El color abandonó las mejillas de ____ al instante en que Ian la miró como si hubiera recibido la noticia de una muerte; Justin sonrió de un modo victorioso, por fin le había podido quitar a Ducasse la sonrisa petulante de soy-rico-y-soy-el-mejor de la cara, y ahora el rubio tenía una de soy-novio-de-la-chica-que-te-trae-de-cabeza.
"Novios", esa palabra sonó muy fuerte en boca de Justin; ___ jamás había pensado en él como alguien de nombres y etiquetas, ni siquiera pensaba que Justin fuera alguien quien solía compartir afecto de un modo romántico. Ese pensamiento la dejó al hilo, mientras que una pequeña voz al fondo de su cabeza se preguntaba, ¿Habrá tenido Justin novias antes? ¿Cuántas? Por su físico - buen físico - ella no dudaba, sin embargo en alguien tan cruel y tan narcisista, las apuestas podrían ser grandes. Bueno, podía ser simplemente que otra chica como ella había quedado encantada en los Efectos Bieber, - como ya habían muchas, más exactamente un 70% de la población estudiantil femenina, restando a las chicas con pareja y las de diferente orientación sexual - y por alguna razón, él se quedó hechizado también. La única novia que le había conocido a Justin era Laine, y esa era una relación tan extraña que ni siquiera sentía como si ameritaban la etiqueta.
- No sabía que la gente cambia tan rápido de parecer. - masculló Ian, al grado en que casi parecía como si quisiera escupir sus palabras. — las sorpresas que te trae la vida, ¿No? — ___ tragó gordo, sintiendo como Justin la jalaba mientras ponía su mano en la cintura de la chica, dejándome muy en claro a Ian que él no jugaba con sus apuestas.
— La vida da tales sorpresas. - sonrió Justin de manera victoriosa.
La tensión en el ambiente era evidente; Los ojos obscuros de ___ miraban a los ojos azules de Ian, mientras que éste último fulminaba ese par de ojos color caramelo. Niño idiota, pensó Ian. ¡¿Por qué alguien como ella desearía estar con alguien como él?! El amor es ciego, refunfuño dentro de su mente. El amor es ciego, sordo y mudo, sin lugar a dudas. — Felicidades. - dijo Ian a regaña dientes. Por alguna razón fuera de la comprensión de ___, ella se sonrojó sintiendo sus mejillas arder, y prefirió alejar la vista de ese par de ojos claros que mantenían su vista con un revolver directo a Justin. - Yo tengo que irme, hablamos luego ___. - Esbozó Ian con recelo, mirando en todo momento al rubio. ¡¿Por qué todo esto era tan incómodo?! Se preguntó ___ mientras cerraba sus ojos con fuerza, deseando con todas las ganas del mundo desaparecer.
Ian caminó al lado de la nueva pareja, y con el temblé hecho añicos salió del salón, dejándolos solos.
...
— ¡Esto es demasiado! - gritó Anna sosteniendo los libros de historia musical debajo de su brazo. - ¡Tú y Justin Bieber! ¡¿Quién lo diría?! - ___ miró apresurada sobre su brazo, queriéndose morir de vergüenza al descubrir a dos chicos mirando hacia ellas al momento en que la animada chica gritaba ambos nombres a los cuatro vientos. ___ la miró con ojos asesinos, alzando su ceja, y queriendo taparle la boca.
— ¡No lo grites! - siseó. - ¡todos se enterarían!
— ¿Que tiene que lo hagan? - Anna alzó los hombros, sin comprender la posición de su mejor amiga, intentando leer sus pensamientos. Pero su frente fruncida, sus ojos brillantes y apenados y su rubor en los pómulos bien marcados de la castaña lo decían todo: - ¿No quieres que nadie sepa? ¿Quieres que sea un secreto?
— No, tal vez no tanto como un secreto. - ___ se avergonzó, pero es que tenía sus razones. - Simplemente que, ¡Imagínate como será! Siempre habían sido especulaciones sobre Justin y yo, chismes y cosas estúpidas que no eran verdad, y aun así todos se volvían frenéticos con la idea. - Suspiró, recuperando el hilo de sus pensamientos. - ¿Te imaginas como será si llegan a ver que es verdad? - sus ojos se abrieron más de la cuenta, y Anna hizo una mueca con el borde derecho de sus labios.