Capitulo 12.

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a Marvel y Disney © No tengo fines de lucro.

EN EL CAPITULO ANTERIOR:

... En verdad pasaba muy buenos momentos con Sharon, todo era sencillo con ella, podía platicarle mis cosas, era tan comprensiva. Como quisiera que hablar con Natasha fuera siquiera la mitad de fácil que lo es hablar con ella. Todo sería mejor. Nos quedamos hasta entradas las doce en el restaurante, charlando de cosas más banales, riendo una que otra vez. No quedábamos muchas personas ahí, un camarero fue hasta nuestra mesa a avisarnos que pronto cerrarían por lo que pedimos la cuenta. Como Sharon ya estaba al tanto de que no podía acercarme a mi casa, a petición de mi esposa, me ofreció el sofá que había en su habitación. No le vi nada de malo y acepté, subimos inmediatamente. Nadie sabía que estaba aquí, así que no me traería más problemas con Nat. O eso era lo que pensaba.


*****

Era un día nublado, pero aun así las cosas en la ciudad eran igual que cualquier otro. Nada había cambiado, todo seguía el mismo ritmo apresurado que siempre. Cierta pelirroja se negaba a salir de su cama, no se encontraba con ánimos de ir al trabajo. Tenía una jaqueca horrenda, que no le permitía siquiera levantarse de su cama, tomo su teléfono y llamó a su asistente, Wanda, para decirle que no se presentaría el día de hoy. Su asistente, aunque con muchas ganas de preguntarle si algo malo sucedía, no lo hizo. Aún tenía muy presente la forma déspota en la que Natasha la había tratado un día antes, y aunque la castaña quisiera como a una hermana a la ojiverde, en estos momentos su orgullo le ganaba. Las cosas en la empresa ese día transcurrieron tranquilamente, no hubo ninguna complicación, ni ninguna junta que no pudiera posponerse para el día siguiente. En su casa, Natasha no se levantó ni a desayunar, sus ánimos se encontraban por los suelos, no quería hablar con nadie, sentía la necesidad de hablar con alguien, pero ¿con quién? Si a todas las personas que se preocupaban por ella, las apartó de una manera u otra de su vida. De sus ojos no salía ya, ni una lagrima más. Pero su mirada se veía irritada y cansada, sus pensamientos daban una y mil vueltas ¿Qué se suponía que tenía que hacer ahora?

Desde pequeña había pasado por miles de situaciones surrealistas para ella, cuando más pensaba que no le podría ir peor, le sucedían cosas inimaginables. Todo eso fue hasta que lo conoció, Steve Rogers, había llegado a su vida para cambiarla por completo y darle un giro de 180 grados. Como pudo se paró de la cama y se dirigió a la pequeña librera que estaba dentro de su recamará, dentro de un cajón guardaba miles de fotos de todos los momentos felices que hubiese tenido, y uno que otro video. Se dispuso a colocar el video de su boda en la videocasetera y le dio 'play'. Parecían tan felices, sonriendo, besándose y abrazándose a cada oportunidad que tenían, fue una boda pequeña, con pocos invitados pero los necesarios para disfrutar y compartir su felicidad con ellos, pudo notar que en el video aparecían los padres de él, Joseph y Sarah, como amaba a sus suegros, han sido para ella sus segundos padres. Desde el primer instante la aceptaron con los brazos abiertos, estuvieron felices de conocerla y saber que era la novia de su Stevie, y cuando se enteraron que habían decidido dar un paso más en su relación, les dieron su bendición inmediatamente. Los extrañaba, tenía ya tiempo sin verlos, desde que éstos se habían mudado a Londres. Por parte de su familia solo asistió Ivan Petrovitch, su padre adoptivo, Natasha nunca lo considero realmente un padre, siempre tuvieron problemas para entenderse, pues sus caracteres chocaban y no lograban llevarse del todo bien, pero siempre le agradeció que se hiciera cargo de ella, desde el accidente de sus padres. Lamentablemente Ivan había fallecido ya hacía unos dos años atrás, recuerdo que hizo que Nat quisiera llorar.

CUANDO TODO LO VES PERDIDO (AU ROMANOGERS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora