Después de lo sucedido en el instituto, Jennifer y yo hemos quedado para estudiar en su casa. Sus padres no están, y probablemente acabemos viendo alguna película mala en vez de estudiar.
Me arreglo en seguida, y llego a casa de Jennifer diez minutos más pronto de la hora acordada. Cuando llego a su portal puedo oír la música desde fuera, que se vuelve aún más alta cuando entro a su casa.
Hay una botella de vodka en la mesa de la cocina, y al lado hay un recipiente lleno de ositos de gominola, aparentemente hinchados de alcohol. Jenn me saluda con un beso en la mejilla.
-¿Y todo esto? – Digo, señalando la botella de vodka y los dulces. ¿Es que esta chica no va a dejar de sorprenderme nunca? Sabía que no íbamos a estudiar del todo, pero esto... – Pensaba que íbamos a estudiar.
-Estudiar está sobrevalorado – Se muerde el labio inferior y sonríe, esperando mi aprobación. Yo me quedo unos instantes mirando cómo se muerde el labio, y después le devuelvo la sonrisa.
- Me encantan las gominolas con vodka – Le devuelvo la sonrisa, y me dirijo a la cocina a coger unas pocas. Evidentemente saben más a vodka que a dulces, pero están buenas. Nos sentamos en el sofá, con el recipiente de ositos en medio, y nos ponemos a hablar de todo y nada a la vez.
Después de acabarnos el bol de ositos entre las dos, vamos un poco mareadas. Jenn saca unos vasos de chupito y trae la botella de vodka. Sirve los chupitos, y nos los bebemos de un trago. Me dedica su sonrisa prepotente, y dice:
-¿Has probado alguna vez un porro?
No, nunca lo he hecho, pero no me importa. Jennifer es de esas personas que con una mirada te puede convencer de cualquier tontería, y fumarse un porro es una de esas tonterías. Si es con ella, me apunto a lo que sea. Además, seguro que no es para tanto. Se pone a liar el porro, y yo me trago un chupito. La tarde pinta bien.
-Vale... Ahora cuando tengas que darle una calada, tienes que aspirar el aire y luego hacer así – Hace una inspiración exagerada, y se atraganta con su propia saliva. Nos echamos a reír como si estuviéramos locas, y pasamos así un buen rato. Cuando se nos pasa, añade – Bueno, creo que lo has pillado, ¿no?
Me pasa el porro, y yo lo cojo como si fuera lo más extraño que he visto en mi vida. Me lo pongo entre los labios, y aspiro. Suelto el aire lentamente, y la verdad es que no está tan mal.
-Joder, con la novata – Me dedica una mirada de suficiencia, y me coge el porro de la mano. Le pega una calada larguísima, no sé cómo no se ahoga, aunque está claro que lo hace para picarme –. A ver si sabes aguantarlo tanto.
Lo intento, y el humo acaba saliéndome por la nariz, y Jennifer y yo acabamos riéndonos otra vez. Estoy muy a gusto con ella, se nota que nos llevamos bien.
Cuando nos acabamos el porro y los chupitos, no sabemos ni dónde estamos. Nunca había estado tan mal como hoy, será por la mezcla de porros y alcohol. Jenn me acompaña al baño a lavarme la cara, pero al parecer se me ha olvidado cómo usar un grifo, y la mojo toda.
-Ups – Le digo, con una sonrisa maliciosa. No ha sido a propósito, pero tampoco siento haberlo hecho. Intenta fingir enfadarse, aunque le sale mal y se ríe.
-No tienes ni idea de lo que acabas de hacer.
Cierra la puerta del baño, e inmediatamente sé que no voy a salir seca de aquí. Jenn coge la manguera de la bañera, y me moja de arriba abajo con agua fría. Muy fría. Estamos las dos riéndonos, y yo entro en la bañera, y cojo la botella de champú. Nos quedamos mirándonos la una en frente de la otra, yo con el champú y ella con la manguera, las dos reprimiendo la risa.
-Da un paso más, y te tragas el champú – Intento sonar lo más intimidante que puedo, aunque las dos nos damos cuenta de la ridiculez de la frase, y nos echamos a reír como tontas –.
Se pone a perseguirme con el agua encendida, me tropiezo y caigo en la bañera boca arriba. Nunca me había reído tanto. Ella se pone encima de mí con las piernas abiertas, y me coge las muñecas con una mano para inmovilizarme, mientras coge la botella de champú apuntándome con la otra. Con una sonrisa burlona en la cara, me dice:
-Ríndete.
-Nunca – Le digo, sin dejar de reírme–.
- Pues entonces, al final la que se va a tragar el champú vas a ser tú – Las dos nos reímos, y luego ella deja de reírse y adopta una expresión un poco más seria, aunque sin borrar la sonrisa de sus labios. Se inclina hacia mí –.
-Tú prueba. – Le sonrío, y siento un puño apretándome el estómago. Está encima de mí, cogiéndome las manos para que no escape, y siento la necesidad de besarla. En circunstancias normales no lo habría hecho, pero en este caso iba ciega, así que no lo pensé mucho. Me libera las muñecas, le pongo la mano en la mandíbula, y acaricio sus labios con mi dedo. Ahora estamos las dos súper serias, y yo sólo puedo pensar en sus labios. Ella se acerca lentamente, y me besa. No sé cuánto tiempo pasamos besándonos, ni cómo recogimos todo el desastre. Sólo sé que aquel beso fundió mis pensamientos.
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The way I feel about her. (Parte 1)
Teen FictionEmma, una adolescente de 16 años, se acaba de mudar a un pequeño pueblo lejos de la ciudad, donde va a conocer a Jennifer. Pronto se hacen muy amigas, pero lo que Emma no esperaba es que va a empezar a sentir una serie de sensaciones que nunca ha ex...