok. Inocente, con la apariencia de un ángel tímido y vulnerable ante cualquier identidad humana. Pero lo que en realidad sucedía era que ya había perdido la inocencia con el amor de su vida sabiendo que ya no sería tan puro y casto, como llegó desnudo al mundo sin conocimientos.

Por una parte Taehyung se sentía totalmente extraño, infeliz a pesar de la droga que había consumido por culpa de Jin. Sentía un ardor en su trasero, el dildo lo lastimaba demasiado. No podía dejar de repetir una y otra vez que se detuviera, sabía que Seokjin era indiferente a sus palabras cuando se proponía algo y lo ejercía. El pelinaranjo era una obra de arte desnudo, sus curvas eran las de un hombre joven y en su rostro se podía notar que era un chico apasionado pero se rehúsaba a tener relaciones sexuales con el mayor.
De un momento a otro Seokjin había dejado de mover tal objeto, el mayor comenzó a subir lentamente por el cuerpo sudoroso del menor. Taehyung lo miraba con una especie de odio y lujuria, las venas de su cuello estaban muy marcadas.
Seokjin se posicionó sentándose en el pecho de este y dió un pequeño golpe en su mejilla utilizando su grueso miembro.
El menor podía dejar ver sus labios entreabiertos de una manera frágil, nunca había vivido algo tan apasionado como lo estaba haciendo ahora.
Se negaba ante las acciones perversas que el mayor emitía, quería que este se la chupara hasta más no poder. Logrando poder meter su miembro en la boca de Taehyung, frunció un poco el ceño al sentir la calidez de su boca.

—Mueve tu cabeza.

Taehyung negó desesperado, sin querer se había atragantado y una arcada horrible se había hecho presente.
Seokjin lo tomo del cabello haciendo mover su cabeza por obligación. El pelinaranjo miró por una vez el rostro del mayor, se sonrojó de la vergüenza estremeciéndose.
Por otra parte, al pelirosa disfrutaba de la poca inocencia que quedaba en Tae.
Luego de unos minutos todo era un desastre de saliva, jadeos y unos cuantos gemidos; los cuales Taehyung emitía de vez en cuando al chupársela, eso hacía que la situación fuera erótica.
El de labios gruesos quitó su miembro de la boca del menor y comenzó a masturbarse frente a este, apuntaba con su glande al rostro bonito y sonrojado de V. Era una señal de que pronto se correría.

—Mírame a los ojos y mantén tu boca abierta —Ordenó con seriedad.

—Vete a la mierda, idiota.

Seokjin sonrió ante sus insultos repentinos, tomó la mandíbula del menor abriendo su boca y se brindó autoplacer con rapidez corriéndose en la boca de Taehyung.
Tae no pudo sentir nada más ni nada menos que repulsión, su boca fue cerrada y por obligación tuvo que tragar toda la esencia del pelirosa.

Se apartó del cuerpo frágil de Tae, había intentado seguir jugueteando con aquél juguete sexual para satisfacer a este. El pobre Taehyung no podía aguantar tanto, temblaba sin parar y desafortunadamente se corrió ensuciando algunas zonas.
Con maldad Seokjin sonrió, dejó al menor aún con las esposas. No pensaba en quitárselas.

Había logrado lo que quería, así era la manera en que vivía. Sólo le gustaba jugar y maltratar cuando quería pero...
¿Y Taehyung? Ahí estaba, tendido en la cama con las piernas separadas, la respiración agitada, sonrojado, avergonzado y entristecido por la situación.

No podía mirar los ojos marrones de Seokjin, no podía porque este lo acariciaba con los ojos. No, no podía aguantar.

LOVE IN TRAGEDY ✒ VJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora