Capitulo 1.

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a Marvel y Disney © No tengo fines de lucro.

Natasha Pov

Marzo, 2014.

Tengo que admitir que no nos encontrábamos en un momento fácil en nuestras vidas, cada día teníamos más pendientes de nuestros trabajos, llegábamos tarde por ello o incluso había veces que alguno de los dos no llegaba a casa a dormir. Nunca dude de él, nunca pensé que estuviera haciendo algo más que no fuera parte de su trabajo, pero supongo que después de 6 años de matrimonio con los compromisos que ambos teníamos que cumplir se fue volviendo rutinario, no recuerdo cuando fue la última vez que salimos a cenar, o ir al cine, ya no teníamos tiempo para ello. Los primeros dos años de nuestra matrimonio fueron estupendos, siempre estábamos pendientes uno del otro, nos preguntábamos a diario como fue nuestro día, y teníamos planes maravillosos.

Queríamos formar una gran familia y desde hace un año estábamos intentando quedar embarazados. Las cosas al principio no me preocupaban del todo pensaba que podría ser por estrés o mala coordinación con mis días fértiles. Pero cada vez que me daba cuenta que nuevamente no había quedado embarazada, algo dentro de mí dolía, me decepcionaba que no pudiera darle un hijo al hombre que amo. Así que decidí ir con mi ginecólogo, algo tenía que estar mal para que no estuviera dando resultados la tarea que nos habíamos propuesto desde hace año y medio. 

Steve nunca me presiono para que yo hiciera más por quedar embarazada pronto, al contrario me decía que no me preocupará, que lo seguiríamos intentando hasta que resultara, solo que ambos teníamos que estar en calma y tranquilos. No mentiré, durante un año y medio lo intentábamos casi cada 5 o 6 días a la semana, pero no daba resultados. Una vez que fui a checarme mi corazón se hizo pedazos, mi doctor me dijo que era casi imposible que alguna vez pudiera quedar embarazada, pues no era lo suficientemente fértil. Dijo que no era definitivo, había probabilidades, muy bajas, pero las había, también menciono algunos tratamientos que podrían ayudarme, más sin embargo no tenía idea de qué hacer, sabía que debía decirle a Steve lo que el doctor descubrió, pero sinceramente estaba aterrada de la que pudiera ser su reacción, siempre supe que él quería formar una gran familia, y el saber que probablemente yo no podré dársela nunca, me destrozaba.

Miles de pensamientos llegaron a mi cabeza, todas y cada una de las cientos de reacciones que pensaba podría tener Steve ante la noticia, desde las más comprensibles y empáticas hasta las más crueles y horrendas. Tenía miedo de su reacción, ¿qué tal si dejaba de amarme?, ¿y si me pedía que nos separáramos? Realmente eso me dolería demasiado, pues no concibo una vida lejos de él. Lo amo, lo he amado desde hace mucho tiempo y dudo que algún día deje de hacerlo.

Ese día después de ver a mi ginecólogo llegue a casa con los ánimos por los suelos, estaba triste, decepcionada de mí, y sabía que si no cambiaba mi expresión en esos momentos, Steve se daría cuenta de que algo no andaba bien y no dejaría de preguntar hasta que le respondiera que es lo que me está sucediendo, y aun no estaba preparada para darle esa fea noticia.

Decidí tomar un baño en la tina, estuve ahí lo que pareció demasiado tiempo, Steve llegaría a casa alrededor de las 8:30 del trabajo, por lo que decidí salir de la tina e ir a preparar la cena. Le preparé a mi querido esposo una deliciosa lasagna, acompañada por una ensalada y una botella de vino blanco ya estaba helándose en la nevera. Eran las ocho por lo que subí a la habitación a cambiarme, aún estaba con la bata de baño, realmente cómoda, pero no quería que él me viera así, no hoy. Saque un bello vestido negro del armario, era ajustado, me llegaba justo arriba de la rodilla, era de corte corazón, me maquille ligeramente y puse labial rojo en mis labios, seque un poco mi cabello para que mis ondas naturales lucieran, y por ultimo me puse unas zapatillas considerablemente altas negras. Era extraño que estuviera haciendo todo eso si se suponía que no me sentía del todo animada, pero Rogers no lo sabía, y cenas así eran poco comunes entre nosotros, pero me gustaba hacer eso con él, aparte era una manera más para no dejar que nuestra relación se volviera rutinaria, de igual manera así nos poníamos al día y disfrutábamos de nuestra compañía.

CUANDO TODO LO VES PERDIDO (AU ROMANOGERS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora