Octubre.
Una ráfaga de gélida brisa sopló con fuerza en el bosque. Animales iban y venían, desesperados de encontrar pronto un refugio. Los árboles perdían inevitablemente sus hojas y la tierra, las ramitas e incluso los insectos se veían afectados e impulsados fuera del camino por la feróz corriente.
El cielo fue repentinamente iluminado por resplandores temporales que nacían de entre los grisáceos nubarrones, logrando que el gutural sonido de los relámpagos llenara enteramente cada mínimo espacio del bosque. La lluvia, que había emergido de pronto, como las erupciones volcánicas; con auge, haciendo estragos y provocando un terrible abigarramiento; envió su furia y empapó cada rincón en su totalidad. Todo se volvía oscuro, tenebroso y Luna estaba al borde del colapso.
No había podido encontrar a Lobo.
Un rayo impactó a mitad del húmedo sendero, indugendo una aureola rosada, un estrepitoso sonido y un chillido de Luna, quien estaba a centímetros de la electricidad natural. Sintió desfallecerse cuando imaginó al pequeño Lobo en la misma situación, aterrado y perdido en cualquier lugar y sin contar con su compañía. Si bien recordaba, el primer encuentro que tuvieron, ella misma le había hallado en condiciones similares, por lo que también estaba en la plena conciencia del pánico que sentía Él cuando los días de agua lo ahogaban de penurias en su totalidad.
Tenía que salvarlo otra vez.
ㅡCariño, no estés asustado por favor, ya iré por ti. ㅡse dijo así misma entre murmuros, en un inútil intento por calmarse.
Luna corría sin dirección, desesperada, sintiendo el corazón golpeteando con violencia casi en su garganta, alternando la mirada entre todo lo que veía y percibiendo el molesto escozor de la tristeza ardiendo en el bordillo de los ojos. No sabía en qué momento la tormenta se había intensificado, pero había dejado el lugar sumido en una escalofriante penumbra.
Las vehementes gotas del cielo caían como el agua de una cascada, provocando que el paisaje se mirara borroso y distorsionado. Eso, sumado a que el firmamento empezaba a pintarse de un azul terriblemente oscuro logrando dificultar aún más su visión.
Detuvo su andar abruptamente apoyando las manos en sus piernas con la respiración agitada. Se percató de que no había ni un alma alrededor. Un mal presentimiento emergió dentro de sí; cerró los ojos con fuerza y soltó un quejido cuando sintió su pecho punzar.
¿Qué estaba sucediendo?
Llevó una de sus pequeñas manos hasta su corazón e inhaló con fuerza. Dolía. Se enderezó con dificultad y mordió su labio inferior tratando de desviar la atención de aquella sensación de estar siendo atacada por centenares de flechas allí mismo. Se tambaleó un poco, estaba mareándose. Se sentía perdida y sola, todo se movía a su alrededor. Trató de apoyarse de una enorme roca, pero sólo consiguió que su mano resbalara debido a la superficie viscosa. No fue capaz de soportar su propio peso y cayó al suelo mojado, tosiendo un par de veces sintiéndose cada vez más enferma.
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Wolf Always, Always Moon.
Romance¿Cuánto dolor eres capaz de soportar sólo por la persona de la que te enamoraste? Historia 100% original. Prohíbida su copia y/o adaptación.