Capítulo 5.

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a Marvel y Disney © No tengo fines de lucro.  

Clasificación: R18+
Narrador.

Natasha empezó a moverse en la cama, con la intención de despertarse, cuando se dio cuenta de que un brazo estaba alrededor de su cintura impidiéndole que se levantará. Con algo de esfuerzo y cuidado, giro sobre si para quedar frente a su esposo, que era quien la abrazaba. La noche anterior había estado tan cansada que se quedó dormida antes de que éste llegara. Disfruto el hecho de que la estuviera abrazando, pues hace tiempo que no lo hacía, que se permitió quedarse un rato más acostada junto a él. Al fin y al cabo ese día había decidido que entraría tarde.

Un rato más tarde, se percató que Steve se movía, quitando el brazo con el que la rodeaba, y empezó a estirarse.

– Buenos días, amor – le dijo Natasha, ahora abrazándolo ella a él.

– Buenos días, Nat. ¿Cómo amaneciste? – respondio de manera seria, mientras se frotaba los ojos con las palmas de sus manos.

– Feliz, dormí muy bien anoche, y creo que tú también ¿no es así? – Dijo mientras sonreía y besaba la mejilla de su esposo, si había notado el tono de voz de Steve, pero no quería darle mucha importancia, al ver que éste no le contestaba, se dispuso a darle una explicación por lo de ayer – Cariño, quiero pedirte una disculpa por no llegar ayer, trataron de hackear los sistemas de la empresa y no pude hacer otra cosa que, quedarme a resolverlo, y me llevo más tiempo del que pensé – relataba mientras su mano subía y bajaba por el torso de él, a modo de caricia.

– No te preocupes, Nat. Solo que a la próxima procura avisarme o siquiera a contestar mis llamadas – dijo al momento que tomaba la mano de ella, su intención era apartarla, pero entonces recordó la manera en la que la encontró y todo el tiempo que él estuvo fuera con alguien más, y se apresuró a besarla. Él la tomo por la cintura pegándola más a él, Natasha envolvió su pierna en su cadera y subió sus brazos a su cuello, Steve se movió a modo de que quedo arriba de Natasha, el beso se volvió apasionado, estaban en un punto que se quedarían sin respiración. Steve se apartó de su boca y siguió besando su clavícula, después su cuello hasta que llegó a sus pechos, subió la camisa que usaba ella como pijama para tener un mejor acceso a ella.

Natasha realmente estaba disfrutando eso, toda la noche no hizo otra cosa más que pensar que Steve estaría furioso con ella, que no iba a querer escucharla pero no fue así. Él estaba muy atento con ella esta mañana y eso a ella le fascinaba.

Los pensamientos de Steve por otro lado, eran muy distintos, no quería tener sexo con Natasha, seguía molesto por que lo dejo plantado, pero se sentía culpable por haber tenido una magnifica noche con su ex, platicando y recordando los viejos tiempos, sin siquiera haberla mencionado a ella. Por este hecho es por lo que estaba dispuesto a complacer a Natasha. Siguió besando y lamiendo sus pechos, mordisqueándolos de vez en cuando, ella estaba más que excitada ya a este punto, gemía y se retorcía debajo de él, ya no podía seguir más con los juegos y se aligeró quitándose por completo su camisa y a Steve la de él. Bajo sus manos por la ancha espalda de su esposo, arañándolo y mordiendo su oreja. Coloco su mano sobre el gran bulto que tenía Steve entre sus pantalones, y lo acaricio con un poco de fuerza, haciendo que ambos gimieran, Nat hizo maniobras hasta que logro que ambos quedaran completamente desnudos, y Steve que en un principio no quería nada de esto, ahora lo disfrutaba, como hace tiempo no lo hacía. Bajo su mano por el vientre de Natasha, hasta llegar a su entrada, estuvo extasiado cuando noto lo mojada que su mujer estaba, esto hizo que su miembro se pusiera aún más duro de lo que ya estaba, adentro dos de sus dedos en el interior de Natasha haciéndola retorcerse y gritar del placer que le hacía sentir, empezó a sacar y meter sus dedos rápidamente dentro de ella, logrando que gritara cada vez más, en el momento que sintió que Nat tendría un orgasmo, dejo de hacerlo, no le permitiría tenerlo, no aun, quería correrse junto a ella. Lo deseaba. Un quejido de frustración salió de la garganta de su esposa, haciéndolo sonreír con malicia.

CUANDO TODO LO VES PERDIDO (AU ROMANOGERS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora