Capitulo 16~ Sirena & Marinero.
¿Era tan difícil el No conseguir esa mala popularidad? - se preguntaba ___ mientras que colocaba ambas manos en el lavabo del baño de damas, recargándose totalmente en el, sin querer salir a la luz publica de nuevo... Mas o menos nunca. - ¿Porqué no puedo ser invisible? ¡Dios!
- ¿___? - Anne entró entonces al baño, buscando a su mejor amiga. Una vez que la vio, tan vencida y desanimada, suspiró. - Tienes que salir del baño.
- No. - replicó inmediatamente la castaña. - No saldré hasta que toquen el timbre de entrada a clases, y después me iré a casa.
- ¿Así de fácil? - Anne se cruzó de brazos, y refunfuño dos veces continuas. - ___ tried, te ves Patética.
- Me siento Patética.
- Eres, Patética.
___ levantó entonces la mirada, y dio media vuelta, recargándose en el lavabo del baño. Miró a su mejor amiga, la cual no tenía cara de buen humor, y miró hacia el suelo mientras hacía repetidos mohines llenos de coraje y chiflasón. ¿Porqué le tenía que ocurrir todo a ella? ¿Porqué se tuvo que involucrar con Justin Engreído Bieber?
- ¿Hablaste con Justin? - ___ negó con el cráneo.
- Cuando estuve a punto de hacerlo, le llamaron de oficina.
- Cuando hables con el, todo se mejorará. Te lo aseguro. - ___ miró a Anne pidiendo con todas las fuerzas de su ser que así fuera, y que de hecho, todo ese rumor fuera tan ligero como la pluma de un colibrí, y que sin problemas ni obstrucciones, se la llevara lejos, muy lejos el viento.
Mientras que la pequeña Tried lidiaba con sus problemas existenciales, el Joven Justin, el mismo Justin arrogante de siempre, sentía como si se le cayera la quijada. Y es que, si ésta ultima no formara parte de su estructura ósea, lo mas probable es que ya hubiera caído al suelo. No era para menos, al ver a aquel extraño y agrandado hombre otra vez, en la puerta de entrada a la oficina, mientras que la Directora de la Academia lo recibía con un cálido beso en la mejilla, casi como si fuera un honor. ¿Que tiene de Valioso Ian Ducasse que todo mundo le parece importar? Se preguntó Justin mientras que comenzaba a Hervir la sangre desde su esófago hasta su esternón.
Era Ian, el mismo arrogante con el que el y ___, junto el grupo de ocho niños, se toparon en el Museo. En resumen, Ian Era el dueño del museo.
- ¡Sr. Ducasse! - la directora habló muy felizmente mientras que salía de su oficina, mientras iba hacia la entrada a saludarlo. - Pase, lo estábamos esperando.
- Muchas gracias por la amabilidad. - Justin Bufó. Nadie de esta década dice "amabilidad" en una conversación común y corriente.
- El gusto que tenemos de tenerlo Aquí es grande, muchas gracias. - Ian asintió con una sonrisa, mientras que observó a Justin, erguido a la entrada de Dirección. Ian Sonrió; se había encontrado otra vez al inmaduro. Y muy posiblemente, se encontraría a ___.
- ¿Desea algo? ¿Un vaso con Agua? ¿Café?
- De hecho, me gustaría iniciar con la labor. - estiró sus brazos mientras acomodaba el dobladillo de su camisa blanca, mientras que, apresurada, la Directora giraba para buscar a Justin. Y lo encontró, con cara de pocos amigos, al fondo de la oficina.
- ¡Justin! ¡Ven ven! - dijo emocionada. Desganado, Justin caminó hacia la Vieja y Oxidada señora, mientras que Ian tan solo lo miraba con indice de burla. Era tan divertido ver su cara de frustración. - Justin, el es el Señor Ian Ducasse. - ambos, Justin e Ian se miraron fijamente, Justin con cara de "No me agradas", e Ian con una pequeña sonrisa de "No Me Importa." - El viene a la institución para ver si puede encontrar talentos en muto. - sonrió y miró a Ian. - ¿Le podrías dar un recorrido por la Academia? - Justin levantó la mirada, viendo a su maestra. - Eres quizás la mejor ficha que tenemos, me encantaría que tu le dieras el recorrido. - Justin Carraspeó su garganta, mientras que no sabía si sentirse halagado por haber sido considerado "la mejor ficha", o enojado porque sería el jefe de tour de un arrogante hombre.