—¡Petra, ¿vienes?!
El instituto era un fastidio para muchos, pero para Petra era casi una bendición. Sin contar a los fastidiosos profesores y a las alumnas inaguantables que no dejaban de presumir sus lindas pieles, podría decirse que Petra Ral de ahora 16 años, era como una segunda casa.
—Voy —dijo tomando su maletín para seguir a Mikasa Ackerman, una compañera suya del octavo grado.
—¡Un minuto! —Exclamó la profesora de Historia, Annie Leonhardt—. Ral, ven aquí. Señorita Ackerman, por favor vaya a su siguiente clase y dígale a su profesor que retendré un poco a la Señorita Ral.
Mikasa viendo a la profesora y luego a Petra asintió y se marchó con cautela.
—Siéntese por favor.
Dando un suspiro, Petra lo hizo.
—Señorita Ral, cuando iniciamos el ciclo escolar yo recuerdo que usted era mucho más aplicada. Sus notas actuales han ido decayendo y sus asistencias son cada vez más escasas —dijo preocupada—, si sigue así terminará reprobando el año.
—No es porque quiera...
—Trabaja, sí. Eso lo entiendo, pero... ¿por qué...?
—Trabajo, profesora. No tengo nada más que explicar —interrumpió Petra—, si mis notas son el problema entonces las mejoraré. No quisiera ser grosera con usted, pero debo irme o tendré malas notas en otra clase también.
La profesora Leonhardt se acomodó los lentes.
—Bien, puede irse.
—Gracias, que tenga un buen día —dijo al salir.
Petra estimaba a esa profesora, y quizás por eso mismo se había confiado de sus notas perfectas y había puesto más interés en unas clases que en otras.
Caminó sola por el pasillo, sus zapatos de tacón bajo color negro resonaban ante cada paso que daba. Su larga falda (la cual tapaba sus rodillas) ondeaba al moverse y su suéter azul marino bajo el suéter original del instituto comenzaba a acalorarla, pero no se lo quitó.
Iba a llegar a su próxima clase cuando se encontró con un grupo de chicos con fachas de maleantes. Los típicos buscapleitos que no podían vivir sin desear saberse importantes en el instituto. Petra intentó pasar de ellos cuando éstos la vieron.
—¡Hey, Ral! ¡Ven acá!
Lo peor de todo parecía ser que la conocían, ¿y cómo no? Si uno de ellos era su vecino (sólo los separaba la calle) y la mayor parte del tiempo se encontraban ahí para fumar y beber con música ruidosa a alto volumen.
—¿No deberían ir a sus clases? —Preguntó cruzándose de brazos.
—Por supuesto que no, es una estupidez —dijo su vecino—, ya sabes, todo ese rollo de la escuela es para gente sin vida y sin deseos por divertirse. Quieren ser abogados o vendedores de enciclopedias —se burló siendo acompañado de varias risas.
Petra vio lo que sin duda eran cigarros y no de los que se vendían legalmente en los comercios comunes.
—Pues sean felices con sus vidas llenas de diversión, yo iré a clases.
—¿Por qué hacerlo? —Preguntó otro de ellos tomándola del hombro—. Quédate aquí un rato, verás que no es tan malo, además ¿qué clase sigue? A nadie le importa.
—A mí sí —dijo Petra quitándose la mano de encima con incomodidad bien oculta tras su severidad.
—Antes de que te vayas, ¿no quieres un poco? —El vecino le extendió el cigarro que Petra había visto en el suelo.
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sᴜᴇɴ̃ᴏs ǫᴜᴇʙʀᴀᴅᴏs | 🔞 |【 Rivetra Week 2017 | Ⅳ 】
Misterio / Suspenso『Levi x Petra』Sentía que quería reír, pero no porque encontrase algo de esto gracioso, sino porque adentro de su pecho algo bestial le gritó que cuando tuviese la oportunidad, abrasase a Petra Ral lo más fuerte que pudiese y se asegurase de que nadi...