Dicen que cambiarse de instituto es algo complicado, que cambiar de amigos no es bueno para un adolescente. A mí, sin embargo, me encanta. Me parece gracioso observar cómo la gente aparenta una cosa y cuando los llegas a conocer son totalmente diferentes. También hay gente que aparenta exactamente lo que es, yo soy de esas. Me llamo Emma, tengo dieciséis años y me he mudado cuatro veces en estos seis últimos años. Según mis padres, esta vez es la definitiva. Estamos a finales de verano, y tengo ganas de empezar el curso en este instituto nuevo. Esta vez nos hemos mudado a un pueblo muy pequeño, donde todos se conocen y no puedes hacer nada sin que se entere alguien. Va a ser divertido.
Aún hay un montón de cosas que desempaquetar, pero me apetece salir y dar una vuelta por el pueblo, conocer gente de por aquí. Bajo las escaleras y salgo de casa. La noche empieza a caer, así que ya no hace el calor abrasador típico de agosto. En mi calle todas las casas tienen jardines con el césped muy bien cuidado, la carretera parece estar recién asfaltada y todo tiene un aura de perfección.
Me pongo a andar calle abajo, hasta que doy con una avenida. No hay muchas tiendas, pero sí hay una especie de placita donde hay una fuente y algunos bancos. Conforme me acerco puedo distinguir un grupo de cuatro chicas riéndose en un banco, parecen de mi edad así que decido acercarme a saludar.
-Hola, me llamo Emma. Soy nueva en el pueblo, me acabo de mudar. - Se quedan mirándome unos segundos sin decir nada, y luego una de ellas empieza a hablar.-
-Yo soy Jennifer, pero me puedes llamar Jenn o Jenni. Estas son Vanessa, Natalia y Paula, y somos todas del mismo curso. Ahora mismo nos estábamos preguntando quién vendría nuevo este año, parece que te ha tocado.- Me dedica una media sonrisa prepotente, se nota que es la que dirige el grupo. No es muy alta, es más o menos de mi misma altura. Tiene la piel bronceada y los ojos muy grandes y oscuros, casi negros. Su pelo negro medio ondulado le llega por debajo del pecho, y sus labios se curvan en una media sonrisa.- Vas a cuarto, ¿verdad?
- Sí.
-Me encantan tus pendientes, ¿de dónde los has sacado? – Una de las chicas que están sentadas me dedica una sonrisa, y luego deposita la mirada en el par de perforaciones que tengo en la oreja. Lleva el pelo castaño liso por la altura de los hombros, tiene la cara redonda y los ojos pequeños. Es la chica que Jennifer ha señalado como Vanessa. – Aquí nos tenemos que ir hasta la ciudad para comprar algo decente, así que no tenemos muchas oportunidades.
- Ah... estos creo que los compré por internet. También vivía en un pueblo pequeño antes, así que la mayoría de cosas las compraba por internet. ¿No hay transporte público o algo para ir a la ciudad?
-Sí, hay un autobús que pasa cada hora y te lleva al pueblo vecino, donde tienes que coger un tren para llegar a la ciudad. – Vuelve a hablar Jennifer. - De todas maneras la ciudad tampoco es gran cosa. Aquí sabemos cómo divertirnos – Me dedica otra vez esa sonrisa prepotente.
Se hace lentamente de noche y las farolas que hay en las aceras se iluminan perezosamente. Me doy cuenta de que tengo que volver a casa, y me despido.
-Nos vemos en clase... ¿Emma? - Me pregunta una de las chicas, cuyo nombre no recuerdo.
-Sí, supongo que nos vemos en clase.
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The way I feel about her. (Parte 1)
Teen FictionEmma, una adolescente de 16 años, se acaba de mudar a un pequeño pueblo lejos de la ciudad, donde va a conocer a Jennifer. Pronto se hacen muy amigas, pero lo que Emma no esperaba es que va a empezar a sentir una serie de sensaciones que nunca ha ex...