Segunda Noche

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Ya las 7:00 p.m.
Viendo el vacío, sintiéndome vacío.

Recuerdo a mi madre, mi mente se torna oscura, no puedo pensar bien...

- "¡Jajajaja!, ¡Imbécil!, ¡Arrepiéntete!"

Mordí mi labio hasta sangrar.
Estaba muriendo de molestia, me acosté en la cama pecho abajo, me puse una almohada en la cara y grité y grité.

- ¡BAAAAAAAAHH!, ¡PÚDRANSE TODOS!

Un guardia se acercó y abrió de manera bestial.

- ¡Cállate, maldito estúpido!

Sacó el mismo suero de la noche anterior.
Eran las 10:00 p.m.
"Debe tener sueño" Pensé.
Antes de que me lograra acorralar, corrí hacia el baño, saqué una lata de la maleta y volví.

- ¿Qué piensas hacer con eso?
- Jajajaja, veamos quién será el desmayado ahora.

Me puso la mano encima.

- Te arrepentirás de haber hecho eso. - Dije, con una sonrisa.

Las 10:10 p.m.
Le escupí en la cara, con la lata, le rompí la nariz y el labio al guarda.
Sangraba y sangraba, golpe tras golpe, se intentaba cubrir.
Soltó la jeringa. La tomé y le partí el suero en el cuello.
Se desmayó y lo tiré a la primera planta, cerré la puerta, y me acosté de nuevo.
Mi sábana se manchó un poco de sangre, el rostro del osito estaba rojo.

Me recosté y sonreí.

"Mira, mamá, ¿No te enorgullece tener un hijo como yo?"
Di una risilla nerviosa.

Miraba el vacío. Deseaba ser vacío también.
Luego, vi algo, alguien, que se asomó en el baño.

- Sal de ahí. No puedes asustarme tan fácilmente.

Era verdad, ya son las 11:00 p.m.
Me levanté de la cama y abrí la lata de sopa. Bebía poco a poco mientras caminaba lentamente hacia el baño.

Paso tras paso, un nuevo comienzo, una nueva oportunidad. Nada pasó, fue una mentira.
Abrí y había nada.
Literalmente nada.

- Vaya, qué felicidad. Debí haberlo esperado, jajajajaja. - Dije, seriamente.

Caminé de regreso y acabé la lata entera. La tiré al lado de la cama.

Vi el espejo. Reflejaba algo extraño.

Lo que fui ya no lo era, algo cambió. Yo no acostumbraba verme al espejo, pero me quedé viendo...
Cada segundo que pasaba viéndome, veía a alguien que no era yo...
Como si hubiesen robado mi mirada, mi corazón, mi alma...
Las puntadas parecían abrirse poco a poco, una especie de oscuridad llenó mis ojos... Mis puntadas se volvieron enormes... lloraba, lloraba, pero no eran lágrimas, era un líquido espeso y colorado, como un verde pistache.

Mi piel se volvía fría, mi respiración cada vez más fuerte y difícil, mis ojos lloraban, pero no sentía nada, mis poros se hacían grandes, la oscuridad se volvió más vacía, la pared detrás de mi se parecía moverse, las cosas dejaban su forma, nada tenía sentido.

Vi mi reflejo levantarse conmigo y, ambos tocamos el espejo...
Sentí una contaminación monstruosa, él se reía de mi... A pesar de éramos los mismos.

- dEja QuE EntRe a tU mEntE.

Sentí que me desvanecía, mi cuerpo me falló. No podía moverme.

- HarEmoS sUfRiR a EsOs IdiOtaS.

Sentí una explosión en mis oídos y me desplomé en el suelo.

Ésta vez no vi oscuridad.
Mi mente simplemente dejó de funcionar.

INSOMNIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora