Capítulo 27

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- Todo esto es tú culpa. - Masculló con Enojo ____ mientras que Anna le levantaba la blusa desde la espalda, para ver el santo Chupón que había hecho Justin en la clara piel de la castaña. - Si no lo hubieras dejado Pasar, nada de esto hubiera sucedido. 

- ¡¿Cómo iba a saber yo que haría esto?! - dijo exasperada la chica, mientras que ____ miraba por el espejo que tenía enfrente el rostro de su mejor amiga. 

El chupón quizás no era Grande, pero si estaba de un colorido y llamativo rosado que resaltaba de su piel blanca. ¡¿Como se suponía que Saldría con el traje de baño así?! ____ se sintió impotente: No podía dejar que nadie la viera con el Chupón, pero tampoco quería darle a Justin el placer de ver que otra vez había conseguido lo que quería. Como últimamente sucedía con mucha frecuencia. 

- ____, quizás me mates por esto... - masculló Anna volviendo a Bajar la blusa por la espalda de su amiga. - Pero vamos, es solo un chupón. No pasa nada si te lo ven, y te apuesto más de la mitad de chicas que usaran bikini hoy tienen mas de uno. 

- ¡¿Estás Loca?! - preguntó ___ dándose la media vuelta con sus ojos a punto de salirse de su lugar. Si, definitivamente tanto sol le estaba dañando ya el sentido común. - ¡No saldré a ningún lugar así! ¡No! 

- ¡Tranquila! - le indicó Anna tomándola de los hombros. Inspiró profundamente, y echó la cabeza hacia el techo, esperando a ver si de puro milagro de la vida una idea llegaba a su cabeza.

Y casi como Puro milagro de la vida, una idea llegó a su mente. 

- ¿Maquillaje? - preguntó Anna alzando la ceja. 

- ¿No se borrará con el Agua? - Cuestionó ____, nerviosa. 

- Depende de 'qué' maquillaje utilices, querida. - La perspicaz voz de Anna le transmitió a ____ cierto deje de tranquilidad. Anna usaba ese tono de voz en cosas que sabía, le saldrían bien, así que a partir de allí podría confiarle su chupón a Ciegas. 

Anna saltó sobre su maleta, sacando un pequeño - pero eficaz - Bolso de Maquillaje. Sacó un delineador, un Rímel, Un pinta labios, hasta que por fin encontró aquel botecito negro que tanto le había salvado el pellejo, y que al mismo tiempo le había conseguido más ligue: Un tatuaje instantáneo Quita-Pon.

Aquel Frasco Negro fue creado por la abuela de Anna; era una medicina en crema, sin embargo la chica lo utilizaba para mucho más que solo "Salud". Había descubierto que esa crema de untar funcionaba bien con las Heridas, o Marcas. Para empezar hacía que las cortadas se cerraran más rápido, y que las costras se cayeran en un abrir y cerrar de ojos. Pero un día, descubrió el poder de aquella sustancia negra: siendo de un color tan intenso, tenía sus propias fallas. No se borraba con facilidad, y la piel la succionaba -esto también por efecto de la medicina- entonces, Anna aprovechaba para dibujar en su piel. Eso le había servido en varias ocasiones; parecía a simple vista un tatuaje común y corriente, sin nada extraño, y sin la sospecha de que en realidad fuera una crema rocosa que se adhería a la piel. Descubrió hacía varios años atrás, que a los chicos guapos les atraen las chicas con pequeños y coquetos tatuajes en el Hombro. 

- ¿Confías en mi? - preguntó Anna mientras verificaba solamente que quedara de esa masa negra. ____ tragó gordo. 

- Ahora es confiar en ti, o tener que usar un anticuado traje de baño que solo generaría burlas.... - Y haría a Justin salir con su cometido. Eso lo agregó ____ en su cabeza. 

- Quítate la blusa. - dijo Anna sosteniendo el botecito con una mano, y metiendo el dedo en la mezcla extraña de su abuela.

Insegura, ____ se sacó la blusa terminando solamente en traje de Baño, al menos la parte de arriba. 

¿Quién entiende a los hombres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora